Trasiego
La historia est¨¢ llena de personajes que alternaron el altruismo con la mezquindad y las gestas heroicas con biograf¨ªas miserables
La historia est¨¢ llena de personajes que alternaron el altruismo con la mezquindad y las gestas heroicas con biograf¨ªas miserables. A veces, las gestas heroicas y las biograf¨ªas miserables se trenzaban de tal modo que no hab¨ªa manera de distinguir d¨®nde terminaban las primeras y comenzaban las segundas. De ah¨ª la controversia entre los partidarios de mantener las estatuas de estos pr¨®ceres y los de derribarlas. Me viene a la memoria un militar del que se dijo que habr¨ªa que conducirlo al pared¨®n inmediatamente despu¨¦s de condecorarlo. No es raro, pues, que coincidan en el mismo individuo una s...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La historia est¨¢ llena de personajes que alternaron el altruismo con la mezquindad y las gestas heroicas con biograf¨ªas miserables. A veces, las gestas heroicas y las biograf¨ªas miserables se trenzaban de tal modo que no hab¨ªa manera de distinguir d¨®nde terminaban las primeras y comenzaban las segundas. De ah¨ª la controversia entre los partidarios de mantener las estatuas de estos pr¨®ceres y los de derribarlas. Me viene a la memoria un militar del que se dijo que habr¨ªa que conducirlo al pared¨®n inmediatamente despu¨¦s de condecorarlo. No es raro, pues, que coincidan en el mismo individuo una sensibilidad art¨ªstica extraordinaria, por ejemplo, con una falta de nobleza colosal. ?Qu¨¦ hacer ante el dilema? Propongo calcular en cada caso las cantidades de filantrop¨ªa y de ignominia de los sujetos inmortalizados en piedra para restarles el porcentaje maldito. Pongamos que, seg¨²n los criterios actuales, media vida de Col¨®n fuera condenable mientras que la otra media constituyera un modelo de conducta. Dividamos su estatua longitudinalmente, de arriba abajo, y dejemos a la vista una de las mitades, que representar¨ªa el lado bueno del descubridor.
Casi todas las estatuas de nuestras ciudades quedar¨ªan mutiladas, claro. Cabe pensar que de la mayor¨ªa de las ecuestres solo quedar¨ªa el caballo, mientras que de algunos guerreros de a pie solo quedar¨ªa una bota, quiz¨¢ un calcet¨ªn con agujeros. Pero de este modo se har¨ªa justicia, que es de lo que se trata. Los fragmentos excluidos podr¨ªan destinarse al establecimiento de museos dedicados a la exposici¨®n del flanco oscuro de los seres humanos. Todo este trasiego se traducir¨ªa en la creaci¨®n de numerosos puestos de trabajo, lo que tampoco vendr¨ªa mal para los tiempos que corren.