La historia y la imagen
La crisis a¨²n en curso debiera hacernos recordar la recomendaci¨®n procedente del siglo de las Luces, y a¨²n antes de Locke: el conocimiento racional necesita acotar el objeto de conocimiento para proceder a su explicaci¨®n
La crisis a¨²n en curso debiera hacernos recordar muchas cosas, y entre ellas la recomendaci¨®n, procedente del siglo de las Luces, y a¨²n antes de Locke, consistente en que el conocimiento racional necesita acotar el objeto de conocimiento para proceder a su explicaci¨®n. La raz¨®n es como una antorcha que movemos en la oscuridad, o como la sonda del piloto en la navegaci¨®n, que no puede ni debe iluminarlo todo, sino aquello que nos permite seguir caminando en la noche o navegando. La reflexi¨®n es aplicable a la difusi¨®n de la pandemia como explicaci¨®n, y tambi¨¦n como prevenci¨®n. Ateng¨¢monos al ¡°a...
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La crisis a¨²n en curso debiera hacernos recordar muchas cosas, y entre ellas la recomendaci¨®n, procedente del siglo de las Luces, y a¨²n antes de Locke, consistente en que el conocimiento racional necesita acotar el objeto de conocimiento para proceder a su explicaci¨®n. La raz¨®n es como una antorcha que movemos en la oscuridad, o como la sonda del piloto en la navegaci¨®n, que no puede ni debe iluminarlo todo, sino aquello que nos permite seguir caminando en la noche o navegando. La reflexi¨®n es aplicable a la difusi¨®n de la pandemia como explicaci¨®n, y tambi¨¦n como prevenci¨®n. Ateng¨¢monos al ¡°an¨¢lisis concreto de la realidad concreta¡± (Lenin). La amalgama es siempre gratificante para el que la utiliza, pero solo lleva a la confusi¨®n. As¨ª es cierto que la actual cat¨¢strofe nos invita a afrontar los grav¨ªsimos problemas de conservaci¨®n de la naturaleza y del propio planeta, pero la expansi¨®n mort¨ªfera de la covid-19 no tiene nada que ver con eso, sino con la supervivencia de usos alimentarios arcaicos en un pa¨ªs desarrollado, para el caso China, en el marco de la mundializaci¨®n de los transportes. Las costumbres chinas de consumir bichejos sin el menor control sanitario, como la de origen m¨¢gico que extingue los rinocerontes por la estimaci¨®n de sus cuernos, implican un asalto a la naturaleza, solo que de car¨¢cter bien distinto al asalto que llevan a cabo los grandes pa¨ªses por productivismo, China incluida. La ceguera al ignorar la recomendaci¨®n ilustrada tiene esos efectos y parece que seguir¨¢ teni¨¦ndolos.
El precepto debiera ser aplicado a otros fen¨®menos de nuestros d¨ªas, sobre los cuales tiende a practicarse una aproximaci¨®n unilateral, basada tambi¨¦n en generalizaciones. Por supuesto, la prohibici¨®n de Lo que el viento se llev¨® tiene que ver con la vocaci¨®n censoria que est¨¢ acompa?ando a los movimientos reivindicativos actuales. Acabar con lugares de memoria dedicados a organizaciones y figuras pol¨ªticas siniestros resulta l¨®gico. No tiene sentido que las estatuas de quien asol¨® el Congo, de nombre Leopoldo II, presidan el centro de Bruselas, ni que en Bolzano se mantenga una inscripci¨®n donde es celebrada la conquista de Espa?a por el fascismo italiano, ni que Madrid, por simple ignorancia, conserve su calle a Charles Maurras, fundador del fascismo franc¨¦s. Hay, en cambio, personajes ambivalentes, donde coexistieron grandeza y crimen. Sin ir m¨¢s lejos Napole¨®n. Y si para el nacionalismo indigenista resulta l¨®gico derribar las estatuas de Cort¨¦s, aqu¨ª deber¨ªamos hacerlo con el monumento al cura Hidalgo, h¨¦roe de la independencia mexicana, y perpetrador de aut¨¦nticas matanzas de civiles espa?oles, como en la alh¨®ndiga de Guanajuato. La ¨²nica soluci¨®n es no dejarse arrastrar por una motivaci¨®n excluyente, o en todo caso recurrir a la imaginativa soluci¨®n cubana para justificar la supervivencia de una estatua de Fernando VII.
