La polarizaci¨®n no es el problema de M¨¦xico
La pol¨ªtica mexicana de consenso supon¨ªa la exclusi¨®n de muchas voces. La polarizaci¨®n es resultado, no de diferencias infranqueables, sino de la incapacidad de nuestra democracia para darles respuesta
Se ha vuelto costumbre describir a la polarizaci¨®n como un c¨¢ncer. Diagnosticarla como una fuerza infame que fragmenta y divide al pa¨ªs, un mal social que carcome la gobernabilidad y motiva el conflicto.
Con este diagn¨®stico, la agenda de los-intelectuales-de-siempre se ha vuelto una. Un transparente a?oro del consenso de antes y un rechazo a la diversidad que se vocaliza de forma no sosegada. Extra?an un pasado donde, a sus ojos, las diferencias pol¨ªticas se debat¨ªan con una elegancia ahora perdida.
En este texto desaf¨ªo a estos intelectuales-de-siempre.
La polarizaci¨®n n...
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Se ha vuelto costumbre describir a la polarizaci¨®n como un c¨¢ncer. Diagnosticarla como una fuerza infame que fragmenta y divide al pa¨ªs, un mal social que carcome la gobernabilidad y motiva el conflicto.
Con este diagn¨®stico, la agenda de los-intelectuales-de-siempre se ha vuelto una. Un transparente a?oro del consenso de antes y un rechazo a la diversidad que se vocaliza de forma no sosegada. Extra?an un pasado donde, a sus ojos, las diferencias pol¨ªticas se debat¨ªan con una elegancia ahora perdida.
En este texto desaf¨ªo a estos intelectuales-de-siempre.
La polarizaci¨®n no es un c¨¢ncer, sino el resultado natural de dar voz pol¨ªtica a quien nunca la tuvo en un sistema que no est¨¢ listo para d¨¢rsela. Temas que ayer polarizaban (el voto de la mujer, la jornada de ocho horas) hoy no lo hacen porque fueron resueltos. Los temas que hoy polarizan (raza, g¨¦nero, distribuci¨®n de la riqueza, privilegio) no son temas nuevos, son clamores que exist¨ªan sin resoluci¨®n, pero sin expresarse. No habr¨ªa polarizaci¨®n si los temas estuvieran resueltos.
Es por ello que propongo acercarnos a lo que llamamos ¡°polarizaci¨®n¡±, no como un mal, sino como un s¨ªntoma de un problema m¨¢s profundo: una democracia que no ha logrado representar a todos. Un sistema que se aferra a un consenso que no existe.
La polarizaci¨®n no es el problema. El problema es que las instituciones no sepan lidiar con agravios sociales de forma productiva y los hagan parecer infranqueables. Y que los pol¨ªticos se beneficien de ello. Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador no es el creador de la polarizaci¨®n sino su principal beneficiario. La polarizaci¨®n no nace en el p¨²lpito presidencial, solo ah¨ª se explota. La polarizaci¨®n se crea en las injusticias.
Hay quien dice que las injusticias podr¨ªan expresarse sin polarizar. Y ello es cierto, pero no es realista. Primero porque las injusticias silenciadas no estallan con sosiego. La inteligencia emocional es un privilegio de quien tiene agravios moderados. Segundo, porque la diferencia entre polarizaci¨®n y divergencia es subjetiva. Para quien nunca ha sido cuestionado, cualquier pregunta es divisoria. Para quien nunca se ha expresado, cualquier clamor es alivio.
[Lo que no es normal]
Lo raro en un pa¨ªs como M¨¦xico (donde solo el 12% de la poblaci¨®n es clase media y el 1% gana en promedio 870 mil pesos al mes) no es que haya polarizaci¨®n, sino que no haya habido antes.
Lo sorprendente de M¨¦xico es c¨®mo logr¨® convivir ¡°en paz¡± con los agravios que cre¨® un modelo econ¨®mico que democratiz¨® la semi-miseria. No es normal que la decimoquinta econom¨ªa m¨¢s grande del mundo tenga 52 millones de pobres y vaya a acumular 10 m¨¢s durante la pandemia.
Nos acostumbramos a la hipocres¨ªa de llamar democracia al corporativismo, al clientelismo y al acuerdo de ¨¦lite. De celebrar como ¡°liderazgo¡± al caudillaje. Todo ello en paz. Con el eufemismo de ¡°paz laboral¡± se han aceptado las violaciones laborales m¨¢s evidentes. En favor de la paz ha quedado empe?ada la justicia.
No es normal que los agravios de un pa¨ªs tan desigual hayan sido tan quedos. Tan calmos, tan elegantes.
