Cayetana
Est¨¢ convencida, como ha mostrado en este a?o, de que en la pol¨ªtica pac¨ªfica y tolerante de la democracia y el liberalismo todo se puede cambiar, a condici¨®n de que se dicten las leyes adecuadas y se defienda la libertad
Cuando Pablo Casado, el l¨ªder del Partido Popular, tuvo la valent¨ªa de nombrar a Cayetana ?lvarez de Toledo portavoz de su partido, de oposici¨®n al Gobierno de Pedro S¨¢nchez, muchos nos preguntamos cu¨¢nto durar¨ªa Cayetana en el cargo. Ha durado un a?o y, desde luego, no ha perdido en este trance un minuto de tiempo. Aunque s¨¦ que a ella no le gusta esta palabra, lo que ha hecho en Espa?a esta joven admirable ha sido una peque?a revoluci¨®n, que, al menos yo, creo de largo alcance.
Por lo pronto ha mostrado que no es verdad que a los j¨®venes m¨¢s brillantes en Espa?a les interesan la econo...
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Cuando Pablo Casado, el l¨ªder del Partido Popular, tuvo la valent¨ªa de nombrar a Cayetana ?lvarez de Toledo portavoz de su partido, de oposici¨®n al Gobierno de Pedro S¨¢nchez, muchos nos preguntamos cu¨¢nto durar¨ªa Cayetana en el cargo. Ha durado un a?o y, desde luego, no ha perdido en este trance un minuto de tiempo. Aunque s¨¦ que a ella no le gusta esta palabra, lo que ha hecho en Espa?a esta joven admirable ha sido una peque?a revoluci¨®n, que, al menos yo, creo de largo alcance.
Por lo pronto ha mostrado que no es verdad que a los j¨®venes m¨¢s brillantes en Espa?a les interesan la econom¨ªa y las empresas, pero detestan la pol¨ªtica. Pocas personas hay mejor preparadas intelectualmente que Cayetana, con un doctorado en Historia en la Universidad de Oxford, y, sin embargo, a ella le apasiona la pol¨ªtica y est¨¢ convencida, como ha mostrado en este a?o, de que en la pol¨ªtica pac¨ªfica y tolerante de la de la democracia y el liberalismo todo se puede cambiar, a condici¨®n de que se dicten las leyes adecuadas y, sobre todo, se defienda la libertad ante los que quisieran conculcarla, como ahora, en Espa?a, la extrema izquierda de Podemos y los independentistas de Catalu?a. Es el mejor trabajo que Cayetana ha hecho y lo m¨¢s que tenemos que agradecerle: demostrar, con palabras y con hechos, que no hay raz¨®n alguna para que la derecha democr¨¢tica tenga complejos de inferioridad frente a la izquierda comunista, que arrastra, dentro de sus taras, cosas tan horrendas como el Gulag, la Revoluci¨®n Cultural China y, m¨¢s cerca de nosotros, la desgraciada Venezuela, uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo al que ¡°el socialismo del siglo XXI¡± del comandante Ch¨¢vez sepult¨® en la miseria y del que cinco millones de personas por lo menos han tenido que huir para poder comer y trabajar. ?Por qu¨¦ tendr¨ªa que bajar la cabeza y rendirse la doctrina de la libertad frente a los responsables de esos cr¨ªmenes sabiendo que ella representa lo m¨¢s avanzado, libre y pr¨®spero de nuestro planeta?
?Qui¨¦nes son los que se han desga?itado pidiendo a Cayetana en este a?o moderaci¨®n y centrismo? Algunos distra¨ªdos militantes del Partido Popular, sin duda, pero sobre todo los socialistas y comunistas, sorprendidos de ver a alguien de la derecha que se atrev¨ªa a recordarles los horrores cometidos en nombre del sacrosanto marxismo. A m¨ª me recordaba los a?os de Margaret Thatcher en Inglaterra, cuando socialistas y comunistas le exig¨ªan desesperados que se centrara y moderara, porque con sus inconveniencias pol¨ªticas iba a llevar a los tories a la extinci¨®n. La verdad es que los llev¨® al poder por tres veces consecutivas ¡ªpor primera vez en la historia¡ª y que Gran Breta?a jam¨¢s estuvo tan bien, desde la Segunda Guerra Mundial, como con la se?ora Thatcher.
