Falacia xen¨®foba
Trump congela ¡®sine die¡¯ la entrada de demandantes de asilo escud¨¢ndose en la pandemia
La orden ejecutiva firmada por Donald Trump que suspende durante 60 d¨ªas toda la entrada de inmigrantes en Estados Unidos constituye, sin duda, una de las medidas de mayor car¨¢cter xen¨®fobo realizadas por el mandatario desde que llegara a la Casa Blanca en enero de 2016. Precisamente entonces inaugur¨® su presidencia con otra pol¨¦mica decisi¨®n de cierre de fronteras para algunos extranjeros ¡ªentre ellos los de religi¨®n musulmana¡ª que fue debidamente tumbada en los tribunales por anticonstitucional. Pero Trump, en pleno a?o electoral, no solo reincide en el error, sino que lo hace adoptando una ...
La orden ejecutiva firmada por Donald Trump que suspende durante 60 d¨ªas toda la entrada de inmigrantes en Estados Unidos constituye, sin duda, una de las medidas de mayor car¨¢cter xen¨®fobo realizadas por el mandatario desde que llegara a la Casa Blanca en enero de 2016. Precisamente entonces inaugur¨® su presidencia con otra pol¨¦mica decisi¨®n de cierre de fronteras para algunos extranjeros ¡ªentre ellos los de religi¨®n musulmana¡ª que fue debidamente tumbada en los tribunales por anticonstitucional. Pero Trump, en pleno a?o electoral, no solo reincide en el error, sino que lo hace adoptando una medida que va contra la misma naturaleza hist¨®rica de la sociedad estadounidense.
Desde el jueves y hasta nueva orden miles de demandantes de asilo no podr¨¢n cruzar la frontera ni desde M¨¦xico ni desde Canad¨¢. El argumento falaz que ha empleado el mandatario es que no puede garantizar su seguridad sanitaria. Es cierto que Estados Unidos es el pa¨ªs del mundo con mayor n¨²mero de contagiados y muertos a causa de la covid-19, al igual que lo es que gran parte de la responsabilidad recae sobre el propio presidente, quien se ha empe?ado una y otra vez en negar la importancia de la pandemia. Lo que est¨¢ haciendo Trump es utilizar esta excusa para aplicar una medida claramente ideol¨®gica y de dudosa legalidad tanto interna como internacional. Todos los pa¨ªses firmantes de la Convenci¨®n de Ginebra (y EE UU lo es) est¨¢n obligados a acoger a aquellas personas que soliciten asilo y a quienes se reconozca como tales despu¨¦s de haber sopesado su demanda. Desde el jueves, EE UU ni siquiera escucha. La medida ya estaba en vigor el pasado 20 de marzo con car¨¢cter provisional, pero lo que ha hecho el presidente con su orden ejecutiva es convertirla en permanente al albur de su criterio personal para retirarla.
Trump ha marcado su presidencia por la continua estrategia de buscar enemigos exteriores e interiores que alejen la atenci¨®n de las habitualmente controvertidas decisiones con las que afronta diferentes problemas. EE UU, como Europa, tiene ante s¨ª el dif¨ªcil reto de gestionar la llegada de miles de personas que, por diferentes motivos, tratan de buscar una vida mejor. Precisamente ese es el punto en el que se ha basado desde su fundaci¨®n el pa¨ªs norteamericano para construir la democracia m¨¢s poderosa del mundo. Trump, cuyo abuelo, madre y esposa no nacieron en EE UU, sigue empe?ado en utilizar torticeramente la gesti¨®n de quienes vienen de fuera para su provecho pol¨ªtico personal, y lo hace en un pa¨ªs que ha alcanzado su grandeza precisamente gracias a millones y millones de personas que llegaron del extranjero.