Pensiones en Chile
Pi?era se enfrenta a una crisis compleja cuya manifestaci¨®n m¨¢s destacada es el conflicto suscitado en torno al sistema de pensiones
El Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era se enfrenta a una crisis compleja cuya manifestaci¨®n m¨¢s destacada es el conflicto suscitado en torno al sistema chileno de pensiones. La oposici¨®n est¨¢ impulsando en el Congreso chileno una reforma constitucional que permitir¨¢ a los pensionistas retirar hasta el 10% del capital acumulado en sus fondos de pensiones para hacer frente a las dificultades econ¨®micas producidas por la crisis de la covid-19. Conviene recordar que el sistema de pensiones chileno responde al modelo de capitalizaci¨®n; es decir, el trabajador deposita en un fondo al menos el 10% de su sal...
El Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era se enfrenta a una crisis compleja cuya manifestaci¨®n m¨¢s destacada es el conflicto suscitado en torno al sistema chileno de pensiones. La oposici¨®n est¨¢ impulsando en el Congreso chileno una reforma constitucional que permitir¨¢ a los pensionistas retirar hasta el 10% del capital acumulado en sus fondos de pensiones para hacer frente a las dificultades econ¨®micas producidas por la crisis de la covid-19. Conviene recordar que el sistema de pensiones chileno responde al modelo de capitalizaci¨®n; es decir, el trabajador deposita en un fondo al menos el 10% de su salario para constituir su pensi¨®n futura. Las Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP) se oponen a la reforma, por razones obvias; el Gobierno de Pi?era, en un serio aprieto pol¨ªtico, tambi¨¦n.
La complejidad de la situaci¨®n procede de que se han entrelazado en el momento presente una crisis pol¨ªtica, que viene de lejos, agravada por la pandemia que se ha cobrado ya 6.800 vidas, con un empeoramiento de la situaci¨®n econ¨®mica (el PIB se est¨¢ contrayendo a un ritmo del 15%) y un hundimiento inquietante del empleo (se han perdido m¨¢s de 1,5 millones de puestos de trabajo). En esta situaci¨®n ¡ªenconada porque una parte de la derecha gobernante no comulga con la gesti¨®n de Pi?era¡ª, la reforma constitucional en marcha del sistema de pensiones es el pararrayos donde confluyen todas las tensiones; y, por cierto, no sin raz¨®n.
El sistema de capitalizaci¨®n chileno ha demostrado graves carencias que cabe imputar al propio modelo. La capitalizaci¨®n solo es satisfactoria para el conjunto de los pensionistas cuando la rentabilidad de los fondos aportados permite rescates compatibles con una subsistencia digna de los pensionistas. Est¨¢ claro que en Chile no se est¨¢ cumpliendo esta condici¨®n. Las pensiones chilenas no garantizan un nivel adquisitivo m¨ªnimo y, en ¨²ltimo extremo, aumentan la desigualdad en el pa¨ªs.
Ahora bien, la iniciativa de la oposici¨®n dif¨ªcilmente resuelve la situaci¨®n social de fondo. En primer lugar, porque una reforma constitucional deber¨ªa utilizarse para introducir un cambio de modelo en las pensiones o para imponer condiciones de rentabilidad o para regular la aportaci¨®n de las cuotas patronales. Pero probablemente no existe consenso pol¨ªtico para alcanzar un cambio de esa profundidad. Por otra parte, no est¨¢ claro que retirar el 10% de un fondo de pensiones sea la soluci¨®n m¨¢s adecuada para aliviar las dificultades de la poblaci¨®n. De hecho, no solo no lo es, sino que puede considerarse como una trivialidad sustitutoria de lo que deber¨¢ ser una pol¨ªtica integral contra la recesi¨®n: apoyos laborales, programas de inversi¨®n y protecci¨®n a los desempleados. Pero para eso se necesita un sistema fiscal m¨¢s potente que el chileno y una pol¨ªtica de redistribuci¨®n.