Urnas pendientes

El real decreto que establece la cuarta pr¨®rroga del estado de alarma, publicado tras la autorizaci¨®n del Congreso de los Diputados concedida el mi¨¦rcoles, prev¨¦ que los Gobiernos vasco y gallego puedan convocar las elecciones auton¨®micas inicialmente previstas para el pasado 5 de abril, y que debieron ser suspendidas a causa de la pandemia del coronavirus. Esta disposici¨®n permite entrever la salida a uno de los problemas institucionales m¨¢s graves generados por la crisis sanitaria, puesto que afectaba al voto de los ciudadanos como fuente de legitimaci¨®n ¨²ltima del sistema democr¨¢tico. Tanto...

El real decreto que establece la cuarta pr¨®rroga del estado de alarma, publicado tras la autorizaci¨®n del Congreso de los Diputados concedida el mi¨¦rcoles, prev¨¦ que los Gobiernos vasco y gallego puedan convocar las elecciones auton¨®micas inicialmente previstas para el pasado 5 de abril, y que debieron ser suspendidas a causa de la pandemia del coronavirus. Esta disposici¨®n permite entrever la salida a uno de los problemas institucionales m¨¢s graves generados por la crisis sanitaria, puesto que afectaba al voto de los ciudadanos como fuente de legitimaci¨®n ¨²ltima del sistema democr¨¢tico. Tanto el lehendakari Urkullu como el presidente Feij¨®o actuaron con irreprochable responsabilidad al suspender las elecciones. Como tambi¨¦n lo hacen ahora al abordar el retorno a la normalidad con tiempo suficiente y con una decidida voluntad de consenso entre la totalidad de las fuerzas pol¨ªticas.

Los planteamientos jur¨ªdicos desde los que ambas comunidades abordaron la suspensi¨®n de las elecciones fueron inicialmente distintos, por m¨¢s que condujesen al mismo resultado. Y visto en retrospectiva, no result¨® ocioso que, acuciados por la gravedad de los acontecimientos, cada Gobierno intentara un camino jur¨ªdico diferente para dar respuesta a una situaci¨®n in¨¦dita: es el sistema democr¨¢tico en su totalidad el que se beneficiar¨¢ de la experiencia acumulada, as¨ª como de los argumentos aceptados y descartados para gestionar la situaci¨®n de excepcionalidad, hasta regresar a los cauces reglados. Tanto en el Pa¨ªs Vasco como en Galicia, el proceso electoral comenzar¨¢ desde el principio y no desde el punto en que qued¨® interrumpido al decretarse el primer estado de alarma, y la raz¨®n fundamental es que en estas largas semanas de confinamiento nuevas cohortes de ciudadanos han llegado a la edad de votar. De igual manera, merecer¨ªa una especial atenci¨®n por parte del Congreso la distinta regulaci¨®n sobre los mecanismos de la nueva convocatoria en el Pa¨ªs Vasco y Galicia, con vistas a servirse de la experiencia y, en su caso, elaborar normas que colmen las lagunas que se hayan podido advertir.

El lehendakari Urkullu ha expresado su deseo de que las elecciones se celebren en julio, a fin de que, a la vuelta de verano, el Pa¨ªs Vasco disponga de un Gobierno efectivo desde el que afrontar la crisis econ¨®mica y social que previsiblemente seguir¨¢ al s¨²bito colapso de la actividad provocado por el confinamiento. M¨¢s all¨¢ de las cautelas relacionadas con el control de la pandemia y la apertura de los colegios con plenas garant¨ªas sanitarias, regresar a la normalidad institucional cuanto antes deber¨ªa ser un objetivo compartido por todas las fuerzas pol¨ªticas, sin que medien consideraciones de ninguna otra naturaleza. Los c¨¢lculos electorales acerca de qui¨¦n puede salir beneficiado o perjudicado por la gesti¨®n de los momentos m¨¢s dram¨¢ticos de la alarma degradan la moral p¨²blica, pero, referidos a la concreci¨®n de la fecha para abrir las urnas, pueden resultar da?inos para el sistema democr¨¢tico.

Los condicionantes legales para proceder a la nueva convocatoria en Galicia eran mayores que en el caso del Pa¨ªs Vasco, aunque han quedado resueltos en el real decreto. Tambi¨¦n en aquella comunidad, la combinaci¨®n de elementos sanitarios, pol¨ªticos e institucionales deber¨ªa ajustarse a los mismos principios que en el Pa¨ªs Vasco, y por id¨¦nticas razones: regresar a la normalidad cuanto antes y con el m¨¢ximo consenso.