Lo que es normal es lo que estamos viendo ahora. Una poblaci¨®n agraviada que ha comenzado a tener mayor acceso a la voz p¨²blica. Y que, mediante redes sociales o a trav¨¦s de nuevas f¨®rmulas pol¨ªticas, ha enturbiado la arena pol¨ªtica. Se han revuelto las aguas y ha salido el lodo que yac¨ªa decantado. La discusi¨®n p¨²blica se ha vuelto ¡°anormalmente¡± estridente porque por d¨¦cadas el lodo exist¨ªa, pero de eso no se hablaba.
Ante ello, es normal que las-minor¨ªas-que-cre¨ªan-ser-mayor¨ªas se sienten mancilladas y fr¨¢giles. La estridencia pol¨ªtica les choca pues les hace notar, en parte, su fracaso. El fracaso de llamar democracia a un pa¨ªs de entramados familiares, laborales o personales donde quienes ten¨ªan capacidad de voz p¨²blica se conoc¨ªan unos a otros desde hac¨ªa d¨¦cadas y compart¨ªan pedigr¨ª. El M¨¦xico de la ¨¦lite tropical.
[No polarizar, el dilema]
El pasado consensual que a?oran muchos no es m¨¢s que la transparente exclusi¨®n de los diferentes. Extra?an cuando ellos y solo ellos pod¨ªan tener la raz¨®n. A?oran la obediencia de un pa¨ªs que no se queja, o que se queja, pero muy elegantemente.
Por ejemplo, no hab¨ªa polarizaci¨®n cuando los movimientos identitarios no ten¨ªan espacio p¨²blico, cuando eran cosa de comunidades marginadas. Tal era el caso de grupos feministas, de diversidad sexual o ind¨ªgena. No es casualidad que el movimiento zapatista explotara justo cuando se supon¨ªa que M¨¦xico llegaba a su cl¨ªmax de desarrollo con la firma del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte.
El zapatismo, movimiento al que en su tiempo se le acus¨® de dividir y polarizar, fue en realidad un acto profundamente democr¨¢tico. Un llamado a volver evidente que el M¨¦xico representado por la democracia Salinista era el de los plut¨®cratas beneficiados por las privatizaciones. No el que se levantaba en armas en la selva Lacandona.
Tampoco hab¨ªa polarizaci¨®n cuando las decisiones econ¨®micas se tomaban en consenso sin cuestionar sus supuestos y sus ideolog¨ªas. La reducci¨®n de la inversi¨®n p¨²blica era un consenso ideol¨®gico multi-partido, el sacrificio del salario m¨ªnimo como herramienta anti-inflacionaria tambi¨¦n. No hubo queja alguna de que la CONASMI fuera dirigida por un individuo que repudiaba la idea de subir el salario. A quien le pareci¨® raro, polariz¨®.
No hab¨ªa polarizaci¨®n cuando el patriarcado se benefici¨® de un sistema de cuidado ¡°gratuito¡±, pagado con el trabajo no remunerado de millones de mujeres. Ni cuando consejos directivos de hombres decidieron pagar menos a las mujeres bajo la premisa de que en alg¨²n d¨ªa ser¨ªan madres. Nadie se quej¨® de que los negocios se cerraran en table dances donde no entraban mujeres. Quien lo hizo, polariz¨®.
Cuando nadie se mov¨ªa para salir en la foto, no hab¨ªa polarizaci¨®n. Y tampoco hab¨ªa democracia.
[La polarizaci¨®n no fue creada por L¨®pez Obrador]
Hay quien argumenta que la polarizaci¨®n no exist¨ªa antes de que L¨®pez Obrador tomara el poder. Esto es falso. La polarizaci¨®n surgi¨® poco a poco cuando hubo m¨¢s temas en la agenda y se consolid¨®, como la conocemos ahora, no con L¨®pez Obrador, sino cuando Pe?a Nieto fracas¨® a mitad de su sexenio.
El sexenio de Pe?a Nieto comenz¨® siendo el ep¨ªtome del consenso de ¨¦lite. Su Gobierno logr¨®, muy al estilo del PRI corporativista de los setenta, fusionar a toda la clase pol¨ªtica bajo un mismo paraguas ideol¨®gico. Con el ¡°Pacto por M¨¦xico¡± el Pe?anietismo llev¨® la polarizaci¨®n a su m¨ªnimo hist¨®rico porque diluy¨® las fronteras de los partidos pol¨ªticos y los convirti¨® en caricaturas de s¨ª mismos.
