Cincuentena
Al releer a Forster he pensado en el gran escritor que fue autolimit¨¢ndose, y en el que podr¨ªa haber sido tratando en sus novelas lo por ¨¦l suprimido a lo largo de tantas d¨¦cadas de madurez
Una palmada en las nalgas cambi¨® en 1913 el destino literario de E.M. Forster (fallecido el 7 de junio de 1970). En 1913 ya hab¨ªa publicado, apenas cumplidos los 30, la mayor parte de sus novelas, incluida su obra capital Una habitaci¨®n con vistas y su gran ¨¦xito Howards End, que le produjo sin embargo un estado de abatimiento; se lo cur¨® la visita al gran patriarca socialista Edward Carpenter, que viv¨ªa en pareja uranista con el responsable de la palmada, George Merrill. Esa misma noche, galvanizado por el toqueteo, Forster se puso a escribir Maurice, una novela de...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Una palmada en las nalgas cambi¨® en 1913 el destino literario de E.M. Forster (fallecido el 7 de junio de 1970). En 1913 ya hab¨ªa publicado, apenas cumplidos los 30, la mayor parte de sus novelas, incluida su obra capital Una habitaci¨®n con vistas y su gran ¨¦xito Howards End, que le produjo sin embargo un estado de abatimiento; se lo cur¨® la visita al gran patriarca socialista Edward Carpenter, que viv¨ªa en pareja uranista con el responsable de la palmada, George Merrill. Esa misma noche, galvanizado por el toqueteo, Forster se puso a escribir Maurice, una novela de personajes homosexuales que no se podr¨ªa publicar, dijo ¨¦l mismo, ¡°hasta mi muerte y la de Inglaterra¡±. As¨ª sucedi¨®. Estuvo en un caj¨®n desde 1914, la revis¨® m¨¢s de una vez y esper¨® esas muertes; antes que la propia y la del pa¨ªs intolerante lleg¨® la de su madre, que estaba al tanto de la relaci¨®n amorosa de su hijo con un robusto policeman. Maurice sali¨® en 1971 y es un libro magn¨ªfico aunque incurra en romanticismos apolog¨¦ticos: ¡°un final feliz era imperativo¡±.
Al releer a Forster he pensado en el gran escritor que fue autolimit¨¢ndose, y en el que podr¨ªa haber sido tratando en sus novelas lo por ¨¦l suprimido a lo largo de tantas d¨¦cadas de madurez. Este Forster alternativo dio muestras de maestr¨ªa en el segundo volumen p¨®stumo, La vida futura, que contiene cinco extraordinarios cuentos de trasfondo gay desarrollados con el ¡°agudo sentido de la comedia¡± que Virginia Woolf destacaba en su contempor¨¢neo. De hecho, pese a ser ¨¦l y Oscar Wilde figuras contrapuestas de car¨¢cter y aspecto, compart¨ªan un picante ingenio en el uso del sobreentendido y la malicia que, lejos de abaratar, enriquece la prosa de uno y el teatro del otro. Distintos fueron sus finales. Wilde nunca se cohibi¨® pero lo pag¨® caro, con el destierro y la mala muerte a¨²n joven. Forster lleg¨® a gloria de la naci¨®n (aunque rechaz¨® ser Sir) en su apacible retiro de Cambridge. Los dos sufrieron c¨¢rcel, dentro o fuera de ella.