Huchas
La invasi¨®n de la palabrer¨ªa del marketing en la vida real produce escalofr¨ªos
Uno de los anglicismos m¨¢s necios del espa?ol actual podr¨ªa desaparecer por efectos del coronavirus. Ha sido tanta la mortandad y tantas las im¨¢genes de supervivientes afligidos ante las paredes de un camposanto donde sus familiares fueron sepultados, que la palabra nicho usada en un espurio sentido mercantil parece haber retrocedido algo. ?Cu¨¢ndo se ir¨¢ del todo? La Real Academia Espa?ola, naturalmente, sigue definiendo ¡°nicho¡± como el ¡°hueco o concavidad practicada en un muro para alojar algo dentro, especialmente cad¨¢veres o cenizas en un cementerio¡±, mientras que los hablantes (y algunos e...
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Uno de los anglicismos m¨¢s necios del espa?ol actual podr¨ªa desaparecer por efectos del coronavirus. Ha sido tanta la mortandad y tantas las im¨¢genes de supervivientes afligidos ante las paredes de un camposanto donde sus familiares fueron sepultados, que la palabra nicho usada en un espurio sentido mercantil parece haber retrocedido algo. ?Cu¨¢ndo se ir¨¢ del todo? La Real Academia Espa?ola, naturalmente, sigue definiendo ¡°nicho¡± como el ¡°hueco o concavidad practicada en un muro para alojar algo dentro, especialmente cad¨¢veres o cenizas en un cementerio¡±, mientras que los hablantes (y algunos escribientes de este peri¨®dico a quienes uno admira) adoptan el niche ingl¨¦s en su acepci¨®n comercial que el castellano ni acepta ni precisa. La confusi¨®n creada, por ejemplo, por la espeluznante expresi¨®n ¡°nichos de mercado¡± cuando se habla de negocios especulativos, es, adem¨¢s de t¨¦trica, monetarista. No quisiera ponerme truculento en las circunstancias actuales, pero la invasi¨®n de la palabrer¨ªa del marketing en la vida real produce escalofr¨ªos, como si anunciara el hecho de que una jerga sectorial creada para el enriquecimiento puede impunemente entrar hasta en nuestras tumbas.
¡°?Oyen los muertos lo que los vivos dicen luego de ellos?¡±. El verso de Cernuda da que pensar. Hoy en d¨ªa nadie oye; solo se escucha. La desaparici¨®n del verbo o¨ªr del vocabulario espa?ol, siendo menos f¨²nebre que otras p¨¦rdidas, es de lamentar, estando adem¨¢s muy generalizada y casi inadvertida por los que ignoran, al decirlo sin ton ni son, lo distinto que es o¨ªr de escuchar. O¨ªr es espont¨¢neo: ¡°percibir los sonidos¡±, seg¨²n la concisa definici¨®n de Mar¨ªa Moliner. Mientras que escuchar requiere como m¨ªnimo una leve premeditaci¨®n: ¡°atender para o¨ªr cierta cosa¡±.
La paletada del enterrador se ha o¨ªdo mucho esta primavera en los cementerios. La muerte atac¨® a los m¨¢s ancianos enfermos desatendidos. Sin saberlo, formaban parte de un nicho rentable. La hucha de una medicina p¨²blica a la que, para ahorrar, se dej¨® de escuchar.