Volviendo a Lo que el viento se llev¨®, lo que asimismo interesa recordar es que la imagen tambi¨¦n fabrica la historia. Fundamentalmente dos pel¨ªculas, la citada y la anterior El nacimiento de una naci¨®n, crearon un relato destinado a perpetuarse, seg¨²n el cual existi¨® una cosa estupenda llamada Ku-klux Klan en la de Griffith, y una feliz esclavitud negra presidida por caballeros y besos de Clark Gable, en la de Fleming. Los efectos est¨¢n a la vista en el presente sure?o, sin alteraciones: idealizaci¨®n del pasado y discriminaci¨®n racial. Para entenderlo, resulta ¨²til acudir a la distinci¨®n de Hirsch entre significado (meaning) y significaci¨®n (significance), elaborada a partir de la conocida entre denotaci¨®n y connotaci¨®n. El significado remite al contenido del mensaje, tal como se ofrece a nuestra comprensi¨®n, distante en lo que toca a las citadas pel¨ªculas, aun cuando percibamos un racismo de fondo no compartido, pero la significaci¨®n nos lleva al otro lado del espejo, a la integraci¨®n en un contexto dado, y fue obvio que tanto en el norte como en el sur de Estados Unidos, las peripecias de Escarlata O¡¯Hara tuvieron otra lectura y otras consecuencias hist¨®ricas. Asentaron una tradici¨®n. ?Ser¨ªa aceptable una pel¨ªcula sobre la tierna existencia de un nazi en la Cracovia de Strindberg?
No ha sido un fen¨®meno exclusivamente americano. El franquismo trat¨® de hacer algo parecido sin lograrlo, ya que Alba de Am¨¦rica era un petardo infumable, y cuando quiso seguir otros caminos, con aceptaci¨®n del p¨²blico, como Locura de amor, e incluso Agustina de Arag¨®n o La leona de Castilla, el mensaje pol¨ªtico era ambiguo o contradictorio, ya que ensalzar la lucha del pueblo vinculaba estas ¨²ltimas a pesar de todo con la Rep¨²blica del 36, y no con el sistema de valores de Raza o A m¨ª la legi¨®n. Y respecto de los totalitarismos, sucedi¨® algo muy curioso con la filmograf¨ªa de intenci¨®n cr¨ªtica: ha sido machacada la imagen del nazismo como el mal en la historia, hasta culminar en Malditos bastardos, pero se ha escapado casi indemne el fascismo italiano, visto como creaci¨®n extempor¨¢nea de un personaje histri¨®nico. Novecento fue otra cosa, pero sin apuntar al v¨¦rtice, igual que su representaci¨®n en clave humor¨ªstica por una filmograf¨ªa de izquierdas, atada desde pronto por el prop¨®sito de reconciliaci¨®n nacional (La marcha sobre Roma, A?os rugientes y El federal ). ?Qui¨¦n iba a tomarse en serio a fascistas como Gassman y Tognazzi?
Sin olvidar el encubrimiento desde el exterior de los cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos por Italia : La mandolina del capit¨¢n Corelli. Del exterminio en Etiop¨ªa nada, salvo el simp¨¢tico canto Facetta nera. Un olvido feliz generalizado. Claro que hubo excepciones, de La larga noche del 43 y El jard¨ªn de los Finzi Contini hasta la magistral Una giornata particolare, aunque siempre cortado el puente con el neofascismo desestabilizador de los setenta, cuyo enlace con el r¨¦gimen de la Democracia Cristiana y la mafia apunt¨® Sorrentino en Il divo. Pensemos en la distancia entre la denuncia de Vincere y la subjetivaci¨®n del caso Moro en Buenas d¨ªas noche, ambas de Bellocchio, Las pel¨ªculas-documentales no cubrieron eficazmente el vac¨ªo y el lujoso chafarrin¨®n del mismo Sorrentino sobre Berlusconi muestra que la confusi¨®n persiste. La distinci¨®n de Hirsch recuerda su operatividad. ?Tendr¨¢ todo esto algo que ver con el ascenso de Salvini, y sobre todo de los Fratelli d¡¯Italia de la Meloni ?
Puestos a encubrir con brillantez, Bertolucci lo logr¨® con gran ¨¦xito en El ¨²ltimo emperador. La China imperial agonizaba con su protagonista y la Revoluci¨®n cultural se limitaba a ejercicios humanistas de reeducaci¨®n. Nada peligroso. Excelentes pel¨ªculas chinas post Mao, como Vivir y La cometa azul, profundizaron en la significaci¨®n del mao¨ªsmo, pero esto se ha acabado, y persiste su imagen, similar a la del fascismo, a modo de episodio ex¨®tico orquestado por un megal¨®mano. Fue olvidada su dimensi¨®n nacionalista e imperialista, anclada en una mitolog¨ªa del pasado. A diferencia de Lenin, Mao se consider¨® descendiente de los emperadores (justo al hablar de Pu-Yi). As¨ª como hubo una l¨ªnea roja Zarismo-Stalin-Putin, la hay imperio del medio-Mao- Xi Jinping, solo que ahora la hegemon¨ªa agresiva no tiene por blanco la URSS, sino el resto del mundo. La imagen exterior seguir¨¢ correspondiendo a Las dagas voladoras.