Gran Albor¨¢n
El ¨ªdolo al que le tiran bragas a escena admite a coraz¨®n abierto que el ropero, por muy c¨®modo que sea, nunca es lo bastante amplio para quien lo habita a la fuerza
Un d¨ªa, antes del virus, las pavas de mis hijas me llamaron al curro con mucho misterio, me convocaron a una cumbre urgente y me dejaron en vilo. Al llegar a casa, pensando ya en soluciones a abandonos de estudios, acosos escolares, embarazos adolescentes o todo eso junto, las muy hijas de su madre me soltaron supersolemnes y cariacontecidas: ¡°Mam¨¢: somos hetero¡±. Mira, casi las mato, primero a gritos y luego a besos. Resulta que hab¨ªan visto la escena en la serie Sex Education y me hab¨ªan montado el numerito para concienciarme de lo f¨¢cil que lo tenemos algunos y lo dif¨ªcil que lo tien...
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Un d¨ªa, antes del virus, las pavas de mis hijas me llamaron al curro con mucho misterio, me convocaron a una cumbre urgente y me dejaron en vilo. Al llegar a casa, pensando ya en soluciones a abandonos de estudios, acosos escolares, embarazos adolescentes o todo eso junto, las muy hijas de su madre me soltaron supersolemnes y cariacontecidas: ¡°Mam¨¢: somos hetero¡±. Mira, casi las mato, primero a gritos y luego a besos. Resulta que hab¨ªan visto la escena en la serie Sex Education y me hab¨ªan montado el numerito para concienciarme de lo f¨¢cil que lo tenemos algunos y lo dif¨ªcil que lo tienen otros para ser como somos sin dar explicaciones a nadie. Lo lograron. No hab¨ªa ca¨ªdo en que nadie tiene que decirle a nadie lo que se da por supuesto. Y que el problema es de quienes lo damos.
Este mi¨¦rcoles, Pablo Albor¨¢n caus¨® tremendo revuelo al anunciar que es homosexual a sus 31 a?azos. Sin ser ninguna sorpresa, la confesi¨®n de Pablo es noticia. Una buena noticia por ¨¦l y no tan buena por nosotros. Albor¨¢n ¡ªuna d¨¦cada cantando al amor y arrastrando a millones de fan¨¢ticas¡ª ha salido del armario cu¨¢ndo, c¨®mo y porque ha querido. O cu¨¢ndo, c¨®mo y porque ha podido. Qu¨¦ sabe nadie. Y lo ha hecho como empez¨®. Solo, de frente, en su casa, mutada la camisola del chaval que empezaba por la camiseta apretada del hombre feliz y libre que dice empezar a ser tras soltar lastre. Ah¨ª estaba, daba gusto verlo. El novio de Espa?a. El yerno perfecto. El ¨ªdolo al que le tiran bragas a escena admitiendo a coraz¨®n abierto que el ropero, por muy c¨®modo que sea, nunca es lo bastante amplio para quien lo habita a la fuerza. Un estudio de la Complutense dice que tres de cada cuatro empleados ocultan en el trabajo que son gais, como Pablo. Lo dudo. Pero nunca he tenido que decir a nadie en casa ni en la calle ni en el curro que soy mujer, blanca y hetero por fuera para poder ser como soy por dentro.