Caixa y Bankia se casan o el a?o que nos robaron el futuro
Es un hecho probado que lo ¨²nico irreversible es el pasado. Lo que est¨¢ por venir, quieran o no, sigue siendo nuestro
¡°El tiempo es relativo, ?de acuerdo? Se puede alargar y compactar, pero no puede ir hacia atr¨¢s. Simplemente no puede¡±. Eso dijo el doctor Brand en la pel¨ªcula Interstellar. Antes lo hab¨ªa dicho Einstein. La pregunta es si puede ir hacia delante. La f¨ªsica cu¨¢ntica cree que s¨ª. Y la covid ha demostrado que de hecho s¨ª. Como todo el mundo ha podido comprobar, los ¨²ltimos meses hemos atravesado ¨¦pocas a toda velocidad, las crisis se han disparado por doquier y todo lo que parec¨ªa que iba a pasar dentro de quince o treinta a?os est¨¢ pasando hoy. Por ejemplo, La Caixa y Bankia se han enamor...
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¡°El tiempo es relativo, ?de acuerdo? Se puede alargar y compactar, pero no puede ir hacia atr¨¢s. Simplemente no puede¡±. Eso dijo el doctor Brand en la pel¨ªcula Interstellar. Antes lo hab¨ªa dicho Einstein. La pregunta es si puede ir hacia delante. La f¨ªsica cu¨¢ntica cree que s¨ª. Y la covid ha demostrado que de hecho s¨ª. Como todo el mundo ha podido comprobar, los ¨²ltimos meses hemos atravesado ¨¦pocas a toda velocidad, las crisis se han disparado por doquier y todo lo que parec¨ªa que iba a pasar dentro de quince o treinta a?os est¨¢ pasando hoy. Por ejemplo, La Caixa y Bankia se han enamorado. Terremoto bancario que hubiera parecido ciencia ficci¨®n hace un a?o y, sin embargo, la pedida de mano es hoy un hecho. Y los padres de la novia parecen contentos.
Debo advertir de que las personas empezamos antes que las entidades. Porque el adelantamiento del futuro ha sido un sentimiento ¨ªntimo antes que una realidad social. Los que so?aban con ser neorrurales se han pillado esa casa en un pueblo que tiene diez habitantes en invierno, los que no se ve¨ªan casados con su pareja dentro de diez a?os ya est¨¢n divorciados, los que se estaban empobreciendo ya se arruinaron, los que tonteaban antes del encierro hoy est¨¢n furiosamente enamorados, los que estaban a punto de volverse locos se volvieron locos del todo¡ El coraz¨®n de todo el mundo se mueve m¨¢s deprisa que nunca aunque aparentemente no tenga d¨®nde ir.
De modo que el futuro ya est¨¢ aqu¨ª y, por primera vez en la historia, no forma parte de lo posible sino de lo irreversible. Porque el futuro ya no es eso que est¨¢ en nuestras manos sino eso otro que estalla en nuestras narices y no podemos cambiar. Pero como demuestran las buenas pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n, el futuro es siempre inesperado. As¨ª que los coches siguen sin volar, por m¨¢s que todos hab¨ªamos imaginado que lo har¨ªan. En cambio, si miramos por la ventana veremos a mucha m¨¢s gente en bici y patinete, porque as¨ª de moderna es la nueva movilidad.
Tambi¨¦n veremos que hay muchas m¨¢s camionetas que antes, eso es porque Amazon est¨¢ tambi¨¦n m¨¢s cerca de su destino: comerse el mercado primero y el mundo despu¨¦s. De hecho es posible que la pr¨®xima vez que miremos por la ventana el carril bus se haya convertido en carril Amazon. Sin embargo, las tiendas de proximidad no desaparecen en el futuro, pueden verlas en su propia calle. Y las que no han cerrado, ya no lo har¨¢n. Celebr¨¦moslas. Ellas tambi¨¦n reparten y lo hacen mejor, m¨¢s r¨¢pido y con mayor calidad a los que tienen cerca. Si vuelven a mirar por la ventana puede que el carril Amazon sea ahora un democr¨¢tico carril de reparto.
Observar¨¢n tambi¨¦n que la ciudad se ha vuelto m¨¢s peque?a, que las distancias se han acortado y que volvemos a ir andando a muchos sitios. Esto se debe a que el teletrabajo est¨¢ plenamente instalado, aunque por supuesto no es como lo imagin¨¢bamos. Tanto tiempo pidiendo teletrabajar para conciliar y ahora resulta que la modernidad ha vuelto a encerrar a las mujeres en sus casas. Que podr¨ªa estar bien, salvo que las paredes de las casas siguen siendo, la mayor¨ªa de las veces, un lugar con carga extra de trabajo para nosotras. As¨ª que en el futuro hay muchas mujeres pidiendo ir al trabajo para poder conciliar. Con raz¨®n cantaba Sabina aquello de que ¡°el destino es muy maric¨®n¡±.
La justicia social tambi¨¦n ha evolucionado con este feroz paso del tiempo y lo ha hecho en una sola direcci¨®n. El mundo es mucho m¨¢s injusto que antes. Internet que lo hab¨ªa democratizado todo ¡ªla fama, el prestigio, la opini¨®n y hasta los recursos audiovisuales para hacer reels en Instagram¡ª fue incapaz de democratizar la educaci¨®n, lo ¨²nico que era esencial para vivir en una verdadera democracia. As¨ª que la injusticia no solo no se redujo gracias a Internet sino que la brecha digital se convirti¨® en un enorme boquete en el sistema. Es por esto por lo que en el futuro preocupa m¨¢s la Espa?a desconectada que la vaciada. Al final result¨® que el problema no estaba en la falta de gente sino en la ausencia de cobertura.
Otra cosa sorprendente es que la democracia s¨ª se digitaliz¨®, pero en el peor sentido. No fue para votar desde casa sino para constatar que no se puede llegar a presidente del Gobierno de Estados Unidos sin una buena campa?a en Facebook. Y que hablarse por tel¨¦fono con Mark Zuckerberg puede ayudar a cambiar m¨¢s votos que las mejores ideas pol¨ªticas, como le gusta pensar a Donald Trump. En realidad, el futuro es muy viejuno: un sistema casi medieval donde cada vez menos familias tienen m¨¢s cosas y donde la pobreza y la incultura son hereditarias, como en los viejos tiempos. Los bancos son cada vez menos y cada vez m¨¢s fuertes, lo mismo que los consorcios tecnol¨®gicos. Las monta?as de dinero son cada vez m¨¢s altas y se concentran en menos manos y los poderes no solo no est¨¢n divididos sino que se mandan memes por WhatsApp. Y se r¨ªen. No digo que de nosotros, pero podr¨ªa ser.
Mientras tanto, podremos seguir so?ando con un futuro en 4-D donde los coches vuelan y el genoma se manipula baj¨¢ndose una aplicaci¨®n. Pero resulta que el futuro ya estaba aqu¨ª y lo dem¨¢s eran fantas¨ªas animadas. La covid ha venido a romper la utop¨ªa y la distop¨ªa al mismo tiempo. Nos ha convencido de que no podemos caminar hacia lo imposible sino solo hacia lo irremediable. Sin embargo, es un hecho probado que lo ¨²nico irreversible es el pasado. El futuro, quieran o no, sigue siendo nuestro. Y antes o despu¨¦s, sorprenderemos. De momento, hoy por hoy, el futuro era esto.
Nuria Labari es periodista y escritora.