Vacuna para todos
Ning¨²n pa¨ªs puede quedar excluido de la salida a la crisis sanitaria
El SARS-CoV-2 ha resultado ser mucho peor de lo que se pensaba. Su alta capacidad de contagio y el hecho de que se transmita en fase asintom¨¢tica hacen muy dif¨ªcil poder controlar la pandemia sin una vacuna. En su obtenci¨®n est¨¢n puestas ahora todas las esperanzas. La OMS tiene registradas 131 vacunas experimentales, de las cuales 10 se est¨¢n probando ya en humanos. Aunque varias de ellas han ofrecido resultados prometedores, todav¨ªa deben superar la tercera fase de ensayo cl¨ªnico, que incluye pruebas de eficacia y seguridad en miles de personas.
Las inc¨®gnitas son todav¨ªa muchas y hay...
El SARS-CoV-2 ha resultado ser mucho peor de lo que se pensaba. Su alta capacidad de contagio y el hecho de que se transmita en fase asintom¨¢tica hacen muy dif¨ªcil poder controlar la pandemia sin una vacuna. En su obtenci¨®n est¨¢n puestas ahora todas las esperanzas. La OMS tiene registradas 131 vacunas experimentales, de las cuales 10 se est¨¢n probando ya en humanos. Aunque varias de ellas han ofrecido resultados prometedores, todav¨ªa deben superar la tercera fase de ensayo cl¨ªnico, que incluye pruebas de eficacia y seguridad en miles de personas.
Las inc¨®gnitas son todav¨ªa muchas y hay que contemplar la posibilidad de que la mejor vacuna no ofrezca una cobertura total o que la respuesta inmune sea temporal, lo cual complicar¨ªa la lucha contra la pandemia. El seguimiento de algunos de los primeros pacientes de la covid-19 curados revela una disminuci¨®n de los anticuerpos neutralizadores con el paso del tiempo, es decir, un cierto declive de la inmunidad. De confirmarse en estudios posteriores significar¨ªa que la inmunidad que genera el virus podr¨ªa ser pasajera, lo que da todav¨ªa mayor importancia a la obtenci¨®n de una vacuna.
En todo caso, si los esfuerzos culminan con ¨¦xito, en cuanto est¨¦ disponible la vacuna se plantear¨¢ el problema de c¨®mo producirla en cantidad suficiente para inmunizar a 7.600 millones de personas y c¨®mo garantizar una distribuci¨®n r¨¢pida y equitativa. Esta es una cuesti¨®n crucial, no solo para poder superar la pandemia y reactivar la econom¨ªa sino para evitar que se agraven las enormes brechas que ya existen entre pa¨ªses ricos y pobres.
La dimensi¨®n global de la crisis exige una respuesta de gobernanza tambi¨¦n global. La comunidad cient¨ªfica est¨¢ compartiendo conocimientos, pero ya se observan inquietantes movimientos para hacerse con el control de la vacuna, entre otros el de condicionar las inversiones a tener prioridad en el suministro. Es un enfoque err¨®neo. Para obtener el m¨¢ximo beneficio de la vacuna es preciso garantizar capacidad de producci¨®n descentralizada y una distribuci¨®n que alcance a todos. La din¨¢mica del mercado no asegura que eso vaya a ser as¨ª, de manera que es preciso un acuerdo internacional, auspiciado por la OMS, sobre estas cuestiones, que incluya si debe someterse o no a las reglas de una patente convencional.
Es necesario evitar que los pa¨ªses con mayores recursos entren en una subasta al alza para hacerse con las vacunas disponibles. Tampoco puede repetirse el caos que ha dominado en algunos momentos el suministro de respiradores y material de protecci¨®n sanitaria. Por otra parte, no ser¨ªa aceptable, ni inteligente, dada la naturaleza global de la amenaza, que los pa¨ªses con menos recursos quedaran al margen de los beneficios de la vacuna por no poder asumir su coste. Eso plantea la necesidad de habilitar instrumentos de financiaci¨®n que pueden incluir desde la creaci¨®n de un fondo global hasta la fijaci¨®n de un precio m¨¢ximo. El reto que representa esta vacuna es una buena ocasi¨®n para ensayar un nuevo sistema de regulaci¨®n que garantice el acceso a los beneficios de los avances m¨¦dicos, una equidad primaria que condiciona todas las dem¨¢s.