Falta de liderazgo
El ministro de Universidades corre el riesgo de que la escasez de explicaciones p¨²blicas ante el nuevo curso sea percibida por la sociedad como un menosprecio
M¨¢s de 1,3 millones de estudiantes iniciar¨¢n en las pr¨®ximas semanas un nuevo curso universitario marcado por la inquietante marcha de la pandemia y por una escasa informaci¨®n p¨²blica sobre los planes de contingencia previstos. Los datos sobre nuevos contagios se?alan a los j¨®venes y al ocio nocturno como los principales vectores de expansi¨®n del virus, lo que convierte a aulas y campus universitarios en espacios de riesgo que hay que controlar.
La mayor¨ªa de las 83 universidades espa?olas dejaron perfilados ya en julio los planes para un nuevo curso basado en una combinaci¨®n de ense?a...
M¨¢s de 1,3 millones de estudiantes iniciar¨¢n en las pr¨®ximas semanas un nuevo curso universitario marcado por la inquietante marcha de la pandemia y por una escasa informaci¨®n p¨²blica sobre los planes de contingencia previstos. Los datos sobre nuevos contagios se?alan a los j¨®venes y al ocio nocturno como los principales vectores de expansi¨®n del virus, lo que convierte a aulas y campus universitarios en espacios de riesgo que hay que controlar.
La mayor¨ªa de las 83 universidades espa?olas dejaron perfilados ya en julio los planes para un nuevo curso basado en una combinaci¨®n de ense?anza presencial y telem¨¢tica que minimizara la necesidad de contacto interpersonal. Pero la evoluci¨®n de la pandemia en las ¨²ltimas semanas ha obligado a revisar y endurecer los protocolos que hab¨ªan pactado los rectores, las autoridades auton¨®micas y el Ministerio de Universidades. Adem¨¢s del uso obligatorio de mascarilla, de respetar la distancia m¨ªnima de 1,5 metros entre estudiantes y de ventilar las aulas al menos 15 minutos entre clases, las universidades deber¨¢n designar un responsable sobre la covid que coordine el seguimiento de los contagios y los posibles contactos de estos. Esta es una tarea absolutamente esencial que debe contar con una red de apoyo en las distintas facultades, pues de la agilidad con la que opere este dispositivo depender¨¢ que se puedan cortar las cadenas de transmisi¨®n y mantener la actividad docente.
Tanto los rectores como las autoridades educativas han trabajado en los ¨²ltimos meses para adaptar la ense?anza universitaria a la nueva situaci¨®n, pero ese trabajo ha tenido escaso reflejo ante la opini¨®n p¨²blica. Particularmente discreta ha sido la actuaci¨®n del Ministerio de Universidades, cuyo titular, Manuel Castells, salvo en las comparecencias parlamentarias, se ha prodigado muy poco a la hora de dar explicaciones p¨²blicas sobre c¨®mo se preparaba el nuevo curso. Con esta actitud, el ministro de Universidades corre el riesgo de que lo que a ¨¦l puede parecerle una virtud sea percibido por la sociedad como un menosprecio o, en el peor de los casos, como una forma de eludir la necesaria rendici¨®n de cuentas.
Siempre es un error minimizar la importancia de la comunicaci¨®n en la sociedad de la informaci¨®n, pero lo es todav¨ªa m¨¢s en una situaci¨®n de emergencia como la que vivimos. En un momento en el que predominan la ansiedad y el desconcierto, tan importante como acreditar competencia t¨¦cnica es transmitir capacidad de liderazgo. Quienes ejercen responsabilidades pol¨ªticas no solo tienen que dar respuesta a las demandas sociales y resolver los problemas de su ¨¢rea. Deben procurar tambi¨¦n que su actuaci¨®n sirva para reforzar la cohesi¨®n social, el respeto por las instituciones y el aprecio de la ciudadan¨ªa por la actividad pol¨ªtica.