Trump busca el BID mirando a China
Estados Unidos pretende una posici¨®n clave para las finanzas de Am¨¦rica Latina en un momento en el que los pa¨ªses de a regi¨®n caminan hacia una crisis de financiamiento
Donald Trump emiti¨® una fuerte se?al pol¨ªtica hacia Am¨¦rica Latina. Postul¨® a Mauricio Claver-Carone para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es la primera vez que Estados Unidos pretende ese sill¨®n, asignado desde siempre a los latinoamericanos por una regla no escrita fijada desde la fundaci¨®n del organismo, en 1959. La misma que establece que el Banco Mundial ser¨¢ liderado por un norteamericano, y el Fondo Monetario Internacional por un europeo. El movimiento de Trump pone en evidencia varios fen¨®menos relevantes para la regi¨®n. Uno de ellos se inscribe en el tabler...
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Donald Trump emiti¨® una fuerte se?al pol¨ªtica hacia Am¨¦rica Latina. Postul¨® a Mauricio Claver-Carone para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es la primera vez que Estados Unidos pretende ese sill¨®n, asignado desde siempre a los latinoamericanos por una regla no escrita fijada desde la fundaci¨®n del organismo, en 1959. La misma que establece que el Banco Mundial ser¨¢ liderado por un norteamericano, y el Fondo Monetario Internacional por un europeo. El movimiento de Trump pone en evidencia varios fen¨®menos relevantes para la regi¨®n. Uno de ellos se inscribe en el tablero global. Es la pretensi¨®n de Washington de neutralizar un avance de China en un momento en que los pa¨ªses del ¨¢rea caminan hacia una crisis de financiamiento. El otro dato que hay que tener en cuenta para entender la novedad es la incapacidad de los gobiernos de Am¨¦rica Latina para coincidir en una candidatura propia. Es un signo m¨¢s del resquebrajamiento que se registra en esa parte del mundo. Por esas grietas avanz¨® Trump.
Claver-Carone es un cubano-americano que se desempe?a como director para Am¨¦rica Latina en el Consejo Nacional de Seguridad. All¨ª expresa las posiciones m¨¢s intransigentes en relaci¨®n con los dos asuntos que dominan la agenda continental de la de la actual administraci¨®n de los Estados Unidos: el conflicto con los reg¨ªmenes de Cuba y Venezuela. Su aversi¨®n a Nicol¨¢s Maduro es tan marcada que, en diciembre pasado, cuando advirti¨® la presencia de un representante del venezolano en la asunci¨®n presidencial del argentino Alberto Fern¨¢ndez, se retir¨® con estridencia de la ceremonia.
Claver-Carone es un militante org¨¢nico del Partido Republicano de Florida, aliado del senador Marco Rubio, quien acaso sea la figura m¨¢s influyente en el establecimiento de las prioridades de Trump para la regi¨®n. Puede ser un detalle secundario, pero conviene consignarlo: la campa?a para la reelecci¨®n presidencial no atraviesa un buen momento en Florida. Las encuestas indican una leve superioridad de Joe Biden.
Antes de integrarse al Consejo Nacional de Seguridad, Claver-Carone represent¨® a su pa¨ªs en el Fondo Monetario Internacional. En diciembre del a?o pasado, se lo mencion¨® como posible sucesor del vicepresidente del BID, Brian O¡¯Neill, que hab¨ªa fallecido. No se sabe si fue por falta de impulso desde la Secretar¨ªa del Tesoro o por alguna resistencia planteada desde el BID, lo cierto es que no alcanz¨® esa posici¨®n.
La nominaci¨®n de Claver-Carone desat¨® reproches de casi todo el arco pol¨ªtico regional. El Grupo de Puebla, liderado por el espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el brasile?o Lula da Silva, el ecuatoriano Rafael Correa y el argentino Fern¨¢ndez, alert¨® acerca de un gran desequilibrio de poder dentro del Banco. Estados Unidos es el principal accionista con el 30% del capital y tiene poder de veto en la Junta de Gobernadores.
La misma preocupaci¨®n manifestaron el brasile?o Fernando Henrique Cardoso, el mexicano Ernesto Zedillo, el chileno Ricardo Lagos, el uruguayo Julio Mar¨ªa Sanguinetti y el colombiano Juan Manuel Santos. Estos cinco expresidentes, de orientaci¨®n socialdem¨®crata, exhortaron a los gobiernos latinoamericanos a ofrecer una alternativa a la propuesta de Trump.
