El alma de Casado
No se puede ser Abascal por la ma?ana y Arrimadas por la tarde y Ayuso al caer la noche y Feijoo al empezar el nuevo d¨ªa
Prefiero perder las elecciones a perder el alma¡±, ha dicho esta semana Pablo Casado. De momento, en efecto, se ve que prefiere perder elecciones: en su no muy larga trayectoria de dos a?os como l¨ªder del PP ha perdido dos generales, unas municipales y unas europeas. No obstante, tras lo sucedido en Galicia y Euskadi, su n¨²mero dos proclam¨® que ¡°el modelo Casado-Feij¨®o se ha impuesto al modelo S¨¢nchez-Iglesias¡±. Una tesis imposible: el t¨¢ndem real era Casado-Iturg¨¢iz, a quien ¨¦l ha calificado de ¡°gigante moral¡± para compensar la peque?ez electoral, puesto que Feij¨®o compiti¨® con la marca...
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Prefiero perder las elecciones a perder el alma¡±, ha dicho esta semana Pablo Casado. De momento, en efecto, se ve que prefiere perder elecciones: en su no muy larga trayectoria de dos a?os como l¨ªder del PP ha perdido dos generales, unas municipales y unas europeas. No obstante, tras lo sucedido en Galicia y Euskadi, su n¨²mero dos proclam¨® que ¡°el modelo Casado-Feij¨®o se ha impuesto al modelo S¨¢nchez-Iglesias¡±. Una tesis imposible: el t¨¢ndem real era Casado-Iturg¨¢iz, a quien ¨¦l ha calificado de ¡°gigante moral¡± para compensar la peque?ez electoral, puesto que Feij¨®o compiti¨® con la marca Feij¨®o eludiendo las siglas del PP, identific¨¢ndose con Galicia, Galicia, Galicia. Por lo dem¨¢s, la comparaci¨®n es metodol¨®gicamente absurda. El propagandismo requiere un m¨ªnimo sustento en la realidad.
El problema de Casado est¨¢, en todo caso, en el alma. No se puede ser Abascal por la ma?ana y Arrimadas por la tarde y Ayuso al caer la noche y Feij¨®o al empezar el nuevo d¨ªa. Ciertamente no es excepcional en estos tiempos l¨ªquidos del populismo posdemocr¨¢tico: el propio S¨¢nchez pas¨® de ofrecer un pacto a Rivera, al mea culpa con Iglesias, y despu¨¦s vetar a Iglesias y la aritm¨¦tica Frankenstein antes de gobernar con Iglesias y la aritm¨¦tica Frankenstein; y no es una excepci¨®n. Rivera fue de la socialdemocracia a la foto de Col¨®n. Con todo, hay un matiz: transformarse sucesivamente tiene riesgos, pero hacerlo simult¨¢neamente resulta temerario.
Para afirmar, como Casado, que ¡°a nosotros no nos tiene que llevar nadie a la moderaci¨®n, porque siempre hemos estado en ella¡± conviene actuar de modo coherente en lugar de sacar un minuto despu¨¦s el colmillo hasta la caricatura. El l¨ªder del PP parece creer que si repite mil veces que es moderado, acabar¨¢ por ser percibido as¨ª, y se equivoca. La receta Goebbles no funciona. La gente ve a los l¨ªderes a diario, y, desmintiendo la humorada de Groucho, prefieren creer lo que ven sus ojos a lo que les dicen que han de creer. La pedagog¨ªa es visual ¡ªhay que insistir con Gregorio Luri¡ª m¨¢s que auditiva. Lo que ves pesa m¨¢s que lo que te cuentan. Y s¨ª, las formas importan. Si Feij¨®o, Juanma Moreno, Ma?ueco y L¨®pez Miras son percibidos como l¨ªderes moderados es porque act¨²an como moderados, como los alcaldes Almeida o De la Torre; y no es casualidad que Ayuso o Casado no logren ese efecto. El marketing requiere alguna consistencia.
Casado parece creer que todo esto pasa por vender el alma al diablo en un pacto f¨¢ustico. Mejor har¨ªa en dejar de obsesionarse con la teor¨ªa del sambenito (¡°No mordamos el viejo anzuelo que siempre lanza la izquierda¡¡±) y recordar que le pesa el estilo duro, como ha titulado Politico Europe. Por supuesto, como ¨¦l dice, puede resultar ir¨®nico que repartan carn¨¦s de moderados desde una mayor¨ªa con Podemos, ERC y hasta a Bildu a ratos, pero ese no es el problema. Perception is the king. Al PP le ha ido mejor en sus procesos de moderaci¨®n, ya fuese en la rectificaci¨®n de Aznar de 1996 o la rectificaci¨®n de Rajoy de 2008. Es ah¨ª, o no es.