Comunicar una pandemia
La ciencia no es disc¨ªpula del genio, sino esclava del mundo
Una cuesti¨®n candente desde que estall¨® la crisis pand¨¦mica es ?c¨®mo comunicarla? Esto no solo nos interesa a los juntaletras que nos dedicamos a ello, sino tambi¨¦n a Fernando Sim¨®n, al presidente del Gobierno, a los presidentes de los dem¨¢s Gobiernos y a casi cualquier ciudadano que est¨¦ ahora mismo aprendiendo a ponerse la mascarilla, o a no hacerlo. Comunicar la ciencia es una cuesti¨®n mucho m¨¢s peliaguda de lo que parece. Eso no se suele notar mucho cuando uno informa sobre los agujeros negros, los universos paralelos o el origen de la vida, pero en caso de alarma p¨²blica por una pandemia ...
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Una cuesti¨®n candente desde que estall¨® la crisis pand¨¦mica es ?c¨®mo comunicarla? Esto no solo nos interesa a los juntaletras que nos dedicamos a ello, sino tambi¨¦n a Fernando Sim¨®n, al presidente del Gobierno, a los presidentes de los dem¨¢s Gobiernos y a casi cualquier ciudadano que est¨¦ ahora mismo aprendiendo a ponerse la mascarilla, o a no hacerlo. Comunicar la ciencia es una cuesti¨®n mucho m¨¢s peliaguda de lo que parece. Eso no se suele notar mucho cuando uno informa sobre los agujeros negros, los universos paralelos o el origen de la vida, pero en caso de alarma p¨²blica por una pandemia salta al primer plano como un misil dirigido a la c¨¢mara en una peli 3D. ?Qu¨¦ debe hacer uno, calmar el miedo al ansioso o estimul¨¢rselo al ab¨²lico? ?Simplificar todo lo posible, aun a costa de desvirtuar el mensaje, o complicarlo hasta el punto de que solo lo entiendan cuatro? ?Proteger al Gobierno del que eres portavoz o denunciar sus errores aunque eso te cueste el puesto? Decisiones dif¨ªciles, ?no es cierto?
Pues tampoco tanto, si uno lo mira con cierta frialdad. Cinco maestros de la comunicaci¨®n cient¨ªfica exponen en Nature Reviews Physics los principios claves de su oficio, y la verdad es que parecen bastante simples. Uno muy importante es reconocer abiertamente tus errores, como hacen los mejores cient¨ªficos. ¡°La buena ciencia¡±, dice Karl Kruszelnicki, ¡°implica aceptar los datos nuevos y las explicaciones mejores, incluso si eso significa que lo que t¨² cre¨ªas est¨¢ superado¡±. Darwin cont¨® en su autobiograf¨ªa que hab¨ªa desarrollado con los a?os una pr¨¢ctica esencial: tomar nota de cualquier hecho que contradijera sus predicciones. Eso es lo que distingue a un gran cient¨ªfico de uno simplemente bueno. Y tambi¨¦n distingue la buena comunicaci¨®n cient¨ªfica de la rueda de prensa de tres al cuarto.
El lector dir¨¢: eso expone a la ciencia a la cr¨ªtica de sus enemigos, como creacionistas, negacionistas y aprovechateguis politiqueros. Pues muy bien que lo haga. A diferencia de sus enemigos, la ciencia tiene argumentos. Ya s¨¦ que eso les da igual a sus negacionistas, pero eso no es ninguna novedad. Al evitar publicar sus ideas hasta despu¨¦s de su muerte, Cop¨¦rnico solo logr¨® retrasar un par de d¨¦cadas el avance del conocimiento. Valor y al toro de la ignorancia. La verdad acaba prevaleciendo, aunque tarde cuatro siglos como en el caso de Galileo.
¡°Los f¨ªsicos tenemos en la pandemia un papel menos evidente que el de los m¨¦dicos, los bi¨®logos y los qu¨ªmicos¡±, reconoce la f¨ªsica te¨®rica Lisa Randall, pero solo antes de ampliar el foco y recordarnos: ¡°Todos los cient¨ªficos tienen la obligaci¨®n de decir la verdad¡±. Esto distingue a un cient¨ªfico de un acusado en un proceso penal, desde luego, pero tambi¨¦n de un pol¨ªtico y de su portavoz, por poner dos ejemplos tontos. El p¨²blico necesita hechos e interpretaciones inteligentes, no un discurso que huela a propaganda a 200 metros. La comunicaci¨®n cient¨ªfica no solo debe ser ajena a las guerras de la desinformaci¨®n que nos imponen los bravos j¨®venes tuiteros a sueldo de los partidos, sino que constituye el ¨²nico ant¨ªdoto que tenemos contra ellas.
La ciencia duda, est¨¢ en su naturaleza m¨¢s profunda. Desconf¨ªa por tanto de las certezas inmanentes, de las religiones y los fundamentalismos pol¨ªticos. La ciencia funciona, porque no es disc¨ªpula del genio, sino esclava del mundo.