C¨®digos precolombinos
No se trata de recuperar el lazo al cuello de los nahuas, ni de emplumar con penachos verdes a las autoridades ladronas, sino de pellizcar la conciencia nacional y edificar valores ciudadanos
Los castigos infligidos a los ni?os mexicas desobedientes inclu¨ªan azotes con ortigas, punzadas con espinas de maguey, aspiraciones de chile quemado y sentadas, desnudos, sobre un hormiguero. La conducta de los j¨®venes era supervisada por sus mayores y los compendios morales arremet¨ªan contra la corrupci¨®n, sancionada por el imperio azteca con penas muy duras, la muerte entre ellas. Los pueblos sometidos por la dictadura mesoamericana ten¨ªan que pagar tributos, contribuir con hombres a la guerra, y los recaudadores perd¨ªan la vida y las propiedades si les pillaban robando. Los escarmientos die...
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Los castigos infligidos a los ni?os mexicas desobedientes inclu¨ªan azotes con ortigas, punzadas con espinas de maguey, aspiraciones de chile quemado y sentadas, desnudos, sobre un hormiguero. La conducta de los j¨®venes era supervisada por sus mayores y los compendios morales arremet¨ªan contra la corrupci¨®n, sancionada por el imperio azteca con penas muy duras, la muerte entre ellas. Los pueblos sometidos por la dictadura mesoamericana ten¨ªan que pagar tributos, contribuir con hombres a la guerra, y los recaudadores perd¨ªan la vida y las propiedades si les pillaban robando. Los escarmientos diezmaron la impunidad.
La vigilancia de los servidores p¨²blicos era estrecha, y la probidad de los nobles, sacerdotes y funcionarios, obligatoria antes de que llegaran la depredaci¨®n de virreyes y encomenderos y los esc¨¢ndalos que hoy ensucian a los tres expresidentes, dos candidatos presidenciales y 11 legisladores y operadores pol¨ªticos denunciados por el exdirector de Pemex imputado en el caso Odebrecht. En tiempos del emperador Ahuizotl hubieran sido rapados en la plaza principal y conducidos al pat¨ªbulo.
Mexicanos al tanto de la suerte corrida por los jueces venales precolombinos habr¨¢n fantaseado con el ajusticiamiento de sus continuadores criollos en la pol¨ªtica, la magistratura y la administraci¨®n, enfangados desde el virreinato de Antonio de Mendoza. La cadena de contratos ama?ados con la constructora brasile?a consolida la clasificaci¨®n de M¨¦xico como uno de los pa¨ªses m¨¢s corruptos de la OCDE, seg¨²n el ¨ªndice de Transparencia Internacional, y arraiga el fatalismo de sus nacionales de apostar por la presunci¨®n de culpabilidad como garant¨ªa de acierto en las sentencias, y de considerar los derechos procesales un lujo incompatible con la compraventa de togas y el falseamiento de testimonios.
La coalici¨®n gubernamental ha propuesto una comisi¨®n de la verdad, cuando lo que necesita M¨¦xico es una justicia que no la oculte. Excepto aquellas que descubrieron el horror de los cuartelazos latinoamericanos, la mayor¨ªa de esas comisiones fueron estratagemas para camuflar culpas y da?ar al contrario. El Sistema Nacional Anticorrupci¨®n naci¨® deslegitimado al haber sido promovido por un gobernante citado como corrupto, en sinton¨ªa con el jefe antisecuestros de Morelos que cobraba de los secuestradores.
No se trata de recuperar el lazo al cuello de los nahuas, emplumar con penachos verdes a las autoridades ladronas o educar traumatizando, sino de pellizcar la conciencia nacional y edificar valores ciudadanos. La democracia mexicana ser¨¢ acatada cuando adecente sus instituciones con servidores comprometidos con la decencia, fiando el futuro de la rep¨²blica al Estado de derecho, necesitado de guindillas y hormigas rojas para recuperar capacidades y cr¨¦dito. Un electrochoque judicial en el caso Odebrecht ser¨ªa reconfortante.