Es ciencia
La suspensi¨®n de la vacuna recuerda que debe avanzar con control y sin presiones
La suspensi¨®n de los ensayos de la vacuna de AstraZeneca, una de las m¨¢s avanzadas de la treintena que est¨¢n ya siendo probadas en humanos, es un rotundo recordatorio de que los caminos y ritmos de la ciencia no son los pol¨ªticos. Y de que cualquier falsa esperanza alentada por Gobiernos de toda ¨ªndole puede tener arriesgadas consecuencias si pone en peligro la seguridad de una investigaci¨®n bajo presi¨®n o provoca un relajamiento de las precauciones para evitar los contagios.
Hay hechos que conviene siempre recordar: el proceso habitual para acreditar una vacuna suele durar varios a?os ...
La suspensi¨®n de los ensayos de la vacuna de AstraZeneca, una de las m¨¢s avanzadas de la treintena que est¨¢n ya siendo probadas en humanos, es un rotundo recordatorio de que los caminos y ritmos de la ciencia no son los pol¨ªticos. Y de que cualquier falsa esperanza alentada por Gobiernos de toda ¨ªndole puede tener arriesgadas consecuencias si pone en peligro la seguridad de una investigaci¨®n bajo presi¨®n o provoca un relajamiento de las precauciones para evitar los contagios.
Hay hechos que conviene siempre recordar: el proceso habitual para acreditar una vacuna suele durar varios a?os y el universo cient¨ªfico, por ejemplo, a¨²n no ha conseguido una contra el sida, una enfermedad que desde su identificaci¨®n en los a?os ochenta ha causado decenas de millones de muertes. Desde que las grandes farmac¨¦uticas iniciaron la carrera para lograr la vacuna contra la covid-19, la OMS ha registrado 179 proyectos experimentales, de los que 34 est¨¢n prob¨¢ndose ya en humanos. El procedimiento requiere un largo acompasamiento de investigaci¨®n, pruebas, comprobaciones y autorizaciones con fases muy definidas y constantes mecanismos para ir avanzando: desde la experimentaci¨®n en c¨¦lulas y animales; despu¨¦s en grupos humanos reducidos; hasta llegar a las pruebas masivas en miles de personas de diversos pa¨ªses, edades, riesgos y perfiles. Y es en esta fase, cuando AstraZeneca estaba en el momento de probar la vacuna en 50.000 personas de Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Sur¨¢frica, cuando la aparici¨®n de una mielitis transversa, una enfermedad ¡°potencialmente inexplicable¡± en uno de los voluntarios, ha generado la suspensi¨®n. Para la empresa, es rutina. Para la sociedad expectante, un g¨¦lido ba?o de realidad.
La buena noticia es que los procedimientos han funcionado. Los controles han servido para dar el bot¨®n de pausa en un proceso que se podr¨¢ reanudar cuando se identifique lo ocurrido. Pero hay dos malas noticias: por un lado, el frenazo moment¨¢neo al proyecto m¨¢s avanzado de todos los que est¨¢n compitiendo por la vacuna, un golpe de realismo ante una pandemia que sigue burlando a la clase m¨¦dica y cient¨ªfica de todo el mundo. Y, por otro, un aviso a gobernantes que intentan colgarse la medalla de la vacuna antes de tiempo.
El presidente Donald Trump, quien m¨¢s lejos ha llegado en la extensi¨®n irresponsable y sin fundamento de las falsas esperanzas, ha alardeado de que llegar¨¢ antes del 3 de noviembre, la fecha electoral en que se juega un nuevo mandato. Tambi¨¦n en Espa?a el Gobierno asegur¨® recientemente que llegar¨¢ antes de diciembre, y hay comunidades que ya est¨¢n detallando planes.
Los planes deben existir, pero las falsas promesas sobran. Nueve farmac¨¦uticas han firmado un documento para defender el procedimiento cient¨ªfico frente a las presiones pol¨ªticas. Que los cient¨ªficos avancen en las condiciones m¨¢s seguras y verificables posibles es lo deseable. Que los Gobiernos no jueguen con las promesas y pongan su energ¨ªa en mantener la tensi¨®n respecto a la distancia social y los recursos para evitar los contagios y dotar de mejores medios los servicios m¨¦dicos no solo es lo deseable, sino lo m¨ªnimamente exigible. Cada cual, que cumpla de forma eficiente su papel. Y que responda de ello.