Crecer y sanear
La calidad de la recuperaci¨®n es la v¨ªa para frenar una deuda p¨²blica creciente
La deuda de las Administraciones p¨²blicas ha vuelto a registrar un m¨¢ximo hist¨®rico en t¨¦rminos absolutos, alcanzando 1,290 billones de euros en junio. Espa?a no es un caso aislado, ni el que presenta el mayor desequilibrio de la UE. Su principal determinante, la contracci¨®n extraordinaria del PIB, adem¨¢s de hundir los ingresos p¨²blicos ha generado en las econom¨ªas avanzadas incrementos tambi¨¦n excepcionales del gasto p¨²blico. Si no nos vemos obligados a renovar el confinamiento, Espa?a registrar¨¢ este a?o una contracci¨®n de su PIB de entre el 10% y el 15%. Los resultados no pueden ser otros q...
La deuda de las Administraciones p¨²blicas ha vuelto a registrar un m¨¢ximo hist¨®rico en t¨¦rminos absolutos, alcanzando 1,290 billones de euros en junio. Espa?a no es un caso aislado, ni el que presenta el mayor desequilibrio de la UE. Su principal determinante, la contracci¨®n extraordinaria del PIB, adem¨¢s de hundir los ingresos p¨²blicos ha generado en las econom¨ªas avanzadas incrementos tambi¨¦n excepcionales del gasto p¨²blico. Si no nos vemos obligados a renovar el confinamiento, Espa?a registrar¨¢ este a?o una contracci¨®n de su PIB de entre el 10% y el 15%. Los resultados no pueden ser otros que d¨¦ficit p¨²blico y un stock de deuda p¨²blica desconocidos en las series estad¨ªsticas. Los datos difundidos ahora, correspondientes a junio, elevar¨ªan la deuda p¨²blica hasta el 110% del PIB, pero a final de a?o superar¨¢ probablemente el 115%, seg¨²n la mayor¨ªa de las previsiones. Su reconducci¨®n solo tendr¨¢ lugar cuando lo haga con la intensidad y duraci¨®n suficiente la recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico y del empleo.
Esto ¨²ltimo es lo m¨¢s inquietante y ha de constituir hoy la prioridad principal de la pol¨ªtica econ¨®mica. Llevarse las manos a la cabeza cada vez que aparece un registro de d¨¦ficit o de deuda p¨²blica es un ejercicio de intimidaci¨®n sin mucho fundamento, m¨¢s amparado en la obsesi¨®n por el adelgazamiento a ultranza del gasto p¨²blico que por la propia solvencia y estabilidad del conjunto de la econom¨ªa. Afortunadamente, ninguna instituci¨®n prioriza hoy la reducci¨®n de esos desequilibrios en las finanzas p¨²blicas frente a la recuperaci¨®n y reconstrucci¨®n de los da?os actuales.
Desde luego, no lo hacen los guardianes tradicionales de la ortodoxia, los bancos centrales, que han venido defendiendo un mayor activismo de las Administraciones p¨²blicas que compense la excepcionalidad de la pol¨ªtica monetaria. El expresidente del BCE lo record¨® anteayer mismo. Afortunadamente, los operadores en los mercados financieros son igualmente conscientes de la inevitabilidad de esos aumentos de la deuda p¨²blica y aceptan de buen grado las intervenciones compradoras de bonos p¨²blicos por los bancos centrales. Los tipos de inter¨¦s con que cotizan esos t¨ªtulos de los Tesoros y las correspondientes primas de riesgo siguen en m¨ªnimos hist¨®ricos.
Con la incertidumbre todav¨ªa existente acerca del control del virus, ser¨ªa una irresponsabilidad adoptar pol¨ªticas contractivas que limitaran la recuperaci¨®n econ¨®mica. Esto no significa que el Gobierno no disponga de un plan de actuaci¨®n a medio plazo para, restablecido el crecimiento, adoptar decisiones para reducir la deuda p¨²blica. Habr¨ªa que anticiparlo con ocasi¨®n de la elaboraci¨®n de los pr¨®ximos Presupuestos. Y deber¨ªa procurar que ese plan dispusiera del mayor apoyo pol¨ªtico posible. No se trata solo de salvar el ya de por s¨ª relevante tr¨¢mite de aprobaci¨®n de las cuentas, sino de transmitir a los agentes econ¨®micos espa?oles e internacionales el convencimiento de que nuestro pa¨ªs merece confianza a largo plazo. La condici¨®n necesaria para conseguirlo es asumir las recomendaciones que la Comisi¨®n Europea ha venido haciendo en sus informes peri¨®dicos, compatibles desde luego con el saneamiento de las finanzas p¨²blicas y con esa otra prioridad de modernizaci¨®n econ¨®mica, b¨¢sica para acceder a los recursos del fondo de recuperaci¨®n. La mejor forma de sanear las finanzas p¨²blicas es asegurar la calidad del crecimiento a medio plazo.