No empujen a los viejos al matadero

Buena parte de la verdad est¨¢ en las cifras, aunque sean imperfectas. Cerca del 87% de los fallecidos en Espa?a por el virus eran mayores de 70 a?os. Esta franja de edad supone el 14% de la poblaci¨®n espa?ola: unos siete millones de ciudadanos, un s¨¦ptimo del total de 47 millones (en 2019). As¨ª que la mortalidad se ceba sobre todo en los mayores, m¨¢s de siete veces que en el conjunto de los otros segmentos de edad, lo que confirma eso que sab¨ªamos por observaci¨®n directa.

El virus ha atacado con sa?a especial a los ancianos alojados en residencias geri¨¢tricas: un 66% ¡ªo sea, dos tercios...

Buena parte de la verdad est¨¢ en las cifras, aunque sean imperfectas. Cerca del 87% de los fallecidos en Espa?a por el virus eran mayores de 70 a?os. Esta franja de edad supone el 14% de la poblaci¨®n espa?ola: unos siete millones de ciudadanos, un s¨¦ptimo del total de 47 millones (en 2019). As¨ª que la mortalidad se ceba sobre todo en los mayores, m¨¢s de siete veces que en el conjunto de los otros segmentos de edad, lo que confirma eso que sab¨ªamos por observaci¨®n directa.

El virus ha atacado con sa?a especial a los ancianos alojados en residencias geri¨¢tricas: un 66% ¡ªo sea, dos tercios¡ª de las muertes en total a causa de la pandemia han ocurrido en ellas, m¨¢s de 18.000 sobre 27.000, seg¨²n cifras de RTVE de ayer, aunque pendientes de depuraci¨®n. La capacidad de las 5.417 residencias es de 372.985 camas, y en principio igual n¨²mero de plazas, lo que supone menos de una cent¨¦sima de la poblaci¨®n total. As¨ª que, la relaci¨®n num¨¦rica es en s¨ª brutal: un 0,8% corto de la ciudadan¨ªa ha nutrido el 66% de las bajas por la pandemia. Hemos enviado a nuestros viejos al matadero.

Tambi¨¦n en pa¨ªses de nuestro entorno ha sucedido algo parecido. En Reino Unido, el 54% del total de fallecimientos se ha producido en los geri¨¢tricos, seg¨²n estimaciones de la London School. En B¨¦lgica alcanzar¨ªa el 51%. Aunque las cifras no se recogen sobre una base armonizada, apuntan a una diferencia de grado en contra de las residencias espa?olas: mientras las muertes en las de los pa¨ªses vecinos superan ligeramente la mitad de las totales, en nuestro caso se elevar¨ªan ¡ªescrito sea en condicional, por lo aproximativo de los datos¡ª a dos tercios.

Tambi¨¦n se registran grandes variaciones, dentro de una t¨®nica dram¨¢tica, entre las distintas comunidades aut¨®nomas, las que ostentan las competencias de control y supervisi¨®n de estos establecimientos. En Catalu?a sus muertes suponen el 57,4% del total de fallecidos en la comunidad. En Madrid, el 66,7%.

Convendr¨¢ realizar muy pronto una auditor¨ªa p¨²blica global de las residencias de ancianos: si han estado sujetas a protocolos para no desviar sus contagiados a los hospitales; la densidad de ocupaci¨®n de sus instalaciones; el porcentaje de espacios comunes y exteriores; la proporci¨®n de cuidadores; la dotaci¨®n de equipos de protecci¨®n; la frecuencia de visitas familiares; el n¨²mero de inspecciones realizado por cada comunidad aut¨®noma.

Aprendamos as¨ª, al menos, a c¨®mo mejorar de ra¨ªz el sector. Porque esta verg¨¹enza no debe repetirse.