China Kumbay¨¢
?Est¨¢ siendo riguroso el periodista que en un pa¨ªs dictatorial se centra en los ciudadanos sin cuestionar el marco en el que se mueven?
Uno de los reportajes m¨¢s interesantes de este verano se llama C¨®mo China control¨® el coronavirus. Podr¨ªa tratarse de cualquier panfleto de propaganda, pero el titular no le hace justicia. Lo firma Peter Hessler en la revista The New Yorker y ha provocado un debate muy encendido: al autor le han acusado de alabar la gesti¨®n de Pek¨ªn durante la pandemia y de no mencionar los pecados del r¨¦gimen. Un acad¨¦mico australiano describe con sarcasmo el texto como un China kumbay¨¢, una canci¨®n de hoguera y guitarra para blanquear a la dictadura m¨¢s poderosa del mundo.
El reportaje e...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Uno de los reportajes m¨¢s interesantes de este verano se llama C¨®mo China control¨® el coronavirus. Podr¨ªa tratarse de cualquier panfleto de propaganda, pero el titular no le hace justicia. Lo firma Peter Hessler en la revista The New Yorker y ha provocado un debate muy encendido: al autor le han acusado de alabar la gesti¨®n de Pek¨ªn durante la pandemia y de no mencionar los pecados del r¨¦gimen. Un acad¨¦mico australiano describe con sarcasmo el texto como un China kumbay¨¢, una canci¨®n de hoguera y guitarra para blanquear a la dictadura m¨¢s poderosa del mundo.
El reportaje est¨¢ lleno de detalles para entender el pa¨ªs. Habla de lo met¨®dicos que han sido los chinos para organizarse, de c¨®mo han usado la tecnolog¨ªa y los comit¨¦s vecinales para controlar el virus. Estos grupos de voluntarios, casi siempre del Partido Comunista, se han dedicado a rastrear contagios, informar a la poblaci¨®n y llevarles comida en el confinamiento. El autor tambi¨¦n narra las peripecias de emprendedores que no han recibido ninguna ayuda oficial. Se queja con humor de los mensajes interminables en el grupo de padres de la escuela, que pasaban lista para informar sobre la temperatura de cada ni?o.
?Est¨¢ siendo riguroso el periodista que en un pa¨ªs dictatorial se centra en los ciudadanos sin cuestionar el marco en el que se mueven? El Gobierno chino se aprovecha de la empat¨ªa de Hessler: en un momento de crispaci¨®n total entre Pek¨ªn y Washington, es un regalo que un americano alabe lo duro que han trabajado. No tardaron ni una semana en mencionar el art¨ªculo.
Los cr¨ªticos dicen que el reportero pasa de perfil por la opresi¨®n y el control cada vez m¨¢s sofocante que se vive en China. Le reprochan no haber mencionado el arresto del jurista Xu Zhangrun, pocos d¨ªas antes de que se publicara el reportaje. A Xu lo retuvieron seis d¨ªas acusado de contratar a prostitutas. En realidad fue un escarmiento por criticar p¨²blicamente la gesti¨®n de la pandemia. Dijo que esta hab¨ªa revelado el ¡°coraz¨®n podrido del Gobierno chino¡± y el ¡°vac¨ªo del inquietante Estado¡±.
Hessler conoce muy bien China. Escribe desde Sichu¨¢n, adonde se mud¨® el a?o pasado para ense?ar literatura en la universidad. Es su segunda etapa.
En los noventa lleg¨® desde Missouri con una beca de los Peace Corps para ense?ar ingl¨¦s. Se qued¨® prendado de sus alumnos, t¨ªmidos obsesionados con aprender que miraban el mundo con retranca. Nos ha regalado personajes que denomina sino-dickensianos, llenos de dilemas morales y ternura. Sus libros son atajos para entrar en el mundo rural. Es cierto que no escribe sobre atrocidades que est¨¢n ocurriendo, como los campos de reeducaci¨®n en Xinjiang. ?Pero acaso sus testimonios de la clase media frustrada valen menos por eso?@anafuentesf