?Hay que encerrar a los viejos?
Se ha pasado de la ret¨®rica contra la discriminaci¨®n por edad a decir a los mayores que no salgan de casa
Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil saber qu¨¦ debemos creer sobre la pandemia. Parece bastante indudable que el Gobierno brit¨¢nico se equivoc¨® en los primeros momentos; aunque tampoco estoy segura de que ninguno de los que sabemos todo ¡°a toro pasado¡± lo hubi¨¦ramos hecho mejor. Lo que no est¨¢ tan claro es qu¨¦ suceder¨¢.
La incertidumbre se debe, en parte, a la situaci¨®n en la que se encuentran la mayor¨ªa de los periodistas. No disponen de informaci¨®n sobre los planes que est¨¢ elaborando el Gobierno, aparte de algunas filtraciones probablemente sesgadas y las conjeturas que podamos hacer cualquiera d...
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Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil saber qu¨¦ debemos creer sobre la pandemia. Parece bastante indudable que el Gobierno brit¨¢nico se equivoc¨® en los primeros momentos; aunque tampoco estoy segura de que ninguno de los que sabemos todo ¡°a toro pasado¡± lo hubi¨¦ramos hecho mejor. Lo que no est¨¢ tan claro es qu¨¦ suceder¨¢.
La incertidumbre se debe, en parte, a la situaci¨®n en la que se encuentran la mayor¨ªa de los periodistas. No disponen de informaci¨®n sobre los planes que est¨¢ elaborando el Gobierno, aparte de algunas filtraciones probablemente sesgadas y las conjeturas que podamos hacer cualquiera de los dem¨¢s. Si a este problema fundamental se a?ade la demanda de ¡°novedades¡± en los medios de comunicaci¨®n, el resultado es la ristra incoherente de especulaciones que vemos en los peri¨®dicos. Una semana aparece la buena noticia procedente de Oxford de que quiz¨¢ dispongamos de una vacuna en el mes de septiembre. A la semana siguiente, el tono cambia por completo y nos dicen todo lo contrario: es posible que nunca tengamos una vacuna, o al menos no antes del oto?o de 2021.
Una predicci¨®n que no deja de aparecer es el futuro que se prev¨¦ para los mayores de 70 a?os y para los ¡°vulnerables¡± (un t¨¦rmino que nunca se define con mucha precisi¨®n). Estos grupos van a estar confinados mucho m¨¢s tiempo que los dem¨¢s. Por supuesto, a veces es f¨¢cil ver que hay en esto una exageraci¨®n desesperada. El domingo pasado, un peri¨®dico public¨® bajo un gran titular la informaci¨®n de que los mayores de 70 a?os quiz¨¢ tengan que permanecer confinados ¡°hasta el oto?o de 2021, seg¨²n un destacado miembro del Partido Conservador¡±. La fuente conservadora es an¨®nima, pero no parece que ¨¦l o ella mencionara el plazo de oto?o de 2021 en absoluto. Lo que dec¨ªa era que quiz¨¢ los ancianos tengan que protegerse especialmente hasta que exista una vacuna. Y la dudosa ecuaci¨®n que hac¨ªa el periodista era que, si parece que tal vez no vamos a disponer de una vacuna hasta el oto?o de 2021, entonces, los mayores de 70 a?os tendr¨¢n que permanecer confinados hasta esa fecha. Es posible que esta hip¨®tesis, como cualquier otra de las que hacemos, acabe siendo acertada, pero no me parece que sea lo que ha sugerido ninguna fuente pr¨®xima al Gobierno.
De todas formas, s¨ª existe cierto consenso, aparentemente, en que es muy posible que haya que pedir a los ancianos que se queden en casa m¨¢s tiempo que los dem¨¢s. En parte, es de suponer, por su propia seguridad (si salen y se contagian del virus, tienen m¨¢s probabilidades de caer gravemente enfermos e incluso morir). Pero en parte supongo que es cuesti¨®n de que el Servicio Nacional de Salud (NHS) pueda tener la planificaci¨®n y los recursos necesarios (no podemos permitirnos que las UCI se vean desbordadas por la llegada de demasiadas personas mayores gravemente enfermas).
?Qu¨¦ inconvenientes le veo a esa medida, entonces? Primero: para que exista una solidaridad razonable que sostenga el confinamiento tiene que haber las mismas condiciones para la mayor¨ªa de la gente; cuando distintos grupos tienen distintos privilegios es inevitable que surja el malestar (y que se infrinjan las normas). Segundo: ?no se basa esa hip¨®tesis en una visi¨®n tosca de los mayores de 70 a?os como una categor¨ªa ¨²nica, como si solo vivieran con personas de su misma edad, convenientemente apartados del resto de nosotros? (Mi marido tiene m¨¢s de 70 a?os, y yo, no; ?qu¨¦ l¨®gica indica que yo puedo salir de casa y traerle el virus a casa? ?Y qu¨¦ decir de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos?).
Pero lo que de verdad me preocupa es que no tengo la impresi¨®n de que vayamos a ver un debate como es debido sobre esta cuesti¨®n. Creo que seguramente podr¨ªa apoyar la idea de que los viejos (incluida yo) tengamos que sufrir las consecuencias de esta crisis m¨¢s que los j¨®venes. Pero quiero que me lo argumenten. De momento, lo que tenemos es una confrontaci¨®n muy inc¨®moda. Se supone que en los ¨²ltimos a?os ha surgido una ret¨®rica en contra de la discriminaci¨®n por edad. Somos capaces de disfrutar del trabajo y seguir contribuyendo a la econom¨ªa con una edad que antes era de jubilados. ?Qu¨¦ m¨¢s queremos? Los 70 son los nuevos 40, etc¨¦tera. Sin embargo, en el plazo de unas semanas, hemos pasado a decir a los mayores que ni siquiera salgan a la puerta de su casa. ?Qu¨¦ ha cambiado? No tiene nada que ver con el edadismo ni con ninguna reflexi¨®n pausada sobre lo que una persona puede aportar durante toda su vida. Es pura conveniencia. En vez de una situaci¨®n en la que nos interesaba ahorrar el dinero de las pensiones, ahora tenemos una situaci¨®n en la que queremos ahorrar dinero al NHS. Como m¨ªnimo, deber¨ªamos decirlo francamente.
Mary Beard es catedr¨¢tica de Estudios Cl¨¢sicos en la Universidad de Cambridge.
? Mary Beard/ TLS/ News Licensing.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.