Arriesgarse a cogobernar
Si S¨¢nchez no logra aprobar el presupuesto ser¨¢ por un exceso de soberbia de La Moncloa
El levantamiento del estado de alarma devuelve el foco pol¨ªtico a los Presupuestos de 2021 y la agenda de medidas contra la crisis, sin excesiva incertidumbre en su viabilidad: si fracasa su probable aprobaci¨®n no ser¨¢ tanto por la fuerza de la oposici¨®n como por un exceso de soberbia en La Moncloa. Nada parece alterar la nueva configuraci¨®n parlamentaria favorable a Pedro S¨¢nchez, surgida de los meses de confinamiento (y de los congresos internos celebrados mientras tanto en Cs y Podemos). En tiempos de polarizaci¨®n e impertinencia pol¨ªtica, debemos subrayar la predisposici¨®n de casi todos lo...
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El levantamiento del estado de alarma devuelve el foco pol¨ªtico a los Presupuestos de 2021 y la agenda de medidas contra la crisis, sin excesiva incertidumbre en su viabilidad: si fracasa su probable aprobaci¨®n no ser¨¢ tanto por la fuerza de la oposici¨®n como por un exceso de soberbia en La Moncloa. Nada parece alterar la nueva configuraci¨®n parlamentaria favorable a Pedro S¨¢nchez, surgida de los meses de confinamiento (y de los congresos internos celebrados mientras tanto en Cs y Podemos). En tiempos de polarizaci¨®n e impertinencia pol¨ªtica, debemos subrayar la predisposici¨®n de casi todos los partidos a favorecer la gobernabilidad, en grados diversos y con planteamientos dispares, obviamente. La nueva normalidad no es tan nueva: como en el pasado, son PSOE y PP quienes determinar¨¢n c¨®mo resolver la ecuaci¨®n en este proceso de reconstrucci¨®n.
En el lado gubernamental, el presidente encara el problema de quien tiene diversas bazas aparentemente buenas: hay que saber jugarlas. Su principal inconveniente proviene de la inercia que le ha permitido llegar hasta aqu¨ª tras su elecci¨®n como secretario general del PSOE hace ahora casi seis a?os. Una irrefrenable confianza en sus posibilidades, plasmada en una personalizaci¨®n predominante en la pr¨¢ctica del poder, que le sobreexpone (con la total aquiescencia del protagonista) y le deja con baja protecci¨®n ante acontecimientos inesperados. No es sanchismo, sino desintermediaci¨®n pol¨ªtica de las democracias contempor¨¢neas, que de momento ha ofrecido resultados desiguales. ?Es esa la receta adecuada para los pr¨®ximos meses?
S¨¢nchez y su equipo deber¨¢n resolver, o al menos disimular, la contradicci¨®n entre la intensa concentraci¨®n de la autoridad dentro del partido y del propio Ejecutivo que practica el presidente, y la imprescindible consocionalidad que se impondr¨¢ por la v¨ªa de los hechos en los pr¨®ximos meses, tanto en el ¨¢mbito parlamentario como en las relaciones con autonom¨ªas, municipios y agentes sociales. La cogobernanza no es solo un mantra del Ejecutivo, sino una din¨¢mica institucional que exige dividir el poder y que ha evidenciado notables disfunciones estos meses. No es imposible una suma de contrarios en la negociaci¨®n del presupuesto. Pero exigir¨¢ ceder fuerza por parte del jefe de Gobierno. Los gobernantes logran resistir mientras sumen debilidades que consoliden su liderazgo, como sugieren John Keane y Haig Patapan en The Democratic Leader.
La posici¨®n de Pablo Casado es m¨¢s incierta. Parec¨ªa comenzar la cuarentena asumiendo el supuesto de que S¨¢nchez no sobrevivir¨ªa a 2021 en el cargo, y teme ahora que la nueva amalgama parlamentaria propulse a su adversario mucho m¨¢s all¨¢. Casado no puede reincidir en el error de sumarse a la mayor¨ªa gubernamental forzado y sin contraprestaciones, como sucedi¨® con la prolongaci¨®n del estado de alarma y el ingreso m¨ªnimo. Ni rememorar el error de AP en el refer¨¦ndum de la OTAN de 1986, cuando apareci¨® ante sus socios europeos como un obst¨¢culo castizamente caprichoso. Pero tampoco puede renunciar a liderar la oposici¨®n ejerciendo de alternativa tanto a los Presupuestos como a la agenda gubernamental. Ni dejar de representar una fuerte corriente de opini¨®n antisanchista que se extiende mucho m¨¢s all¨¢ de Vox. Esa cuadratura del c¨ªrculo, aunando responsabilidad y voz cr¨ªtica, podr¨ªa aplicarse con una f¨®rmula tradicional: proponer un pacto presupuestario para no ser aceptado, sabiendo que el PSOE lo rechazar¨¢ en forma para asumirlo sustantivamente. Y centrar sus exigencias no en el dise?o de los Presupuestos sino en su aplicaci¨®n, especialmente cuando toque gestionar los fondos europeos: ser¨¢n, de hecho, los Gobiernos auton¨®micos del PP, junto a otros, quienes asuman parte de esa ejecuci¨®n. La decisi¨®n de Casado pasa por situarse a la estela de sus dirigentes territoriales, o al frente de ellos. Como S¨¢nchez, su supervivencia pasar¨¢ por arriesgarse tambi¨¦n a la cogobernanza.
Juan Rodr¨ªguez Teruel es profesor de la Universidad de Valencia. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para EL PA?S.