El reclamo deja al desnudo la fragilidad que est¨¢ permitiendo a Washington capturar una posici¨®n clave para las finanzas de Am¨¦rica Latina. Los pa¨ªses de la regi¨®n no pudieron construir una candidatura com¨²n. La expresidenta costarricense Laura Chinchilla solo consigui¨® el aval de centroamericanos y caribe?os. Adem¨¢s, con ella compet¨ªa una compatriota: Rebeca Grynspan, secretaria general de la Comunidad Iberoamericana. El gobierno argentino propuso a Gustavo B¨¦liz, quien fue funcionario del BID. Solo sum¨® el apoyo de M¨¦xico. En disonancia con su socio del Mercosur, Brasil levant¨® el nombre de Rodrigo Xavier, un acad¨¦mico que vive en California. Ver a Xavier al frente del Banco fue una enso?aci¨®n de Paulo Guedes. El ministro de Hacienda puso a prueba la intensidad de la alianza entre Trump y Jair Bolsonaro. Le sali¨® mal.
La multiplicidad de aspiraciones revela la fragmentaci¨®n de la regi¨®n. Claver-Carone se convirti¨® en una parad¨®jica prenda de unidad. Ya tiene el apoyo de Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Uruguay y Venezuela ¨Cque en el BID est¨¢ representada por el Gobierno parlamentario de Juan Guaid¨®¡ªy Colombia, la cuna de Luis Alberto Moreno, el actual presidente del BID. Es posible que las adhesiones de Chile y de Per¨² no tarden en llegar.
El gobierno de los Estados Unidos presenta su jugada con argumentos que bordean la iron¨ªa. Estar¨ªa demostrando que ese pa¨ªs recupera el inter¨¦s por su propio continente. En realidad, la aspiraci¨®n de Claver-Carone se sostiene en un viejo impulso nacionalista que anida en el pensamiento conservador norteamericano y que Trump adopt¨® como programa. Ese impulso sigue una premisa: los Estados Unidos deben liderar las organizaciones de las que participa. Si no pueden hacerlo, deben retirarse de ellas. Para algunos, se trata de un ataque al multilateralismo. Para otros, no es m¨¢s que el sinceramiento de una hegemon¨ªa velada por formalidades burocr¨¢ticas.
La postulaci¨®n de Claver-Carone es una decisi¨®n sobre Am¨¦rica Latina que se tom¨® mirando a China. No es la primera vez que el BID es la arena de ese combate. El a?o pasado Washington humill¨® a Pek¨ªn forzando la suspensi¨®n de la reuni¨®n anual que se realizar¨ªan en Chengdu.
El equipo diplom¨¢tico y econ¨®mico de Trump advierte con preocupaci¨®n el peso creciente que han tenido en los ¨²ltimos a?os los chinos en el financiamiento de proyectos en el ¨¢rea. Esta inquietud se acent¨²a ahora por dos factores. El conflicto entre las dos potencias se ha agravado. Y los latinoamericanos demandar¨¢n, cuando ceda la pandemia, grandes caudales de dinero.
En este contexto el gobierno de Trump hab¨ªa lanzado la iniciativa Am¨¦rica Crece, para solventar desarrollos de infraestructura con capital privado y p¨²blico. Claver-Carone al frente del BID es imaginado en la Casa Blanca y en el Departamento del Tesoro como una palanca de esa estrategia. El BID es, junto con la Corporaci¨®n Andina de Fomento, la instituci¨®n multilateral que m¨¢s d¨®lares vuelca en Am¨¦rica Latina. Financia proyectos por 11.000 millones de d¨®lares. La promesa subliminal de esa eventual presidencia es que el Banco se capitalizar¨ªa y esa suma ascender¨ªa a los 18.000 o 20.000 millones de d¨®lares.
El gobierno de Xi Jinping ya ha suscripto con 14 pa¨ªses de la regi¨®n acuerdos de inversi¨®n en el marco de la iniciativa One Belt, One Road (Una franja, una ruta). Pa¨ªses que est¨¢n bajo la influencia directa de los Estados Unidos, como Panam¨¢, Rep¨²blica Dominicana y El Salvador, han dejado de mantener relaciones con Taiw¨¢n para establecerlas con la Rep¨²blica Popular China. Los chinos son los principales socios comerciales de los chilenos. E incrementaron much¨ªsimo sus v¨ªnculos econ¨®micos con Brasil y Argentina. Venezuela, Bolivia y Ecuador tienen una dependencia marcad¨ªsima con Pek¨ªn.
Claver-Carone es una pieza en este ajedrez. Su candidatura pretende tomar una colina en un conflicto que la Casa Blanca narra con los t¨¦rminos de una nueva guerra fr¨ªa.