Esclavos del control
El lunes, un compa?ero coment¨® haber ¡°quemado¡± 500 calor¨ªas en una m¨¢quina el¨ªptica. El martes, otro detall¨® haber corrido seis kil¨®metros a 4,35 minutos por kil¨®metro. El mi¨¦rcoles, un tercero comparti¨® que su reloj inteligente le inform¨® de que su ritmo cardiaco fue alto toda la tarde, a las 17.15 tuvo un pico de 125 pulsaciones, exactamente cuando tuvo un enfrentamiento en una reuni¨®n. Pod¨®metros, contadores de kilocalor¨ªas, medidores del ritmo cardiaco y GPS son nuestros compa?eros diarios. Creemos que mejoramos con toda esta informaci¨®n, pero realmente nos esclaviza. Los mejores momentos ...
El lunes, un compa?ero coment¨® haber ¡°quemado¡± 500 calor¨ªas en una m¨¢quina el¨ªptica. El martes, otro detall¨® haber corrido seis kil¨®metros a 4,35 minutos por kil¨®metro. El mi¨¦rcoles, un tercero comparti¨® que su reloj inteligente le inform¨® de que su ritmo cardiaco fue alto toda la tarde, a las 17.15 tuvo un pico de 125 pulsaciones, exactamente cuando tuvo un enfrentamiento en una reuni¨®n. Pod¨®metros, contadores de kilocalor¨ªas, medidores del ritmo cardiaco y GPS son nuestros compa?eros diarios. Creemos que mejoramos con toda esta informaci¨®n, pero realmente nos esclaviza. Los mejores momentos vividos son aquellos en los que no sabemos la hora que es, ni falta que nos hace. El est¨²pido reloj ¡°inteligente¡± que me regalaron permanece en la caja de herramientas, entre martillo y destornillador, continuar¨¢ all¨ª mucho tiempo, prefiero usar mi inteligencia a la de una m¨¢quina.
Roberto Rodr¨ªguez Vesga. Bilbao