Esta fusi¨®n de los partidos pol¨ªticos mexicanos sembr¨® agravios en los ciudadanos que no se sintieron representados, que se vieron afectados por las reformas estructurales, como los maestros con la reforma laboral, o que no fueron beneficiados, como los empresarios ¡°traicionados¡± por la reforma fiscal.
Los agravios crecieron cuando el Pe?anietismo fall¨® en dar el ¨²nico resultado tangible de corto plazo que prometi¨® dar: reducir la violencia. Pe?a Nieto vendi¨® la idea de que M¨¦xico era violento porque Calder¨®n pon¨ªa demasiada atenci¨®n en los carteles de la droga. En el momento en el que la agenda pol¨ªtica se volcara en las reformas estructurales, cre¨ªa Pe?a, la violencia disminuir¨ªa porque se dejar¨ªan de cortar las cabezas de los carteles y la prensa dejar¨ªa de cubrir eso.
Su diagn¨®stico fall¨®. Al dejar de ponerle atenci¨®n al tema y retirar las tropas, el crimen se enquist¨® y volvi¨® a violentarse. Los avances que Calder¨®n tuvo en reducir la violencia al final de su sexenio se vinieron abajo. Ayotzinapa demostr¨® la falsedad de los diagn¨®sticos de Pe?a y su disposici¨®n a mentir para sostenerlas.
Su fracaso, aunado a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, dieron pie al surgimiento de la polarizaci¨®n que conocemos ahora. Fue durante el fin del sexenio de Pe?a que surgieron pr¨ªstinos los agravios anti-¨¦lite, al rechazo a una clase pol¨ªtica que no solo se prostituy¨® ideol¨®gicamente, sino que se enriqueci¨® al amparo del poder. La pinta de ¡°Fue el Estado¡± del Z¨®calo de Ciudad de M¨¦xico fue la vocalizaci¨®n de esa polarizaci¨®n.
L¨®pez Obrador no cre¨® el sentimiento anti-¨¦lite, lo represent¨®.
Fue ¨¦l quien dio voz a los atropellos de quienes observaron en el Pe?anietismo la bancarrota de la democracia mexicana. Por eso L¨®pez Obrador fue m¨¢s exitoso en 2018 que antes. Su mensaje hizo eco en una poblaci¨®n ya polarizada. L¨®pez Obrador nos ley¨®.
As¨ª, L¨®pez Obrador comenz¨® su sexenio con lo que pens¨® era el deseo m¨¢s grande de su elector: derrocar de una vez por todas al falso consenso pol¨ªtico Pe?anietista y todo lo que ¨¦ste representaba.
Un primer golpe fue la cancelaci¨®n del Aeropuerto en Texcoco. Los empresarios siguen pensando que la cancelaci¨®n fue un golpe contra ellos. Se equivocan. Fue contra Pe?a y sus proyectos. Un regalo a un votante polarizado que eligi¨® a L¨®pez Obrador en contraposici¨®n a los intereses de la ¨¦lite de Metepec y sus aliados. Su base celebr¨® la ca¨ªda de Texcoco como la toma de la Bastilla.
[Notas finales]
La diversificaci¨®n de voces pol¨ªticas que las ¨¦lites llaman polarizaci¨®n lleg¨® para quedarse. La salida no es reducirla sino canalizarla de forma constructiva.
El ant¨ªdoto a la polarizaci¨®n no es callar a los estridentes sino persuadirlos mediante la resoluci¨®n de sus agravios. El votante de L¨®pez Obrador tiene una agenda clara, por eso los persuadi¨®. Promete un mecanismo contundente y una narrativa poderosa para resolver sus males. La oposici¨®n no ha logrado eso. Al d¨ªa de hoy, tiene una agenda que empieza y termina con la derrota de L¨®pez Obrador.
Es momento de un profundo an¨¢lisis de conciencia en el que los estridentes no sean rechazados por sus modos, sino escuchados por el trasfondo de sus ideas. Criticar a quien dice ¡°cosas feas de los ricos¡± es irrelevante, lo importante es entender qu¨¦ yace detr¨¢s. Evitar hablar de racismo ¡°para no dividir a M¨¦xico¡± es un mecanismo de defensa que impide dar soluci¨®n al grave problema de discriminaci¨®n que tenemos. Satanizar al feminismo ¡°porque todos somos seres humanos¡± es negar que algunos seres humanos tienen privilegios que otros no.
Me preocupa que el pa¨ªs este polarizado, pero me preocupa m¨¢s que no se entienda porqu¨¦ esa polarizaci¨®n no se resuelve solo rechaz¨¢ndola. La polarizaci¨®n es efecto de una democracia que no funciona, no causa de ello.