?Cu¨¢les son las posiciones que ha defendido Cayetana como portavoz del Partido Popular? Cosas tan sensatas y queridas por media Espa?a como que el Partido Socialista vuelva a ser lo que era en tiempos de Felipe Gonz¨¢lez y el Partido Popular pueda unirse a ¨¦l en una coalici¨®n que permita la recuperaci¨®n del pa¨ªs en este a?o de grav¨ªsimas vicisitudes sanitarias y econ¨®micas. Y nadie ha expresado tan claramente como ella la distancia que hay entre un partido democr¨¢tico y liberal como el Partido Popular y una fuerza conservadora y nacionalista como Vox. ?Es ese el temido radicalismo de Cayetana? Tambi¨¦n ha dicho con la misma claridad con que siempre se expresa que un partido pol¨ªtico democr¨¢tico y liberal no es lo mismo que el Ej¨¦rcito, donde las ¡°¨®rdenes de los jefes se obedecen sin dudas ni murmuraciones¡±. Desde luego que no. En un partido democr¨¢tico las ideas se discuten, al igual que los programas, dentro de una adhesi¨®n general a ciertos principios, que inevitablemente se traducen en pol¨ªticas distintas. Esto lo saben de sobra todos los militantes democr¨¢ticos, pero lo ignoran, por supuesto, los que hacen pol¨ªtica para medrar, enchufarse en el Estado o sentirse ¡ªay de ellos¡ª poderosos.
El soci¨®logo alem¨¢n Max Weber diferenci¨® muy claramente la ¨¦tica de la convicci¨®n y la ¨¦tica de la responsabilidad. Un partido democr¨¢tico necesita dirigentes que representen ambas cosas; caso contrario, puede llenarse de oportunistas corrompidos o condenarse a ser s¨®lo un grupo de presi¨®n alejado de la masa ciudadana. El pol¨ªtico de convicci¨®n obedece a sus ideas y principios antes que a otra cosa; el pol¨ªtico responsable sabe que las ideas y principios son generalidades de dif¨ªcil aplicaci¨®n y que, en muchos casos, debe hacer concesiones, a veces muy amplias, para hacer avanzar su causa y las reformas que defiende. El pol¨ªtico de convicci¨®n no cede ni hace concesiones sobre las ideas ni los principios. En Espa?a no ha habido muchos pol¨ªticos de convicci¨®n y tal vez ¨¦sa sea la raz¨®n de la triste historia de sus partidos pol¨ªticos; no los ha habido en el sentido que Cayetana ?lvarez de Toledo lo es, defendiendo aquello que cree sin mirar a los costados ni atemorizarse por las posibles consecuencias. Es verdad que dirigentes tan estrictos pueden significar la desgracia de un partido; pero, sin ellos, lo que es seguro es que ese partido se pudrir¨¢ en vida, lleno de ¡°moderados¡±, vale decir oportunistas, ventajistas e, incluso, ladrones y enchufistas. Los que hemos votado varias veces por el Partido Popular no queremos que este partido, lo que m¨¢s se parece a una fuerza liberal en Espa?a, termine en la confusi¨®n y el pragmatismo c¨ªnico en que ha ca¨ªdo el Partido Socialista desde que Felipe Gonz¨¢lez dej¨® de dirigirlo. Y por eso, muchos que sin ser militantes votamos por ¨¦l, creemos que Cayetana ha prestado un servicio inmenso a los populares defendiendo en sus filas, a veces contra sus mismos militantes, la ¨¦tica de la convicci¨®n. Los principios y las ideas antes que los cargos y la figuraci¨®n.
Conoc¨ª a Cayetana hace algunos a?os cuando el Rey Felipe VI salv¨® a Espa?a, con un discurso, del frenes¨ª de los independentistas catalanes, que, luego de organizar una consulta ilegal para justificar la independencia, se cre¨ªan ya due?os de la realidad pol¨ªtica espa?ola. Cayetana, sin tener ni recibir apoyo de nadie, organiz¨® la resistencia a la ilegalidad catalana, con Libres e Iguales, que moviliz¨® a muchos j¨®venes y viejos a trav¨¦s de Espa?a, quienes, a su mando, salimos a las calles a recordar que la Constituci¨®n espa?ola proh¨ªbe expresamente que una regi¨®n aut¨®noma convoque un refer¨¦ndum sobre la segregaci¨®n, y a recordar que en una democracia la Constituci¨®n y las leyes se respetan. Es decir, a defender aquello mismo que Felipe VI hab¨ªa defendido con tanta lucidez en su discurso. Refiero esto para mostrar que una dirigente pol¨ªtica que promueve la ¨¦tica de la convicci¨®n no es una tetelememe extraviada en el mundo de las ideas; puede ser tambi¨¦n un ser pr¨¢ctico y valiente que recurre a la acci¨®n en defensa de aquello que cree y promociona. Cayetana lo ha hecho siempre, con coraje, en Catalu?a, cuando trataron de impedirle que entrara a una universidad, o en las giras pol¨ªticas en el Pa¨ªs Vasco, sin inmutarse ante los insultos y las piedras nacionalistas. La ¨¦tica de la convicci¨®n no est¨¢ re?ida con la valent¨ªa ni la acci¨®n.
Dicho todo esto, esperamos de ella, ahora que tendr¨¢ m¨¢s tiempo, que escriba el ensayo pol¨ªtico sobre Espa?a que nos debe. Y, por supuesto, todos quienes la admiramos y queremos, la vamos a extra?ar, sobre todo cuando escuchemos los debates en las Cortes y nos muramos de aburrimiento.
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? Mario Vargas Llosa, 2020.