M¨¢s Pilatos que Judas
El libro de John Bolton sobre Trump seguro que es entretenid¨ªsimo, pero la fuente es interesada
Pocos personajes hist¨®ricos han demostrado tanta maestr¨ªa en el arte de ponerse de lado ante la propia responsabilidad como Pilatos. Su lavado de manos acompa?ado del ¡°soy inocente de la sangre de este hombre justo¡± ¡ªcuando era ¨¦l, como m¨¢xima autoridad, quien ordenaba la crucifixi¨®n de Jes¨²s¡ª es una de las frases m¨¢s famosas de la historia. Pero tampoco le queda a la zaga su ¡°lo escrito, escrito est¨¢¡± cuando algunos miembros del sanedr¨ªn le pidieron que quitara el cartel colocado sobre la cabeza del Crucificado. Inscripci¨®n que hab¨ªa ordenado colocar, siguiendo la costumbre romana, el propio ...
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Pocos personajes hist¨®ricos han demostrado tanta maestr¨ªa en el arte de ponerse de lado ante la propia responsabilidad como Pilatos. Su lavado de manos acompa?ado del ¡°soy inocente de la sangre de este hombre justo¡± ¡ªcuando era ¨¦l, como m¨¢xima autoridad, quien ordenaba la crucifixi¨®n de Jes¨²s¡ª es una de las frases m¨¢s famosas de la historia. Pero tampoco le queda a la zaga su ¡°lo escrito, escrito est¨¢¡± cuando algunos miembros del sanedr¨ªn le pidieron que quitara el cartel colocado sobre la cabeza del Crucificado. Inscripci¨®n que hab¨ªa ordenado colocar, siguiendo la costumbre romana, el propio gobernador de Judea. Al final, no le fue bien en el cursus honorum, su carrera pol¨ªtica. Los romanos se tomaban muy en serio la responsabilidad y el pobre Pilatos result¨® ser un adelantado a su tiempo.
Tampoco es nuevo el arte de ponerse de lado a posteriori. El ejemplo m¨¢s reciente lo ha dado John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional de Donald Trump, quien ha podido publicar finalmente su libro La habitaci¨®n donde sucedi¨®, en el que narra su experiencia junto al presidente en el sanctasanct¨®rum de la Casa Blanca. El equipo del mandatario ha tratado de impedir por dos veces la publicaci¨®n de un texto que ya hab¨ªa sido revisado por si desvelaba secretos de Estado ¡ªa los estadounidenses les pasa con la seguridad nacional lo que a los romanos con la responsabilidad¡ª y que ha sido pr¨¢cticamente amparado por la Primera Enmienda para ver la luz. L¨®gico, Trump es m¨¢s de la Segunda Enmienda, lo que convierte a una parte importante de la poblaci¨®n del pa¨ªs en usuarios de la Quinta.
Bolton, un veteran¨ªsimo pol¨ªtico republicano, acept¨® uno de los cargos sin duda m¨¢s delicados de la pol¨ªtica mundial por encargo de uno de los presidentes sin duda menos delicados que ha tenido EE UU. Las malas lenguas dicen que aspiraba a secretario de Estado. ?Acaso no se conformaba con ser consejero de Seguridad Nacional? Con los cargos debe pasar lo que dec¨ªa Rockefeller sobre cu¨¢nto dinero es suficiente: solo un poco m¨¢s. El caso es que Bolton acept¨® encantado. Lo acept¨® todo. El cargo, las lisonjas que le lanz¨® Trump cuando le nombr¨® y el poder, sobre todo el poder. Y diga lo que diga ahora, ¨¦l tambi¨¦n tiene parte de responsabilidad sobre todo lo que se decidi¨® ese a?o en la habitaci¨®n donde sucedi¨®.
?Significa esto que el testimonio de Bolton sobre las barbaridades proferidas por Trump del tipo ¡°invadir Venezuela molar¨ªa¡± o ¡°bombardeemos Ir¨¢n¡± no sea v¨¢lido? En absoluto. Es m¨¢s, seguramente nunca sabremos las peores. Y el libro ser¨¢ entretenid¨ªsimo. Pero la fuente es interesada, aunque Bolton suena m¨¢s a Pilatos que a Judas. Miedo, de Bob Woodward, s¨ª que se mancha las manos. Y ah¨ª s¨ª que lo escrito, escrito est¨¢.