Ambig¨¹edades
El PP tiene que aclarar si considera la pol¨ªtica europea como pol¨ªtica de Estado
Es urgente que la actual direcci¨®n del Partido Popular aclare si comparte que la pol¨ªtica europea espa?ola es una pol¨ªtica de Estado o si, por el contrario, cree que es una pol¨ªtica susceptible de partidismo de corto aliento. El sorprendente alineamiento de sus eurodiputados con los de los cuatro Gobiernos frugales, que bajo esa denominaci¨®n disfrazan su predilecci¨®n por la austeridad extrema ¡ªy en algunos casos, por la simple evasi¨®n de impuestos¡ª, es un asunto de perfiles inquietantes. Sobre todo porque el precedente aznarista acredita un patriotismo fr¨¢gil ante coyunturas europeas decisivas...
Es urgente que la actual direcci¨®n del Partido Popular aclare si comparte que la pol¨ªtica europea espa?ola es una pol¨ªtica de Estado o si, por el contrario, cree que es una pol¨ªtica susceptible de partidismo de corto aliento. El sorprendente alineamiento de sus eurodiputados con los de los cuatro Gobiernos frugales, que bajo esa denominaci¨®n disfrazan su predilecci¨®n por la austeridad extrema ¡ªy en algunos casos, por la simple evasi¨®n de impuestos¡ª, es un asunto de perfiles inquietantes. Sobre todo porque el precedente aznarista acredita un patriotismo fr¨¢gil ante coyunturas europeas decisivas. Cuando en 1992, el entonces presidente Felipe Gonz¨¢lez negociaba en Edimburgo la dotaci¨®n del fondo de cohesi¨®n, su rival voceaba simult¨¢neamente que era la posici¨®n de un ¡°pedig¨¹e?o¡±.
Conviene que los conservadores espa?oles se aclaren pues, en el peor de los casos, su complicidad con aquellos que denigran el plan de recuperaci¨®n lanzado por la Comisi¨®n; su tama?o (750.000 millones); su arquitectura (dos tercios en subsidios, un tercio en cr¨¦ditos); o sus requerimientos (incentivos a adecuar las inversiones a las pol¨ªticas comunes, pero ninguna condicionalidad estricta sobre la deuda y el d¨¦ficit), constituir¨ªa un may¨²sculo desd¨¦n a los intereses de los ciudadanos espa?oles.
Aunque existe una hip¨®tesis mejor para todos: que la insistencia de los eurodiputados del PP, junto al duro socialcristiano b¨¢varo Manfred Weber y los cuatro Gobiernos halcones, simplemente enfatice algo que la Comisi¨®n Europea ya ha se?alado desde el principio, y es que el paquete de la recuperaci¨®n que propone no est¨¢ sujeto a otros requisitos que los de garantizar el buen fin de las inversiones subsidiadas en el seno de los programas comunes, sean los del horizonte digital, de la transformaci¨®n industrial verde o de la nueva cohesi¨®n. En este caso, no estar¨ªamos hablando de condiciones a la vieja usanza austeritaria de la Gran Recesi¨®n (resultados en d¨¦ficit y deuda) sino de requerimientos a las propuestas de subsidios, de modo similar a lo que ocurre desde hace d¨¦cadas con los fondos estructurales; de adecuaci¨®n de las peticiones a los fines del paquete de recuperaci¨®n; de incentivos a actuaciones en las que Espa?a viene demostrando, bajo distintos Gobiernos, alta cualificaci¨®n tanto en los programas de la pol¨ªtica de cohesi¨®n como en su impecable ejecuci¨®n de los recursos proporcionados por el Banco Europeo de Inversiones, que no registran impagos desde nuestro pa¨ªs, sino respuestas viables y solventes.
Si el prop¨®sito es de ¨¦nfasis, y ojal¨¢ lo sea, es imprescindible que el partido conservador as¨ª lo aclare, porque las ambig¨¹edades, argumentos de doble uso y coartadas abstractas perjudican el inter¨¦s de los m¨¢s d¨¦biles cuando se dirime un pulso financiero. Y los m¨¢s d¨¦biles en este caso son los m¨¢s afectados por la crisis de la pandemia, los pa¨ªses en que el turismo y la automoci¨®n ostentan mayor peso, los que exhiben mayores desigualdades desde la Gran Recesi¨®n. Entre otros, Espa?a, sin ir m¨¢s lejos.
Existe el enorme riesgo, en la gran batalla diplom¨¢tica que ahora empieza por el fondo de recuperaci¨®n, de que pescadores en el r¨ªo revuelto de los disensos partidistas dom¨¦sticos acaben perjudicando a nuestros trabajadores, profesionales y empresarios. Seguro que Pablo Casado, si lo piensa dos veces, lo evitar¨¢. ?Alguien puede pensar que preferir¨ªa repetir el tacticismo partidista aznarista, tan perjudicial para sus compatriotas?