El castillo
Despu¨¦s de cuatro siglos muchos descendientes de aquellos moriscos regresan a esta tierra afrontando riesgos y penalidades a¨²n m¨¢s crueles que las sufridas por sus antepasados al ser expulsados
En un cerro, que domina una campa de naranjos hasta el mar, quedan las ruinas de un castillo construido en el siglo X por los musulmanes, cuyos ¨²ltimos vestigios est¨¢n siendo ahora restaurados. A los ni?os del pueblo que se extiende a la sombra de ese castillo ning¨²n maestro de escuela les explic¨® el origen de su destrucci¨®n, pero subir por primera vez a pie, con siete a?os, hasta sus derruidas murallas significaba un desaf¨ªo que distingu¨ªa a unos ni?os d¨¦biles y pusil¨¢nimes de otros fuertes y audaces, para quienes constitu¨ªa una aventura explorar el misterioso interior de este baluarte, la ma...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
En un cerro, que domina una campa de naranjos hasta el mar, quedan las ruinas de un castillo construido en el siglo X por los musulmanes, cuyos ¨²ltimos vestigios est¨¢n siendo ahora restaurados. A los ni?os del pueblo que se extiende a la sombra de ese castillo ning¨²n maestro de escuela les explic¨® el origen de su destrucci¨®n, pero subir por primera vez a pie, con siete a?os, hasta sus derruidas murallas significaba un desaf¨ªo que distingu¨ªa a unos ni?os d¨¦biles y pusil¨¢nimes de otros fuertes y audaces, para quienes constitu¨ªa una aventura explorar el misterioso interior de este baluarte, la mazmorra, la cisterna y la torre del homenaje. Los moriscos fueron expulsados de las tierras valencianas por Felipe III en 1609. Aquellos pobladores hab¨ªan creado sistemas de riego, que daban nuevas formas a la agricultura, pero aventados al destierro se vieron forzados a establecerse en el Magreb y este castillo qued¨® en completo abandono. Despu¨¦s de cuatro siglos muchos descendientes de aquellos moriscos regresan a esta tierra afrontando riesgos y penalidades a¨²n m¨¢s crueles que las sufridas por sus antepasados al ser expulsados. Esta primavera la obra de conservaci¨®n para salvar los ¨²ltimos restos del castillo la estaban realizando unos j¨®venes alba?iles marroqu¨ªes, que tal vez pudieron haber llegado a este lugar de sus mayores en patera, saltando una valla con concertinas o en los bajos de un cami¨®n. Trabajaban cantando, a veces maldiciendo, y sus voces en ¨¢rabe resonaban en el hueco de la mazmorra de donde un eco devolv¨ªa como una psicofon¨ªa en su propia lengua las antiguas canciones y los lamentos de los desterrados. Estos alba?iles marroqu¨ªes no eran conscientes de este retorno y tampoco parec¨ªa que les importara el hecho de estar salvando las huellas de su pasado. Para ellos toda la historia se reduc¨ªa a sacar un jornal para ir tirando.