Empleo activo
La recuperaci¨®n tiene que apoyarse en inversiones industriales y tecnol¨®gicas
El informe sobre Perspectiva del empleo elaborado por la OCDE transmite una preocupaci¨®n sobre un problema real. La idea principal es que las ayudas p¨²blicas aprobadas en muchos pa¨ªses para contener la destrucci¨®n de empleo (como, por ejemplo, los ERTE) deben mantenerse por ahora, pero en el futuro inmediato deber¨ªan afinarse, corregirse o modificarse para evitar que se constituyan en un obst¨¢culo para la normalizaci¨®n del mercado laboral despu¨¦s de que hayan pasado los efectos de la pandemia. La inquietud de la OCDE puede ser correcta, aunque quiz¨¢ se proclama con demasiada anticipaci¨®...
El informe sobre Perspectiva del empleo elaborado por la OCDE transmite una preocupaci¨®n sobre un problema real. La idea principal es que las ayudas p¨²blicas aprobadas en muchos pa¨ªses para contener la destrucci¨®n de empleo (como, por ejemplo, los ERTE) deben mantenerse por ahora, pero en el futuro inmediato deber¨ªan afinarse, corregirse o modificarse para evitar que se constituyan en un obst¨¢culo para la normalizaci¨®n del mercado laboral despu¨¦s de que hayan pasado los efectos de la pandemia. La inquietud de la OCDE puede ser correcta, aunque quiz¨¢ se proclama con demasiada anticipaci¨®n. Cualquier proyecci¨®n razonable de los efectos de la pandemia reconoce hoy que los da?os se mantendr¨¢n en una fase destructiva al menos durante lo que queda de a?o; por lo tanto, durante los pr¨®ximos seis meses es necesario mantener las ayudas de emergencia, con la finalidad de sostener en lo posible la supervivencia de las empresas viables y el empleo.
El mercado laboral espa?ol tiene ciertas peculiaridades que hay que tener en cuenta para enfocar bien las conclusiones del informe de la OCDE. Las ayudas p¨²blicas pueden distorsionar el mercado, pero la v¨ªa correcta para estimular el empleo en una fase de recuperaci¨®n no es preocuparse por las contraindicaciones de medidas, sino poner en marcha pol¨ªticas econ¨®micas activas para favorecer la reactivaci¨®n econ¨®mica. Cada Estado vigilar¨¢ sin duda la duraci¨®n y la intensidad de los gastos de protecci¨®n social, tendr¨¢ en cuenta las ventajas de reducir paulatinamente la rigidez de las normas excepcionales y, probablemente, actuar¨¢ en funci¨®n de los mercados y sectores que desea apoyar. En el caso de Espa?a, el turismo es el primer candidato para prorrogar las medidas de contenci¨®n.
Pero la recuperaci¨®n del empleo exige pol¨ªticas directas, m¨¢s intensas y efectivas que la correcci¨®n o superaci¨®n de las medidas excepcionales. Las pol¨ªticas de contenci¨®n aplicadas hasta el momento (cr¨¦ditos, avales, ayudas sociales, pr¨®rroga de hipotecas o moratoria de alquileres) tienen que acompa?arse con pol¨ªticas de inversi¨®n intensiva en tecnolog¨ªa y en formaci¨®n. La apuesta inversora debe ser por la industria y por la mejora digital y por la concentraci¨®n empresarial en hosteler¨ªa y turismo. Estas son l¨ªneas estrat¨¦gicas repetidas, conocidas y seguras que todos los partidos pol¨ªticos conocen y casi todos los economistas aprueban. El desarrollo y canalizaci¨®n legal de las inversiones necesarias deber¨ªa ser la preocupaci¨®n prioritaria del Gobierno a partir de 2021 y, por cierto, la tarea de la comisi¨®n de reconstrucci¨®n.
Hay un problema latente en esta crisis y en la recuperaci¨®n probable a partir del a?o pr¨®ximo: los j¨®venes, las mujeres y los contratados temporales pueden ser quienes paguen la factura de esta recesi¨®n rel¨¢mpago, como pagaron la de la crisis de 2008. De esta recesi¨®n solo se saldr¨¢ con m¨¢s inversi¨®n, mejor empleo (es decir, industrial, con alta aportaci¨®n tecnol¨®gica) y con una racionalizaci¨®n del gasto que, en ning¨²n caso, debe ser un sin¨®nimo de recorte del bienestar social. De hecho, una parte de la inversi¨®n deber¨ªa emplearse en el robustecimiento de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas. Es otra pol¨ªtica econ¨®mica, m¨¢s expansiva y m¨¢s consciente de los equilibrios sociales, la que hay que respetar, m¨¢s que la practicada a partir de 2012.