Los jueces terminan emancip¨¢ndose
El Tribunal Supremo modelado por los nombramientos de Donald Trump empieza a revertir sus sentencias en un sentido progresista
A Donald Trump empiezan a torc¨¦rsele las cosas. En sus ya casi cuatro a?os como presidente ha nombrado a m¨¢s de 200 jueces, incluyendo dos vitalicios del Tribunal Supremo. Todos conservadores y algunos incluso ultras. Solo por esta tarea, que le ha dado una mayor¨ªa conservadora en la corte constitucional, ha tenido el apoyo republicano, sin que importaran los destrozos de su lamentable curso presidencial. Pues bien, este tribunal derechista ha empezado a ofrecer frutos progresistas, con el l¨®gico desconcierto en la Casa Blanca y las filas republicanas, el regocijo de los dem¨®cratas y, sobre to...
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A Donald Trump empiezan a torc¨¦rsele las cosas. En sus ya casi cuatro a?os como presidente ha nombrado a m¨¢s de 200 jueces, incluyendo dos vitalicios del Tribunal Supremo. Todos conservadores y algunos incluso ultras. Solo por esta tarea, que le ha dado una mayor¨ªa conservadora en la corte constitucional, ha tenido el apoyo republicano, sin que importaran los destrozos de su lamentable curso presidencial. Pues bien, este tribunal derechista ha empezado a ofrecer frutos progresistas, con el l¨®gico desconcierto en la Casa Blanca y las filas republicanas, el regocijo de los dem¨®cratas y, sobre todo, el alivio entre quienes admiran el sistema de controles y equilibrios de poderes (checks and balances) construido por la democracia estadounidense.
Este tribunal conservador tom¨® hace un a?o una resoluci¨®n menor, como fue denegar a la Administraci¨®n el derecho a preguntar sobre la ciudadan¨ªa de los encuestados en el censo, para evitar que se utilizara como sistema de control de inmigrantes. Pero ahora ha emitido dos sentencias trascendentes, una reconociendo que los derechos de los LGTB son exactamente derechos civiles, especialmente en el mundo laboral; y otra rechazando la anulaci¨®n del programa establecido por Obama para evitar que fueran expulsados 700.000 dreamers o so?adores, j¨®venes nacidos en el extranjero, pero educados e integrados en el sue?o del ascenso social.
No es la primera reversi¨®n de la tendencia del tribunal. El car¨¢cter vitalicio de los jueces y su atenci¨®n a la evoluci¨®n de la sociedad conducen a compensar los excesos de los otros dos poderes, especialmente el Ejecutivo. Las sentencias sobre derechos civiles que precedieron a la supresi¨®n legal de la segregaci¨®n racial salieron del tribunal presidido por Earl Warren, nombrado por Eisenhower. Entre 2002 y 2003, con William Rehnquist, nombrado por Nixon y elevado a la presidencia por Reagan, el tribunal confirm¨® la discriminaci¨®n positiva en la educaci¨®n superior, garantiz¨® la protecci¨®n constitucional para gays y lesbianas en su vida privada y protegi¨® los derechos a prestaciones sanitarias a las familias de los empleados p¨²blicos.
Ahora ha sido John Roberts, el presidente nombrado por George W. Bush, quien ha decantado al tribunal. Y, en el caso de la sentencia sobre los LGTB, con la compa?¨ªa de Neil Gorsuch, ¨²ltimo nombramiento de Trump y ponente de una sentencia en la que los conservadores han perdido por seis votos contra tres.