?Hace Alemania lo suficiente por el clima?
La protecci¨®n del medio ambiente choca con intereses que no cambian de la noche a la ma?ana
Todos hablan de Alemania. Nosotros hablamos del clima¡±, dec¨ªa el eslogan principal del partido Verde en las elecciones federales de 1990, a?o de la reunificaci¨®n alemana, tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en 1989. El resultado de los comicios fue duro para la formaci¨®n, que consigui¨® menos del 5% de los votos y qued¨® excluida del Parlamento. Fue una experiencia traum¨¢tica para el partido alternativo, que desde 1983 hab¨ªa tenido representaci¨®n en la C¨¢mara federal.
Actualmente, transcurridos 30 a?os, casi todo el mundo en Alemania habla del clima o, para ser m¨¢s exactos, de los cam...
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Todos hablan de Alemania. Nosotros hablamos del clima¡±, dec¨ªa el eslogan principal del partido Verde en las elecciones federales de 1990, a?o de la reunificaci¨®n alemana, tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en 1989. El resultado de los comicios fue duro para la formaci¨®n, que consigui¨® menos del 5% de los votos y qued¨® excluida del Parlamento. Fue una experiencia traum¨¢tica para el partido alternativo, que desde 1983 hab¨ªa tenido representaci¨®n en la C¨¢mara federal.
Actualmente, transcurridos 30 a?os, casi todo el mundo en Alemania habla del clima o, para ser m¨¢s exactos, de los cambios amenazadores del clima del planeta. Ahora, los Verdes rondan el 20% en los sondeos, y por primera vez se ven obligados a elegir un candidato a canciller.
Aunque, debido a la crisis del coronavirus, en Alemania el debate clim¨¢tico ha quedado en cierta medida en segundo plano, ninguna formaci¨®n pol¨ªtica, salvo los populistas de derechas de Alternativa para Alemania, puede seguir permiti¨¦ndose no hablar del tema, sobre todo desde que el movimiento Fridays for Future (Viernes por el Futuro) ha aumentado la presi¨®n de la ciudadan¨ªa sobre la pol¨ªtica.
Ir¨®nicamente, 1990 es tambi¨¦n el punto de referencia de la reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global a una media de entre 1,5¡ã y 2¡ãcon respecto a la ¨¦poca preindustrial, tal como se estableci¨® en el Acuerdo de Par¨ªs. La Rep¨²blica Federal de Alemania ha fracasado en su objetivo de llegar a 2020 habiendo reducido las emisiones de CO2 un 40% en relaci¨®n con 1990, lo cual ha dado lugar a duras cr¨ªticas por parte de las asociaciones ecologistas. Con todo, la producci¨®n de di¨®xido de carbono ha sido alrededor de un 35% inferior a la de hace 30 a?os. Los objetivos actualizados del Gobierno Federal prev¨¦n una reducci¨®n del 70% para 2040 y de casi el 100% para 2050.
¡°Neutralidad de carbono¡± es la expresi¨®n m¨¢gica que, supuestamente, tiene que hacer brillar la pol¨ªtica de protecci¨®n del clima del Gobierno de Merkel. Sin embargo, nadie puede predecir con exactitud si realmente se puede alcanzar esta situaci¨®n en 30 a?os. A nadie se le escapa, y no solo en Alemania, que existen conflictos de intereses entre grandes sectores de la econom¨ªa y los movimientos de protesta extraparlamentarios, como Extinction Rebellion (Rebeli¨®n contra la Extinci¨®n) y Ende Gel?nde, a los que les gustar¨ªa cerrar inmediatamente todas las centrales t¨¦rmicas. El hecho de que estas se sigan utilizando para la ¡°carga base¡± de la generaci¨®n de electricidad no es argumento para muchos activistas radicales a favor del clima. Por eso arremeten tambi¨¦n contra el ¡°abandono de los combustibles f¨®siles¡± acordado pol¨ªticamente en Alemania, un proceso que se prev¨¦ que se prolongue hasta 2038 y cueste unos 40.000 millones de euros solo en medidas relacionadas con las infraestructuras. Si bien, en 2019, una media del 43% de la generaci¨®n de electricidad en Alemania ya proced¨ªa de energ¨ªas renovables como la e¨®lica y la solar, el problema sigue existiendo, ya que la electricidad se tiene que consumir en el momento en el que se produce. De momento, por la noche, cuando est¨¢ nublado o el viento sopla con poca fuerza, no se puede prescindir del carb¨®n, el petr¨®leo y el gas.
Este es uno de los motivos por los que el Gobierno federal dedica programas de investigaci¨®n multimillonarios al hidr¨®geno, que no tiene efectos sobre el clima, aunque, de todas maneras, para su producci¨®n hace falta primero gran cantidad de electricidad, procedente en no poca medida de las energ¨ªas renovables.
El transporte sigue siendo un factor importante en la protecci¨®n del clima. La palabra clave es ¡°electromovilidad¡±. Los coches el¨¦ctricos est¨¢n recibiendo bonificaciones, hay programas de expansi¨®n ferroviaria y se est¨¢n haciendo esfuerzos para ampliar la red de puntos de recarga el¨¦ctrica, todav¨ªa muy dispersa.
Pero todos los esfuerzos por alcanzar los objetivos de protecci¨®n del clima chocan una y otra vez con la realidad de una sociedad industrial, de servicios y de consumo altamente compleja, cuyos diferentes intereses, h¨¢bitos y comportamientos no se pueden armonizar de la noche a la ma?ana.
No obstante, en Alemania, la cuesti¨®n ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades, incluso en la vida privada, y los j¨®venes, en particular, est¨¢n involucrados en masa en este asunto.
Por c¨ªnico que parezca, hasta dentro de varias d¨¦cadas no se sabr¨¢ si se puede hacer lo bastante para evitar que el clima evolucione hacia la cat¨¢strofe. Y en Alemania, como en el resto del mundo, este parece ser uno de los principales problemas, a pesar de todos los modelos de predicci¨®n y de c¨¢lculo: la incertidumbre sobre la evoluci¨®n real del clima de aqu¨ª a 2100.
Reinhard Mohr es periodista y escritor.
Traducci¨®n de News Clips.
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)