Impuestos
El ¨²nico punto de discordia de la reuni¨®n del Gobierno con los agentes sociales me resulta incomprensible
La imagen del Gobierno con los agentes sociales en los jardines de La Moncloa me ha resultado tranquilizadora, tan relajante que casi me han extra?ado las mascarillas que cubr¨ªan la cara de los asistentes. Es evidente que, en estos momentos, nada es tan imprescindible como la unidad para lo mejor y para lo peor, la gesti¨®n de las ayudas de la UE, los efectos de la crisis econ¨®mica. Esta reuni¨®n deber¨ªa marcar el camino de una unidad pol¨ªtica que, me temo, no llegar¨¢ a producirse. El ¨²nico punto de discordia, si bien apuntado con amabilidad, me resulta sin embargo incomprensible. Los empresario...
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La imagen del Gobierno con los agentes sociales en los jardines de La Moncloa me ha resultado tranquilizadora, tan relajante que casi me han extra?ado las mascarillas que cubr¨ªan la cara de los asistentes. Es evidente que, en estos momentos, nada es tan imprescindible como la unidad para lo mejor y para lo peor, la gesti¨®n de las ayudas de la UE, los efectos de la crisis econ¨®mica. Esta reuni¨®n deber¨ªa marcar el camino de una unidad pol¨ªtica que, me temo, no llegar¨¢ a producirse. El ¨²nico punto de discordia, si bien apuntado con amabilidad, me resulta sin embargo incomprensible. Los empresarios le han pedido al Gobierno que no suba los impuestos. Supongo que est¨¢ en su naturaleza, que forma parte del argumentario b¨¢sico de su oficio, pero hasta el FMI, en las ant¨ªpodas de cualquier sospecha de socialcomunismo, asume que al menos una parte de la deuda de los pa¨ªses deber¨¢ financiarse con impuestos. ?Por qu¨¦? Sencillamente porque no existe otro lugar del que sacar el dinero. Los empresarios espa?oles, que no se han cansado de pedir ayudas y m¨¢s ayudas estatales desde el principio de la pandemia, deber¨ªan pararse a pensar en la naturaleza de su propia actividad. Emprender un negocio implica un riesgo, una apuesta que se conoce de antemano. Cuando un empresario gana mucho dinero, se guarda la mayor parte para s¨ª mismo y no reparte sus beneficios con el Estado m¨¢s all¨¢ de los impuestos que, como a todos, le toca pagar. Cuando las cosas vienen mal dadas, los empresarios le piden dinero al Estado y, al menos en esta crisis, lo obtienen. Las p¨¦rdidas integran el horizonte natural de la actividad empresarial tanto como los beneficios. Cobrar subvenciones y oponerse a la subida de impuestos es como marcharse de los bares sin pagar.