Escalada
El enfrentamiento entre EEUU y China debe encauzarse por v¨ªas diplom¨¢ticas
El cierre de consulados y la expulsi¨®n rec¨ªproca de diplom¨¢ticos entre Estados Unidos y China traslada a un preocupante nivel el enfrentamiento entre ambas superpotencias y afecta directamente a la principal herramienta pac¨ªfica que reconoce la comunidad internacional para la resoluci¨®n de cualquier conflicto o desacuerdo: la diplomacia. En un momento en el que la rivalidad entre Washington y Pek¨ªn es patente en todos los campos ¡ªdesde el tecnol¨®gico hasta el militar, pasando por el econ¨®mico o la influencia geopol¨ªtica¡ª, los canales de comunicaci¨®n y representaci¨®n diplom¨¢tica son m¨¢s importa...
El cierre de consulados y la expulsi¨®n rec¨ªproca de diplom¨¢ticos entre Estados Unidos y China traslada a un preocupante nivel el enfrentamiento entre ambas superpotencias y afecta directamente a la principal herramienta pac¨ªfica que reconoce la comunidad internacional para la resoluci¨®n de cualquier conflicto o desacuerdo: la diplomacia. En un momento en el que la rivalidad entre Washington y Pek¨ªn es patente en todos los campos ¡ªdesde el tecnol¨®gico hasta el militar, pasando por el econ¨®mico o la influencia geopol¨ªtica¡ª, los canales de comunicaci¨®n y representaci¨®n diplom¨¢tica son m¨¢s importantes que nunca y su eliminaci¨®n, aunque sea en el caso de dos consulados de menor importancia, coloca al choque entre ambos pa¨ªses en una senda que es mejor no comenzar a transitar.
Las relaciones entre Washington y Pek¨ªn siempre han sido complicadas, primero por la incompatibilidad de sus sistemas pol¨ªticos y despu¨¦s por el posicionamiento global ¡ªcuando no la amenaza de primac¨ªa, como en el caso de la tecnolog¨ªa 5G¡ª alcanzado por China en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y precisamente por su importancia para la estabilidad mundial, cualquier movimiento debe ser cuidadosamente calculado. Circunstancias ¡ªen caso de ser ciertas¡ª como las que han llevado a EE UU a cerrar el consulado chino en Houston probablemente se dan entre pa¨ªses con m¨¢s frecuencia de la conocida y son resueltas de una forma que no da?an p¨²blicamente la relaci¨®n bilateral. No ha sido este el caso. Tras la reciprocidad por parte china, milim¨¦tricamente aplicada, lo deseable es que el canal diplom¨¢tico quede al margen de cualquier disputa.
En esta escalada, no es posible pasar por alto que Trump se enfrenta a la posibilidad real de no salir reelegido presidente en las elecciones del pr¨®ximo noviembre. Y aqu¨ª cuadra la escalada dial¨¦ctica contra Pek¨ªn, utilizando un lenguaje propio de la Guerra Fr¨ªa, de Mike Pompeo. El secretario de Estado de EE UU exige ahora a sus aliados ¡°formas creativas y en¨¦rgicas¡± para enfrentarse al r¨¦gimen chino. Sin embargo, hace poco m¨¢s de un a?o, mientras la Uni¨®n Europea calificaba en sus documentos oficiales al r¨¦gimen como ¡°amenaza sist¨¦mica¡± y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, advert¨ªa que con China ¡°el tiempo de la ingenuidad¡± se hab¨ªa acabado, Trump decid¨ªa unilateralmente no presionar al gigante asi¨¢tico en disputas comerciales. Numerosos analistas advirtieron entonces que ese bandazo ten¨ªa un inter¨¦s eminentemente electoralista y que el enfrentamiento, no solo comercial, se reanudar¨ªa en 2020. As¨ª ha sucedido.
Resulta obvio que China persigue una posici¨®n hegem¨®nica mundial en todos los campos y que la naturaleza de su sistema pol¨ªtico no es democr¨¢tica ni de respeto a las libertades colectivas e individuales, como acaba de comprobarse con el caso de Hong Kong. Ser¨ªa bueno entonces que la principal econom¨ªa del planeta, que adem¨¢s es una democracia y el paraguas militar de las dem¨¢s democracias mundiales, abordara esta cuesti¨®n seriamente, sin bandazos ni estridencias, y sobre todo, aplicando una l¨®gica multilateral. Desgraciadamente, esto es algo que tanto Donald Trump como su Administraci¨®n, durante sus cuatro a?os en la Casa Blanca, han dado sobradas muestras de no comprender.