Marxismo microbiano
Sin las epidemias no se entienden las ca¨ªdas y los ascensos de grandes imperios desde Roma y Estados Unidos, pasando por el de Bonaparte
Estamos avanzando. Penosamente. Dolorosamente, a la vista de las cifras tr¨¢gicas, propias de una guerra. Pero avanzamos muy despacio, ayudados por los mismos m¨¦todos de aislamiento y distancia social que se han venido usando desde la m¨¢s remota historia de las plagas. Y as¨ª ser¨¢ mientras no existan medicamentos que curen y vacunas que prevengan. Los avances diferenciales los proporcionan los datos y las proyecciones matem¨¢ticas. Sabemos con mayor precisi¨®n y antelaci¨®n lo que antes tardaba a?os en conocerse, y esto nos permite corregir, planificar y mejorar.
Los epidemi¨®logos confiesan ...
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Estamos avanzando. Penosamente. Dolorosamente, a la vista de las cifras tr¨¢gicas, propias de una guerra. Pero avanzamos muy despacio, ayudados por los mismos m¨¦todos de aislamiento y distancia social que se han venido usando desde la m¨¢s remota historia de las plagas. Y as¨ª ser¨¢ mientras no existan medicamentos que curen y vacunas que prevengan. Los avances diferenciales los proporcionan los datos y las proyecciones matem¨¢ticas. Sabemos con mayor precisi¨®n y antelaci¨®n lo que antes tardaba a?os en conocerse, y esto nos permite corregir, planificar y mejorar.
Los epidemi¨®logos confiesan su ignorancia. Han sustituido a los polit¨®logos, que saben menos todav¨ªa sobre las consecuencias de la pandemia. Caer¨¢n Gobiernos, sin duda. Quebrar¨¢n reg¨ªmenes. Sufrir¨¢n las democracias. En todos los sistemas de gobierno multinivel, Estados federales y similares, la tensi¨®n llega al l¨ªmite. En Brasil y en Estados Unidos, por ejemplo, donde Donald Trump acumula todo el poder, pero no asume ninguna responsabilidad, y todo lo deciden los Estados federados.
La econom¨ªa mundial encoger¨¢. Saldr¨¢ transformada, a pesar de la pugna entre viejas y nuevas fuerzas sobre la sostenibilidad medioambiental, el mantenimiento de las cadenas de valor globales, ahora rotas y en crisis, la digitalizaci¨®n y el reparto fiscal de las cargas. Ya est¨¢n cambiando las formas de relaci¨®n y de vida social, el transporte, el urbanismo y la vivienda. Es una inc¨®gnita saber c¨®mo ser¨¢n la cultura y los espect¨¢culos, tambi¨¦n los deportivos, con distancia social y mucha tecnolog¨ªa.
No hay que hacer marxismo microbiano para entender que epidemias como la que ahora sufrimos explican mejor las transformaciones de nuestras sociedades que las estructuras econ¨®micas, los movimientos sociales o la influencia de ideas pol¨ªticas y filos¨®ficas. No son el objeto exclusivo de los epidemi¨®logos, sino un campo de inter¨¦s para la explicaci¨®n de los grandes cambios, seg¨²n ha contado magistralmente Frank Snowden, historiador de la medicina y autor de Epidemias y sociedad. Desde la peste negra hasta hoy.
Seg¨²n este profesor de Yale, las epidemias explican el declive de Atenas, la ca¨ªda del Imperio Romano, el hundimiento de las civilizaciones precolombinas, el fracaso de Napole¨®n en Rusia e, incluso, su renuncia al imperio americano. Al igual que Estados Unidos duplic¨® su territorio gracias a la fiebre amarilla, que oblig¨® a los franceses a salir de Hait¨ª y vender la Luisiana, ahora tambi¨¦n China quiere salir vencedora del coronavirus.