Salida pactada
El plan econ¨®mico requiere acuerdos y reformas para tener ¨¦xito
El plan de inversiones que prepara el Gobierno para afrontar la reconstrucci¨®n de la econom¨ªa tiene una importancia capital m¨¢s all¨¢ de lo que representa su cuant¨ªa. Movilizar 150.000 millones de euros en dos a?os, con la posibilidad de inducir otros 500.000 millones, implica una capacidad de gesti¨®n y de coordinaci¨®n entre las Administraciones p¨²blicas que, como poco, ser¨¢ puesta a prueba cuando se active el programa. No es evidente que un plan tan ambicioso pueda ejecutarse con ¨¦xito si se enconan las diferencias internas en el Gobierno de coalici¨®n o si se mantiene la actitud obstruccionist...
El plan de inversiones que prepara el Gobierno para afrontar la reconstrucci¨®n de la econom¨ªa tiene una importancia capital m¨¢s all¨¢ de lo que representa su cuant¨ªa. Movilizar 150.000 millones de euros en dos a?os, con la posibilidad de inducir otros 500.000 millones, implica una capacidad de gesti¨®n y de coordinaci¨®n entre las Administraciones p¨²blicas que, como poco, ser¨¢ puesta a prueba cuando se active el programa. No es evidente que un plan tan ambicioso pueda ejecutarse con ¨¦xito si se enconan las diferencias internas en el Gobierno de coalici¨®n o si se mantiene la actitud obstruccionista del PP, cuyos representantes europeos no han tenido empacho en solicitar un control m¨¢s estricto de las ayudas a Espa?a. Pero la idea debe ser recibida con satisfacci¨®n. Es mejor contar con un despliegue de recursos e iniciativas que sentarse a esperar confiando en una recuperaci¨®n autom¨¢tica.
El programa, todav¨ªa impreciso, es un conjunto de enunciados en los que hay que profundizar para mejorar la estructura de la econom¨ªa despu¨¦s de la pandemia. La condici¨®n fundamental del programa es que no se trata, como en 2012, de salir de una recesi¨®n grave aplicando la receta de los ajustes de gasto p¨²blico y de renta (toda Europa parece haber aprendido de la experiencia de la Gran Recesi¨®n, excepto algunos gur¨²s exc¨¦ntricos que siguen clamando por la austeridad), sino aportando inversi¨®n nueva en sostener el entramado empresarial, mejorar los modos de producci¨®n, introducir la tecnolog¨ªa como factor de impulso de la productividad y sostener la protecci¨®n social necesaria para no aumentar la pobreza y la desigualdad.
Es evidente que hay que poner en marcha un plan espec¨ªfico para la industria del autom¨®vil, pero deber¨ªa relacionarse con la transici¨®n paulatina de la producci¨®n de veh¨ªculos convencionales al coche el¨¦ctrico u otros menos contaminantes. Por supuesto que hay que apoyar la industria tur¨ªstica, pero de lo que se trata es de impulsar un cambio en el modelo del turismo que accede al pa¨ªs. Desde luego que hay que invertir en innovaci¨®n tecnol¨®gica, por la conectividad 5G, por el plan de transici¨®n energ¨¦tica y por un plan industrial a medio plazo.
Un programa de reconstrucci¨®n necesita un soporte de reformas y cambios legales; sin esa red solo es un parche. La reforma del sistema de pensiones es crucial para sostener la credibilidad institucional y la confianza de los ciudadanos; est¨¢ pendiente una reforma fiscal que estabilice los ingresos p¨²blicos, que deber¨ªa incluir un plan para reducir al m¨ªnimo el fraude fiscal; se impone un nuevo Estatuto de los Trabajadores, entre otras cosas para acabar con el debate est¨¦ril sobre si hay que liquidar total o parcialmente la legalidad laboral vigente, y hay que reformar los mercados de bienes y servicios, algo de lo que se suelen olvidar los defensores de las reformas estructurales.
Es una tarea ingente. Parte de ella se refiere a los problemas inmediatos y puede ejecutarse en una legislatura, pero en conjunto requiere de dos o m¨¢s. Por eso resulta necesario un pacto pol¨ªtico que vaya m¨¢s all¨¢ de los Presupuestos de 2020, en l¨ªnea con la propuesta del gobernador del Banco de Espa?a y con la posici¨®n de los empresarios.