Los ases del caudillo Trump
El magnate tiene un plan B, por si hubiera una segunda ola de covid-19 en oto?o que arruine sus planes
La estrategia dem¨®crata para recuperar la Casa Blanca en noviembre se basa en tres factores: una crisis econ¨®mica que deje a los republicanos sin discurso, que Donald Trump hable mucho y que Joe Biden hable poco. Las cifras de desempleo no dejan de aumentar y todo apunta que los datos del segundo trimestre ser¨¢n p¨¦simos. La campa?a ser¨¢ an¨®mala, sin apenas ba?os de masas pese a que Trump amenaza con trasladar la convenci¨®n republicana, prevista en agosto en Carolina del Norte, si le impiden llenar el aforo. Tras superar los 100.000 muertos, la batalla no est¨¢ en salvar vidas, sino en salvar la...
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La estrategia dem¨®crata para recuperar la Casa Blanca en noviembre se basa en tres factores: una crisis econ¨®mica que deje a los republicanos sin discurso, que Donald Trump hable mucho y que Joe Biden hable poco. Las cifras de desempleo no dejan de aumentar y todo apunta que los datos del segundo trimestre ser¨¢n p¨¦simos. La campa?a ser¨¢ an¨®mala, sin apenas ba?os de masas pese a que Trump amenaza con trasladar la convenci¨®n republicana, prevista en agosto en Carolina del Norte, si le impiden llenar el aforo. Tras superar los 100.000 muertos, la batalla no est¨¢ en salvar vidas, sino en salvar la presidencia.
Jason Furman, uno de los destacados economistas en el Gobierno de Barack Obama, sostiene que el tercer trimestre tendr¨¢ un crecimiento espectacular, tal vez el mayor de la historia de EE UU. Lo lleva repitiendo desde abril. Predice un fuerte rebote entre julio y septiembre que dejar¨¢ en los votantes la sensaci¨®n de que lo peor ha pasado. Ser¨¢ un rebote parcial, un espejismo. La verdadera cuesta vendr¨¢ despu¨¦s, en 2021. Trump necesita vender ¨¦xito y olvido para ganar las elecciones. De ah¨ª su obsesi¨®n por la desescalada y por obtener algo que parezca una vacuna.
Una fuerte alza dejar¨ªa a los dem¨®cratas sin discurso en el ¨²ltimo minuto. De los difuntos solo se acuerdan ¡°los medios enemigos¡±, no sus votantes que le perdonan todo. En su cruzada contra la verdad acaba de incluir a Twitter por advertir que dos de sus tuits conten¨ªan afirmaciones potencialmente enga?osas. El presidente amenaza con cerrar la plataforma, su gran arma de comunicaci¨®n t¨®xica.
Trump tiene un plan B, por si hubiera una segunda ola de covid-19 en oto?o que arruine sus planes. La batalla se centra hoy en el voto por correo. Ha amenazado con cortar fondos a los Estados que lo promuevan y ha llevado a California a los tribunales por aprobar una ley que permitir¨¢ el env¨ªo de las papeletas a todos los inscritos. La intenci¨®n es sembrar dudas sobre la limpieza para rechazar el resultado si pierde en noviembre. Ya lo he escrito: Trump denunciar¨¢ un fraude, lo llevar¨¢ al Tribunal Supremo y convocar¨¢ (por Twitter) a sus fieles a la defensa de la Casa Blanca. Son los mismos de Michigan y Charlottesville: neonazis armados.
Las encuestas favorecen a Biden, de momento. A la espera del tercer trimestre milagroso que anuncia Furman, Oxford Economics predice que Trump sufrir¨¢ un rev¨¦s hist¨®rico en el voto popular y que no pasar¨¢ los 210 compromisarios en un Colegio Electoral compuesto por 538. Los dem¨®cratas conf¨ªan en que una derrota contundente evite una crisis constitucional sin precedentes. Adem¨¢s de la econom¨ªa, la clave ser¨¢ el perfil de su candidata a vicepresidenta. Debe ser muy presidenciable (Biden cumple 78 este a?o) y conocida. Hasta hace un par de semanas la favorita era Amy Klobuchar. No descarten a Kamala Harris o a Stacey Abrams, un gui?o a la comunidad afroamericana.