Barricada
Despu¨¦s de varios meses de confinamiento a causa de la peste se abrir¨¢ hoy la puerta de nuestra mente para enfrentarse al desaf¨ªo orgi¨¢stico del verano
Un d¨ªa como hoy, 21 de junio, en culturas muy distintas desde la antig¨¹edad se celebraba el solsticio de verano con un rito id¨¦ntico. Se constru¨ªa un mu?eco, que representaba a la muerte, se le engalanaba con cintas de colores y otros perifollos, lo llevaban en procesi¨®n a lo alto de un monte o a la playa y, all¨ª, despu¨¦s de despojarlo de todos los adornos, lo despe?aban por un precipicio o dejaban que se ahogara en el mar. Era la forma exorcista de sacudirse la muerte de encima. Esta ceremonia en los pa¨ªses n¨®rdicos se acompa?aba con la tala de un abeto por cuyo tronco desnudo en medio de la ...
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Un d¨ªa como hoy, 21 de junio, en culturas muy distintas desde la antig¨¹edad se celebraba el solsticio de verano con un rito id¨¦ntico. Se constru¨ªa un mu?eco, que representaba a la muerte, se le engalanaba con cintas de colores y otros perifollos, lo llevaban en procesi¨®n a lo alto de un monte o a la playa y, all¨ª, despu¨¦s de despojarlo de todos los adornos, lo despe?aban por un precipicio o dejaban que se ahogara en el mar. Era la forma exorcista de sacudirse la muerte de encima. Esta ceremonia en los pa¨ªses n¨®rdicos se acompa?aba con la tala de un abeto por cuyo tronco desnudo en medio de la plaza los j¨®venes trepaban para recoger de lo alto aquellas cintas de colores con que hab¨ªa sido adornado y las entregaban a las muchachas coronadas de flores. Despu¨¦s de varios meses de confinamiento a causa de la peste se abrir¨¢ hoy la puerta de nuestra mente para enfrentarse al desaf¨ªo orgi¨¢stico del verano. En nuestra cultura mediterr¨¢nea este solsticio se celebra con hogueras, y en la noche de San Juan alrededor de las llamas se formulan deseos y se establece toda clase de sue?os. Tambi¨¦n esta vez habr¨¢ bailes, canciones y guirnaldas; en la ronda del fuego bajo las estrellas germinar¨¢n primeros amores y habr¨¢ nostalgias de otros que se perdieron, pero en el solsticio de este a?o la ruidosa alegr¨ªa aparecer¨¢ sobrevolada por la sombra de la guada?a. Nunca como en esa noche el placer estar¨¢ tan unido a la muerte real, no en forma de mu?eco simb¨®lico, porque las cenizas de esas hogueras nos recordar¨¢n a las de nuestros muertos. Puede que el coronavirus nos obligue a vivir un verano a la antigua usanza. Una hamaca, la sombra de una parra, un buen libro, una bicicleta, alguna copa con un peque?o c¨ªrculo de amigos de confianza formar¨¢n una barricada a la espera de que en la playa, entre el cuerpo y las olas, la muerte se ahogue de una vez en el mar.