La libertad derrotada
China se sirve de la nueva ley de seguridad de Hong Kong para cargar contra la prensa independiente
Por si alguien albergaba dudas respecto a las intenciones del r¨¦gimen chino, la nueva polic¨ªa instalada en Hong Kong desde el 1 de julio para aplicar la legislaci¨®n de seguridad aprobada unilateralmente en Pek¨ªn ha detenido al magnate de los medios de comunicaci¨®n Jimmy Lai, de 71 a?os, acusado de colusi¨®n con una potencia extranjera, una imputaci¨®n que puede implicar la cadena perpetua.
El Estado de derecho, la divisi¨®n de poderes y las libertades p¨²blicas ya no existen en la antigua colonia brit¨¢nica. Nada queda de la original idea de dos sistemas pol¨ªticos distintos, uno autoritario ...
Por si alguien albergaba dudas respecto a las intenciones del r¨¦gimen chino, la nueva polic¨ªa instalada en Hong Kong desde el 1 de julio para aplicar la legislaci¨®n de seguridad aprobada unilateralmente en Pek¨ªn ha detenido al magnate de los medios de comunicaci¨®n Jimmy Lai, de 71 a?os, acusado de colusi¨®n con una potencia extranjera, una imputaci¨®n que puede implicar la cadena perpetua.
El Estado de derecho, la divisi¨®n de poderes y las libertades p¨²blicas ya no existen en la antigua colonia brit¨¢nica. Nada queda de la original idea de dos sistemas pol¨ªticos distintos, uno autoritario sino totalitario, y otro de democracia liberal, capaces de convivir en el seno de un mismo pa¨ªs. Todo esto se sab¨ªa desde que se aprob¨® esta infame legislaci¨®n a espaldas del Parlamento de Hong Kong y en contravenci¨®n de la ley b¨¢sica de la excolonia, pero faltaban todav¨ªa, y no han tardado en llegar, las pruebas materiales del ejercicio autoritario sobre las libertades hongkonesas.
Las elecciones legislativas programadas para septiembre, en las que se preve¨ªa una severa derrota de los candidatos t¨ªtere del r¨¦gimen, se han aplazado con la excusa del coronavirus. Doce de los candidatos democr¨¢ticos ya han sido anulados preventivamente. Las im¨¢genes del empresario Jimmy Lai detenido y esposado, junto a la entrada y registro por centenares de polic¨ªas de la redacci¨®n de su peri¨®dico Apple Daily, ilustran la magnitud y la ejemplaridad del desastre. Sin tanques ni muertos como en Tiananmen en 1989, el r¨¦gimen de Xi Jinping est¨¢ culminando la operaci¨®n de destrucci¨®n de una sociedad democr¨¢tica y libre.
Nada de todo esto hubiera sido posible sin el desolador paisaje internacional de las libertades pisoteadas, desde Bielorrusia y Rusia hasta la India y Turqu¨ªa, pasando por Polonia o Hungr¨ªa. Tampoco hubiera sucedido sin la complacencia de Donald Trump con los dictadores y su visi¨®n transaccional de las relaciones internacionales, que se contabiliza en beneficios comerciales para su pa¨ªs pero no en la defensa de las libertades y valores democr¨¢ticos. Poco va a contribuir al alivio de la losa dictatorial que ha ca¨ªdo sobre los hongkoneses la tanda de sanciones lanzada ahora por Washington, aunque servir¨¢ sin duda a la ret¨®rica electoralista de la campa?a presidencial e incluso puede rendir frutos en una futura paz comercial entre Washington y Pek¨ªn.
El golpe que acaba de sufrir la libertad de expresi¨®n en Hong Kong ¡ªcomo la que est¨¢ padeciendo en otros lugares autoritarios del mundo¡ª es tambi¨¦n una promesa de intolerancia para toda China, empezando por T¨ªbet y Xinjiang, y constituye una amenaza para Taiw¨¢n, e incluso para los medios de todo el mundo, que podr¨¢n ver perseguidos all¨ª a sus corresponsales.