El papel de los Estados en la reconstrucci¨®n
La participaci¨®n estatal en empresas estrat¨¦gicas permite al sector p¨²blico actuar como emprendedor
La pandemia de la covid-19 ha puesto sobre la mesa un debate interesante sobre el papel del Estado en la econom¨ªa. Es el momento de pensar en un Estado, no como ¡°gastador¡±, que es como habitualmente lo conocemos, sino como gran inversor, creador de valor y emprendedor que permite acelerar transformaciones del modelo productivo.
Muchas innovaciones han sido posibles porque el Estado ha asumido riesgos. Empresas de la nueva econom¨ªa, como Apple, Google o Facebook se han creado gracias a una gran inversi¨®n p¨²blica. Conviene, y ahora tras la pandemia sanitaria en mayor medida, contar con es...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La pandemia de la covid-19 ha puesto sobre la mesa un debate interesante sobre el papel del Estado en la econom¨ªa. Es el momento de pensar en un Estado, no como ¡°gastador¡±, que es como habitualmente lo conocemos, sino como gran inversor, creador de valor y emprendedor que permite acelerar transformaciones del modelo productivo.
Muchas innovaciones han sido posibles porque el Estado ha asumido riesgos. Empresas de la nueva econom¨ªa, como Apple, Google o Facebook se han creado gracias a una gran inversi¨®n p¨²blica. Conviene, y ahora tras la pandemia sanitaria en mayor medida, contar con ese papel del Estado. Pero ?esa inversi¨®n y ayuda al sector privado ha de hacerse sin exigir nada a cambio? ?Es justo socializar el gasto p¨²blico que se invierte en las empresas y que todos los futuros beneficios sean privados?
Ha de existir un retorno de esa inversi¨®n y asunci¨®n de riesgos por el sector p¨²blico, con un mecanismo mucho m¨¢s directo que los impuestos. Pa¨ªses como Finlandia, China o Brasil invierten en empresas de sectores estrat¨¦gicos, mediante la compra de acciones y as¨ª garantizan ese retorno al sector p¨²blico.
Ahora, tras la crisis sanitaria de la covid-19, varios pa¨ªses se han apresurado a invertir en el accionariado de sus empresas estrat¨¦gicas, con el doble objetivo de evitar la quiebra de esas empresas y a la vez orientar esas ayudas p¨²blicas a acelerar el cambio a un nuevo modelo industrial. En el sector de la automoci¨®n, Alemania en Volkswagen y Francia en el Grupo PSA y en Renault, buscan la transici¨®n hacia los veh¨ªculos el¨¦ctricos.
Sin embargo, la experiencia demuestra que este tipo de participaci¨®n p¨²blica en el capital de empresas privadas no est¨¢ exenta de algunos riesgos. En primer t¨¦rmino, se deben extremar los controles para la buena gobernanza de las empresas, primando siempre criterios de profesionalidad a la hora de tomar decisiones que eviten la asunci¨®n de riesgos injustificados y garanticen la mejor performance de las empresas. Casos de mal gobierno corporativo como los de las ya extintas cajas de ahorros en Espa?a no han de repetirse.
Y en segundo lugar, existe el riesgo de que este tipo de ayudas p¨²blicas a determinadas empresas distorsionen la competencia del mercado interior en la UE. La participaci¨®n p¨²blica en el capital de empresas privadas afectadas por la crisis de la covid-19 est¨¢ justificada siempre que exista un ¡°inter¨¦s general¡±, que la insolvencia no sea preexistente, y que se acompa?e de un plan de desinversi¨®n de siete a?os como m¨¢ximo. La Comisi¨®n Europea exige adem¨¢s, que en esa recapitalizaci¨®n de empresas privadas contribuyan tambi¨¦n los inversores privados de forma significativa con al menos un 30% del nuevo capital, y que se limite el reparto de dividendos y la remuneraci¨®n de directivos.
Con estos controles, y necesaria transparencia, bienvenido sea el fondo de rescate aprobado por el Gobierno espa?ol de 10.000 millones de euros para que a trav¨¦s de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, el Estado entre de forma transitoria en el capital de empresas privadas viables que presenten problemas de solvencia generados por la crisis tras la pandemia de la covid-19. Es una oportunidad para apoyar a empresas viables de sectores estrat¨¦gicos en los que merece la pena apostar para lograr una econom¨ªa m¨¢s competitiva, de mayor valor a?adido y que genere empleos de mayor calidad.
Y para favorecer el acompa?amiento de la participaci¨®n p¨²blica en el capital de las empresas por inversi¨®n privada tambi¨¦n resulta acertada la l¨ªnea de avales del Instituto de Cr¨¦dito Oficial, de hasta 40.000 millones, que facilitar¨¢ que la banca conceda financiaci¨®n a los inversores para invertir en estas empresas.
Uno de los aprendizajes de la pandemia que estamos sufriendo es que debemos reforzar el papel del sector p¨²blico, desmontando determinados mitos que sobre el Estado hemos mantenido durante demasiado tiempo, como los de que el Estado frena la innovaci¨®n, o que el Estado s¨®lo debe gestionar problemas del mercado a trav¨¦s de la regulaci¨®n, o que los retornos de la inversi¨®n del Estado se han de realizar tan s¨®lo v¨ªa impuestos. Participando en el capital de las empresas estrat¨¦gicas, adem¨¢s de aportar financiaci¨®n p¨²blica, el Estado puede representar un papel m¨¢s relevante en la innovaci¨®n y actuar como emprendedor que tambi¨¦n arriesga. Impulsando adem¨¢s el tr¨¢nsito a un modelo sostenible y sostenido econ¨®mico, social y medioambientalmente, apoyando sectores estrat¨¦gicos como las energ¨ªas renovables y valorizaci¨®n de residuos, la movilidad ecol¨®gica, la industria de la salud, las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, comunicaciones e inteligencia artificial, las industrias agroalimentarias, las industrias culturales y creativas, etc¨¦tera.
Finalmente, ?por qu¨¦ no aprovechar la presencia del capital p¨²blico para reformar el gobierno de esas empresas, que sea m¨¢s participativo y democr¨¢tico, dando entrada a los agentes sociales en su supervisi¨®n? Porque no olvidemos, el gobierno de las empresas es tan importante como el gobierno de los pa¨ªses, y la riqueza y crecimiento econ¨®mico de las naciones depender¨¢n de cu¨¢l sea la performance y los resultados de sus empresas.
M¨®nica Melle Hern¨¢ndez es profesora de Econom¨ªa Financiera en la Universidad Complutense de Madrid.