Trump contra Europa
El ataque a la ¡®tasa Google¡¯ exige una firme respuesta de la Uni¨®n
El presidente Donald Trump ha anunciado la retirada de EE UU de las negociaciones multilaterales que se siguen en el seno de la OCDE para acordar un impuesto a las grandes multinacionales tecnol¨®gicas en todo el mundo. Es un desaf¨ªo directo a Europa. Cuatro de sus grandes pa¨ªses ¡ªFrancia, Italia, Espa?a y el Reino Unido¡ª, que representan la mitad de la econom¨ªa europea, han establecido o ultiman este impuesto, popularmente conocido como la tasa Google.
Ante el primer enfado de Washington y en bien de una soluci¨®n amistosa, varios optaron por supeditarla a la decisi¨®n final que se...
El presidente Donald Trump ha anunciado la retirada de EE UU de las negociaciones multilaterales que se siguen en el seno de la OCDE para acordar un impuesto a las grandes multinacionales tecnol¨®gicas en todo el mundo. Es un desaf¨ªo directo a Europa. Cuatro de sus grandes pa¨ªses ¡ªFrancia, Italia, Espa?a y el Reino Unido¡ª, que representan la mitad de la econom¨ªa europea, han establecido o ultiman este impuesto, popularmente conocido como la tasa Google.
Ante el primer enfado de Washington y en bien de una soluci¨®n amistosa, varios optaron por supeditarla a la decisi¨®n final que se acordase en la OCDE. Opci¨®n que formaliz¨® el presidente Emmanuel Macron, pactando con Trump en el G-7 de agosto de 2019. La decisi¨®n de ahora, pues, entra?a una grave ruptura pol¨ªtica de un pacto formal. Entorpece la negociaci¨®n europea del trascendental plan de recuperaci¨®n econ¨®mica, cuya cuant¨ªa se prev¨¦ financiar en parte con el impuesto digital, y es un contrasentido, pues Washington ya ha creado por su cuenta un impuesto local a esas empresas.
El desaf¨ªo pol¨ªtico acarrear¨¢ consecuencias encadenadas. La Comisi¨®n Europea reaccion¨® anunciando su prop¨®sito de reintroducir el proyecto de un impuesto tecnol¨®gico com¨²n. Este se hab¨ªa aplazado por las resistencias de algunos de sus miembros a abandonar las ventajas de ciertas normas nacionales que les convierten en semipara¨ªsos fiscales. Par¨ªs calific¨® de ¡°provocaci¨®n¡± la actuaci¨®n de Trump y, previsiblemente, los cuatro europeos m¨¢s afectados proseguir¨¢n transitoriamente con sus impuestos individuales. No cabe descartar retorsiones de Washington en otros ¨¢mbitos, como el comercial, ampliando o agravando los nuevos aranceles antieuropeos de Trump. Adem¨¢s del desaf¨ªo pol¨ªtico, el calado econ¨®mico de la disputa es considerable. Los grandes consorcios a los que ahora se beneficia encabezan la clasificaci¨®n mundial por facturaci¨®n: su elusi¨®n fiscal es injusta, perjudica a las econom¨ªas afectadas y desmoraliza a los contribuyentes cumplidores. Precisamente durante una recesi¨®n, las recaudaciones fiscales disminuyen y se requiere m¨¢s que los grandes conglomerados contribuyan. A todo esto hay que a?adir que el sector digital es uno de los que no solo ha sorteado los efectos econ¨®micos de la pandemia, sino que ha podido ¡ªleg¨ªtimamente¡ª sacar partido de las incrementadas necesidades comunicativas de las poblaciones recluidas por imperativo de salud p¨²blica.
La agresi¨®n fiscal de Trump coincide en el tiempo con su represalia a Alemania, retirando parte de sus tropas establecidas desde el final de la guerra mundial. Esta ofensiva aumenta una triste secuencia de boicoteo a instituciones y acuerdos en cuyo buen fin Europa ¡ªjunto a otras Administraciones estadounidenses, dem¨®cratas y republicanas¡ª se ha empe?ado desde decenios: el cambio clim¨¢tico; la pacificaci¨®n de Ir¨¢n; el mantenimiento de organizaciones de la ONU como la OMS; o la Corte Penal Internacional, contra cuyos miembros Washington prepara represalias. Esta m¨²ltiple deserci¨®n de todas las contribuciones multilateralistas que EE UU ha practicado en su historia ¡ªadmirables en s¨ª, independientemente de qui¨¦n gobernase en Washington¡ª no puede quedar sin respuesta. Los europeos debieran imaginar las mejores y m¨¢s constructivas v¨ªas para contrarrestarla, especialmente tras las pr¨®ximas elecciones presidenciales.