De los nervios
De adolescente, tu madre es la se?ora que te tuvo porque quiso y en el pecado lleva la penitencia. Lo que nadie te dice es que, al tiempo, puede que te conviertas en ella
Cuando yo era adolescente, y hasta que sal¨ª de casa para casarme por la Iglesia para darle el gusto a ella de ir de madre de la novia y a mi padre de padrino, mi vieja siempre estaba nerviosa. Se lo notabas en el rictus de soriana seca, en lo ¨¢spero del tono, en lo envarado de la espalda. ?Qu¨¦ te pasa, mam¨¢?, le preguntabas 45 veces, primero con inter¨¦s, despu¨¦s con fastidio. Hasta que te soltaba un estufido: ¡°Nada, que estoy nerviosa¡±, y ella sola se iba templando hasta volver a ser la clueca sin efusiones que fue toda su vida. Entonces no se estilaban los psic¨®logos y al psiquiatra se iba co...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Cuando yo era adolescente, y hasta que sal¨ª de casa para casarme por la Iglesia para darle el gusto a ella de ir de madre de la novia y a mi padre de padrino, mi vieja siempre estaba nerviosa. Se lo notabas en el rictus de soriana seca, en lo ¨¢spero del tono, en lo envarado de la espalda. ?Qu¨¦ te pasa, mam¨¢?, le preguntabas 45 veces, primero con inter¨¦s, despu¨¦s con fastidio. Hasta que te soltaba un estufido: ¡°Nada, que estoy nerviosa¡±, y ella sola se iba templando hasta volver a ser la clueca sin efusiones que fue toda su vida. Entonces no se estilaban los psic¨®logos y al psiquiatra se iba con camisa de fuerza, as¨ª que los nervios de mam¨¢ eran tenidos por sus hijos como un defecto de f¨¢brica: inc¨®modo, pero llevadero, como tener una cadera pel¨ªn m¨¢s alta que otra. Nunca, jam¨¢s, en esos a?os, me dio por pensar qu¨¦ se le pod¨ªa pasar por la cabeza. Solo sab¨ªa que me sacaba de quicio tener que secar los platos inmediatamente despu¨¦s de que los fregara, cuando es sabido que se secan solos. Que me exasperaba que no se durmiera hasta que yo llegaba de juerga, aunque le dijera que vendr¨ªa tarde. Que me llevaban los diablos al verla preocupada por todo y por nada cuando no hab¨ªa de qu¨¦ preocuparse. Jam¨¢s pens¨¦ que pudiera tener, no s¨¦, mal de amores. Que hubiera enterrado a sus padres muy pronto. Que tuviera miedo. O v¨¦rtigo. O sue?os imposibles. O rotos. O todo junto.
De adolescente, tu madre es la se?ora que te tuvo porque quiso y en el pecado lleva la penitencia. Lo que nadie te dice es que, al tiempo, puede que te conviertas en ella. Que quieras recoger la cocina en cuanto se coma y no tres horas m¨¢s tarde. Que no te duermas hasta que el ¨²ltimo cierre la puerta. Que te coman los nervios por todo y por nada. Ahora, lo llaman ansiedad y el psic¨®logo es casi de la familia. No. De cr¨ªa no te cuentan que la historia se repite. Y quiz¨¢ es bueno que as¨ª sea, porque, si no, nos extinguir¨ªamos.