La lengua como elemento de convivencia
Soy madrile?o y so?ar¨ªa con saber y haber aprendido desde ni?o a hablar euskera, gallego y catal¨¢n; ir a cualquier regi¨®n y poder entenderme en la lengua aut¨®ctona de ese lugar. Habr¨ªa sido estupendo que el sistema educativo hubiera incluido su aprendizaje desde infantil o primaria. Espa?a posee una incre¨ªble riqueza cultural, manifestada en sus distintas lenguas. Es triste que esa riqueza se utilice como elemento diferenciador, de enfrentamiento y no de convivencia, entendimiento y cohesi¨®n. Nuestros representantes pol¨ªticos parece que utilizan la lengua para levantar muros ideol¨®gicos tras l...
Soy madrile?o y so?ar¨ªa con saber y haber aprendido desde ni?o a hablar euskera, gallego y catal¨¢n; ir a cualquier regi¨®n y poder entenderme en la lengua aut¨®ctona de ese lugar. Habr¨ªa sido estupendo que el sistema educativo hubiera incluido su aprendizaje desde infantil o primaria. Espa?a posee una incre¨ªble riqueza cultural, manifestada en sus distintas lenguas. Es triste que esa riqueza se utilice como elemento diferenciador, de enfrentamiento y no de convivencia, entendimiento y cohesi¨®n. Nuestros representantes pol¨ªticos parece que utilizan la lengua para levantar muros ideol¨®gicos tras los que parapetarse, para enfrentarnos y para dividirnos a todos. La lengua une, pero que eso sea as¨ª, eso no est¨¢ en sus programas ni intenciones, porque su cosecha est¨¢ en los campos de la divisi¨®n y en que nos sintamos distintos del otro, hablando distinto.
Luis Maroto Rivero. Navalcarnero (Madrid)