Los se?ores feudales de la era de la informaci¨®n
Europa necesita apoyar con decisi¨®n y urgencia el desarrollo de una industria tecnol¨®gica propia
La ¨²ltima subcomisi¨®n m¨¢s esperada de la historia de la tecnolog¨ªa promet¨ªa poner contra las cuerdas a cuatro de los hombres m¨¢s poderosos del mundo: Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Tim Cook. Lo consiguieran o no, el formato colectivo ha logrado al menos formalizar dos premisas no oficiales. La primera, que Amazon el vendedor, Facebook la red social, Google el indexador y Apple el fabricante de hardware pertenecen en realidad a una misma categor¨ªa, que el presidente del subcomit¨¦ llam¨® ¡°emperadores de la econom¨ªa digital¡±. La segunda, que la combinaci¨®n de su tama?o y su ma...
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La ¨²ltima subcomisi¨®n m¨¢s esperada de la historia de la tecnolog¨ªa promet¨ªa poner contra las cuerdas a cuatro de los hombres m¨¢s poderosos del mundo: Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Tim Cook. Lo consiguieran o no, el formato colectivo ha logrado al menos formalizar dos premisas no oficiales. La primera, que Amazon el vendedor, Facebook la red social, Google el indexador y Apple el fabricante de hardware pertenecen en realidad a una misma categor¨ªa, que el presidente del subcomit¨¦ llam¨® ¡°emperadores de la econom¨ªa digital¡±. La segunda, que la combinaci¨®n de su tama?o y su manera de hacer negocios es perjudicial para los usuarios, para la democracia y, lo que es m¨¢s importante, para el capitalismo.
Los representantes acusaron a las llamadas en conjunto GAFA de ser hidras cuyas cabezas devoran todo lo que crece a su alrededor, generando un ecosistema en el que nada prospera, salvo su cuenta corriente y su poder. Las cuatro ejercen un control sin precedentes sobre la distribuci¨®n de bienes (ya sean contenidos, servicios, aplicaciones o productos) que, a su vez, les asegura una visi¨®n global y unilateral del mismo mercado en el que compiten. Y las cuatro abusan de las ventajas que derivan de esa gesti¨®n de bienes y datos para afianzar su posici¨®n de mercado y destruir la de los dem¨¢s. Amazon vigila, controla y a veces destruye a sus propios compa?eros en el mercado discriminando sus productos para favorecer los de su propia marca. Peor todav¨ªa, a menudo son productos que han copiado a esos mismos compa?eros, tras advertir un pico en la demanda gracias a su posici¨®n estrat¨¦gica como administrador de la plataforma. De la misma forma, Apple y Google vigilan, controlan, copian y a veces destruyen las apps de sus partners desarrolladores en la Apple Store y Google Play para favorecer las propias. Facebook compra (Instagram o WhatsApp), copia (Snapchat) o destruye todo aquello que amenace su monopolio, atrapando al consumidor dentro de sus dominios. Son los intermediarios infranqueables de la Nueva Econom¨ªa y no juegan limpio.
Nada de esto es noticia. La investigaci¨®n del Congreso llega precedida de m¨¢s de 10 a?os de filtraciones e investigaciones period¨ªsticas que constatan los mismos hechos, y otros incluso m¨¢s graves. Tampoco nos sorprender¨¢n las conclusiones del Departamento de Justicia y la Comisi¨®n General del Comercio cuando lleguen este oto?o. Es improbable que tengan graves consecuencias para los cuatro gigantes, que han nacido en las instituciones acad¨¦micas m¨¢s prestigiosas de EE UU y han crecido gracias al dinero p¨²blico de las administraciones norteamericanas. El Congreso est¨¢ amonestando a sus hijos rebeldes por causar problemas en casa. El resto de las econom¨ªas somos barra libre para los cuatro se?ores feudales de la era de la informaci¨®n, porque fuera de sus fronteras no son gamberros, son los tent¨¢culos de un imperio que se expande gracias a la colaboraci¨®n, a veces ingenua, otras veces oportunista y a menudo desesperada del resto de Gobiernos del mundo. Estamos esperando a que EE UU le corte los brazos a sus propios hijos, algo que no va a ocurrir.
Para entender lo que son las GAFA, basta con observar lo que ocurre cuando una empresa similar pero no estadounidense quiere hacer en EE UU lo que las GAFA han hecho por ejemplo en Europa. Como Tik Tok y Huawei. ¡°En el mundo actual, hay pocas perspectivas m¨¢s ominosas que un Gobierno extranjero hostil capaz de comprometer las infraestructuras y dispositivos en nuestro pa¨ªs¡±, explicaba el director del FBI Christopher Wray en el Instituto Hudson a mediados de julio. ¡°Si dejamos que empresas como Huawei tengan acceso sin restricciones a nuestra infraestructura de telecomunicaciones, podr¨ªan recoger cualquier informaci¨®n tuya que circule por sus infraestructuras y dispositivos. Peor todav¨ªa: no tendr¨ªan m¨¢s remedio que darle esa informaci¨®n al Gobierno chino si as¨ª se lo pidiera¡±, a?ad¨ªa. En las primeras guerras del copyright, Lawrence Lessig dijo una frase ic¨®nica: ¡°Disney no quiere que otros le hagan a Mickey Mouse lo que Walt Disney hizo con el legado de los hermanos Grimm¡±. EE UU no quiere que una empresa china haga en EE UU lo que sus empresas han hecho en el resto del mundo porque entiende las consecuencias, y nosotros deber¨ªamos tambi¨¦n.
La soluci¨®n es simple: invertir en soberan¨ªa tecnol¨®gica y colaboraci¨®n estrat¨¦gica. Europa necesita apoyar con decisi¨®n y urgencia el desarrollo de una industria tecnol¨®gica propia, reconstruyendo el proyecto europeo desde una infraestructura com¨²n, segura y colaborativa, dise?ada para afrontar los retos de la crisis clim¨¢tica, atender las necesidades de la sociedad civil y que responda a la regulaci¨®n local.
Contra todo pron¨®stico, el principal obst¨¢culo no es econ¨®mico sino pol¨ªtico: la democracia bipartidista resiste la inversi¨®n a largo plazo. Es m¨¢s f¨¢cil hacer planes a largo plazo cuando eres el CEO de una empresa o el l¨ªder de un r¨¦gimen autoritario y no te juegas el sill¨®n cada cuatro a?os, ni tienes que asumir un gasto que probablemente acabar¨¢ beneficiando a la oposici¨®n. Ser¨ªa necesario que los Gobiernos recobren la famosa voluntad de servicio p¨²blico por encima del inter¨¦s del partido, como hicieron con las primeras carreteras. Sin eso ya solo nos queda el camino de la sumisi¨®n.
Marta Peirano es escritora y periodista.