La gesti¨®n de la esperanza
La humanidad se dirige hacia una guerra fr¨ªa contra formas de amenazas biol¨®gicas o catastr¨®ficas
Hace casi justamente un a?o, HBO estrenaba la miniserie Chern¨®bil, de Craig Mazin. Tuvo algo de premonitorio, porque ya casi nadie se acordaba de aquel accidente acaecido en abril de 1986 y que sell¨® el destino de la moribunda Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ahora, nosotros podr¨ªamos estar en una situaci¨®n parecida por cuanto en ambos casos afrontamos un fallo tecnol¨®gico que en un muy corto periodo de tiempo afect¨® a buena parte de la poblaci¨®n. As¨ª que el marco cronol¨®gico de nuestra era puede comenzar en 1990, con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, pero tambi¨¦n en 1986, con Chern¨®bil, cerr¨¢ndose el perio...
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Hace casi justamente un a?o, HBO estrenaba la miniserie Chern¨®bil, de Craig Mazin. Tuvo algo de premonitorio, porque ya casi nadie se acordaba de aquel accidente acaecido en abril de 1986 y que sell¨® el destino de la moribunda Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ahora, nosotros podr¨ªamos estar en una situaci¨®n parecida por cuanto en ambos casos afrontamos un fallo tecnol¨®gico que en un muy corto periodo de tiempo afect¨® a buena parte de la poblaci¨®n. As¨ª que el marco cronol¨®gico de nuestra era puede comenzar en 1990, con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, pero tambi¨¦n en 1986, con Chern¨®bil, cerr¨¢ndose el periodo en 2020 con la covid-19.
?Y ahora qu¨¦? Desde marzo se gestion¨® con cierta eficacia la incertidumbre ante la amenaza del coronavirus; la gesti¨®n del alivio tambi¨¦n ha ido saliendo bien en las ¨²ltimas semanas. Pero ahora tenemos por delante la gesti¨®n de la esperanza, y eso ya es harina de otro costal. ?Hacia d¨®nde vamos? Nadie parece saberlo a ciencia cierta.
Podr¨ªamos estar dirigi¨¦ndonos hacia una nueva guerra fr¨ªa, y no contra chinos o sovi¨¦ticos, como entonces, sino contra nuevas formas de amenazas biol¨®gicas o catastr¨®ficas, que ya por entonces, en los a?os del enfrentamiento bipolar, cuando cuajaba el primer esbozo real de mundo globalizado, daban como resultado escenarios de fallo tecnol¨®gico.
Y es que hemos heredado los terrores de la guerra fr¨ªa, como adaptados a la globalizaci¨®n. Uno de los memes que corr¨ªa estos d¨ªas por WhatsApp, titulado Tragedias a las cuales he sobrevivido, listaba los terrores globales sufridos desde los a?os noventa del siglo pasado, empezando con la enfermedad de las vacas locas, continuando por el SARS, el H5N1 de la gripe aviar (2005), el H1N1 de la gripe porcina (2009), el MERS (tres a?os m¨¢s tarde) y el ¨¦bola (2014). Visto con perspectiva hist¨®rica, es evidente que la covid-19 forma parte de esa cadena de ¡°accidentes¡± y que un proceso as¨ª no va a desaparecer en a?os venideros. Aunque suene a alarmismo y nadie parece pensar en ello, en estos d¨ªas se ha hablado del nuevo brote de ¨¦bola en ?frica y se empiezan a lanzas advertencias sobre la fiebre hemorr¨¢gica de Crimea-Congo.
De acuerdo: estamos todos muy sensibilizados por estos temas. As¨ª que no va a quedar m¨¢s remedio que afrontar con realismo ¡ªpero sin dramatismo¡ª la nueva amenaza que ha llegado hasta nuestras puertas e incluso dentro de nuestros propios hogares y puestos de trabajo.
Estamos viviendo una suerte de revoluci¨®n tecnol¨®gica y c¨ªvica que afecta a la mayor parte de todo el mundo y cuyo alcance final a¨²n ignoramos. A partir de ahora, el criterio que primar¨¢ en el liderazgo pol¨ªtico deber¨ªa ser el de eficacia en la resoluci¨®n y la prevenci¨®n. Y no solo de cat¨¢strofes sanitarias y de la naturaleza, sino tambi¨¦n de los muchos problemas que conllevar¨¢n. Al socaire de la Guerra Fr¨ªa se toleraron golpes de Estado y dictaduras. En nuestros d¨ªas, la herencia de la crisis de 2008 ha sido esa generaci¨®n de pol¨ªticos populistas, caudillistas y simples aut¨®cratas que llegaron al poder para practicar el trilerismo y el regate corto, lo cual explica en buena medida las salidas de tono y el desorden reinante por doquier.
Se han dado dram¨¢ticos intentos de supervivencia de esos reg¨ªmenes incluso en el seno de la Uni¨®n Europea. El pasado 30 de marzo, el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, logr¨® la aprobaci¨®n de una ley en virtud de la cual podr¨¢ gobernar mediante decretos a partir de aquel d¨ªa y hasta cuando ¨¦l considere oportuno. As¨ª que se est¨¢ enraizando una dictadura en medio de la Uni¨®n Europea, un precedente nefasto que alg¨²n que otro peque?o pa¨ªs europeo le ha faltado tiempo para intentar emular con mayor o menor ¨¦xito y contenci¨®n.
Por tanto, se trata de anular esas indeseadas herencias del pasado pol¨ªtico reciente y a la vez propiciar un cambio social hacia la estabilidad que traiga la recuperaci¨®n econ¨®mica y prevenga nuevas cat¨¢strofes. Posiblemente, en Occidente, la fuerza de las circunstancias har¨¢ que vayamos derivando hacia Gobiernos m¨¢s tecnocr¨¢ticos, que incluyan profesionales de la sanidad, economistas y otros expertos. Controlados de cerca por Parlamentos con perfiles ideol¨®gicos variados, progresistas e innovadores. Y unos medios de comunicaci¨®n profesionales y neutrales m¨¢s potentes que hasta ahora, como garantes de las libertades fundamentales. Todo ello sustentado por alguna forma de regulaci¨®n y equilibrio internacional, a escala global; o por bloques de afinidad ideol¨®gica, en consonancia al tipo de poblaci¨®n, nivel de desarrollo y otros par¨¢metros.
La covid-19 ser¨¢ neutralizada tarde o temprano. Pero entonces el problema ya no ser¨¢ la pandemia, sino la idea de que podremos volver a los excesos recientes como si todo hubiera sido una pesadilla. Porque fue precisamente ese pasado el que nos llev¨® a la presente situaci¨®n. Y a lo que hemos de aplicarnos ahora es a gestionar el futuro; porque al pasado no hay que intentar volver.
Francisco Veiga es profesor de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Autor de El desequilibrio como orden (Alianza) y coautor de Patriotas indignados (Alianza).