Escalada a ninguna parte
Nuestros representantes se han olvidado de la pandemia para enzarzarse en un brutal ajuste de cuentas, con lo que hemos retornado de la desescalada del confinamiento a la escalada de la confrontaci¨®n
El doble tiro en el pie de los casos EH Bildu y Grande-Marlaska le ha supuesto un revolc¨®n al Gobierno, inici¨¢ndose una escalada de la tensi¨®n que si nadie lo remedia puede acabar muy mal. Mucho antes de lo que prev¨ª en mi ¨²ltima columna, nuestros representantes se han olvidado de la pandemia para enzarzarse en un brutal ajuste de cuentas, con lo que hemos retornado de la desescalada del confinamiento a la escalada de la confrontaci¨®n. Y esta vez la responsabilidad es de la coalici¨®n de Gobierno. Es verdad que la presi¨®n del t¨¢ndem Vox-Partido Popular segu¨ªa creciendo con algaradas callejeras ...
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El doble tiro en el pie de los casos EH Bildu y Grande-Marlaska le ha supuesto un revolc¨®n al Gobierno, inici¨¢ndose una escalada de la tensi¨®n que si nadie lo remedia puede acabar muy mal. Mucho antes de lo que prev¨ª en mi ¨²ltima columna, nuestros representantes se han olvidado de la pandemia para enzarzarse en un brutal ajuste de cuentas, con lo que hemos retornado de la desescalada del confinamiento a la escalada de la confrontaci¨®n. Y esta vez la responsabilidad es de la coalici¨®n de Gobierno. Es verdad que la presi¨®n del t¨¢ndem Vox-Partido Popular segu¨ªa creciendo con algaradas callejeras de pijo-borrokas movidas por cuatro facha-frikis. Pero parec¨ªa que el Gobierno lograba liderar los problemas con cierta soltura, sobre todo tras el impulso prestado por su t¨¢cito pacto con In¨¦s Arrimadas y Edmundo Bal, que est¨¢n logrando sacar a Ciudadanos del pozo reaccionario en el que les hundi¨® el escapista Albert Rivera.
Pero entonces lleg¨® el aciago 20 de mayo en que se produjo el desastre del acuerdo entre PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu, que ha descompuesto de golpe la escena pol¨ªtica alterando su correlaci¨®n de fuerzas. Tan innecesario pacto contra natura ha venido a significar un giro pol¨ªtico casi an¨¢logo al que supuso la ca¨ªda del expresidente socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero hace justo 10 a?os, cuando cedi¨® ante Bruselas acatando el austericidio en plena Gran Recesi¨®n. Y tambi¨¦n ahora la poca autoridad que le quedaba a Pedro S¨¢nchez se ha esfumado. El presidente del Gobierno pierde as¨ª la iniciativa pol¨ªtica. M¨¢s a¨²n con el subsiguiente tropiezo del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que le ha enfrentado a otro pilar del Estado profundo, tras la Justicia. Ni siquiera la aprobaci¨®n del Ingreso M¨ªnimo Vital ha logrado ocultar su rotundo fracaso debido al fuego amigo. Y la consecuencia de semejante desastre ha sido el inicio de la escalada hacia una contienda incivil de todos contra todos.
?C¨®mo ha podido ocurrir semejante desaguisado? Parece que alguien no ha sabido, no ha podido o no ha querido impedirlo ni evitarlo. Pero ?fue un error o fue una provocaci¨®n deliberada? ?A qui¨¦n beneficia o qui¨¦n saca partido de tama?a torpeza? Los ¨²nicos beneficiarios del descalabro parecen Vox y Unidas Podemos, que seg¨²n las encuestas estaban de capa ca¨ªda y tras el vuelco actual podr¨ªan recuperar expectativas. Pero descartada la influencia de los ultras en la cocina monclovita, s¨®lo quedan Pablo Iglesias y Pedro S¨¢nchez como posibles villanos o pardillos de tan mala pel¨ªcula. Pues si Cayetana ?lvarez de Toledo eclipsa a Pablo Casado, ?acaso Pablo no eclipsa a Pedro? ?O es que el estratega de La Moncloa se ha dejado convencer por el poder de convicci¨®n del Maquiavelo de Galapagar?
Dado que dos no ri?en si uno no quiere, ?por qu¨¦ parece interesado el Gobierno en aceptar una escalada de confrontaci¨®n con la derecha insumisa? ?Por puro tacticismo, esperando reconstruir la coalici¨®n de la investidura? ?O se trata de una estrategia polarizadora, que busca movilizar un frente popular contra la derecha propietaria y desleal?
Esta ¨²ltima es la estrategia a la que juega de siempre Unidas Podemos, pero no parece que pueda convenirle al Partido Socialista, cuya base social moderada menguar¨ªa con la polarizaci¨®n. Por eso lo m¨¢s probable es que, sean cuales fueren sus razones para escalar la polarizaci¨®n, la ciudadan¨ªa no les siga por esa nefasta v¨ªa, acogi¨¦ndose al ¡°no nos representan¡±.