No es la paz, ni siquiera un plan de paz
Ganan Trump y Netanyahu y pierden los palestinos. Sin Estado propio y sin ciudadan¨ªa israel¨ª, nadie proteger¨¢ sus derechos
Europa no est¨¢. No est¨¢n los palestinos. Naciones Unidas tampoco. El multilateralismo decae. Rige la ley del m¨¢s fuerte, del m¨¢s rico por tanto. Siempre ha regido, pero sin reglas de juego ni instituciones compartidas queda m¨¢s desnuda la verdad del poder. Ahora adopta la forma de una alianza entre israel¨ªes y saud¨ªes de tanta profundidad como la OTAN en sus buenos tiempos.
Responde al reflujo militar que Barack Obama inici¨® y Donald Trump est¨¢ completando, despu¨¦s de que George Bush hijo fracasara en la inundaci¨®n democr¨¢tica que iba a transformar la regi¨®n tras la invasi¨®n de Irak. Ru...
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Europa no est¨¢. No est¨¢n los palestinos. Naciones Unidas tampoco. El multilateralismo decae. Rige la ley del m¨¢s fuerte, del m¨¢s rico por tanto. Siempre ha regido, pero sin reglas de juego ni instituciones compartidas queda m¨¢s desnuda la verdad del poder. Ahora adopta la forma de una alianza entre israel¨ªes y saud¨ªes de tanta profundidad como la OTAN en sus buenos tiempos.
Responde al reflujo militar que Barack Obama inici¨® y Donald Trump est¨¢ completando, despu¨¦s de que George Bush hijo fracasara en la inundaci¨®n democr¨¢tica que iba a transformar la regi¨®n tras la invasi¨®n de Irak. Rusia, Turqu¨ªa e Ir¨¢n est¨¢n llenando el hueco, todos contra todos y todos contra Israel. Es un caso de multipolaridad sin multilateralismo, en el que se impone la bipolaridad tradicional entre sun¨ªes y chii¨ªes, ¨¢rabes y persas, jeques millonarios y airados ayatol¨¢s, en creciente tensi¨®n entre las dos orillas del Golfo P¨¦rsico.
La apertura de relaciones entre el min¨²sculo Bar¨¦in e Israel es una pieza fundamental. Sin Bar¨¦in, no hay foto electoral para Trump. Tampoco Benjam¨ªn Netanyahu se apunta el tanto hist¨®rico a la altura del que Isaac Rabin anot¨® en 1994 con la apertura de relaciones con Jordania. No bastaban las relaciones con Emiratos ?rabes: deb¨ªan seguir muchos m¨¢s. Ya no vecinos en guerra, como fueron Egipto y Jordania, sino lejanos pa¨ªses ¨¢rabes que ir¨ªan cayendo como fichas de domin¨®. Arabia Saud¨ª todav¨ªa no puede y de ah¨ª el valor de Bar¨¦in, su vecino obediente y enfeudado.
As¨ª se rompe el dogma de la centralidad palestina. Trump est¨¢ regalando a Netanyahu todas las bazas de la negociaci¨®n para alcanzar la paz con los palestinos: la capitalidad de Jerusal¨¦n, la soberan¨ªa del Gol¨¢n, el reconocimiento de los territorios ocupados¡ Se a?ade ahora la promesa de la baza definitiva, el reconocimiento de todos los pa¨ªses ¨¢rabes a cambio de nada: paz por paz. Nada de territorios. Ni hablar de los refugiados. Se esfuma el Estado palestino.
Israel sale m¨¢s fuerte y con mayor reconocimiento. Una operaci¨®n barata para Netanyahu. Le ha bastado con suspender los planes de anexi¨®n inmediata de los territorios ocupados de Cisjordania. De momento, ha aclarado. Si le sirve para mantenerse en el Gobierno y para que Trump gane las elecciones, el objetivo se habr¨¢ cumplido.
Esto no es la paz. No es ni siquiera un plan de paz. A Trump le sirve a efectos de Nobel de la Paz aun sin obtenerlo y ya tiene su foto hist¨®rica en la Casa Blanca como la tuvieron Jimmy Carter o Bill Clinton. Ganan Trump y Netanyahu y pierden los palestinos. Sin Estado propio y sin ciudadan¨ªa israel¨ª, nadie proteger¨¢ sus derechos. No es una excepci¨®n, sino la condici¨®n normal en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, especialmente entre los chi¨ªes, mayoritarios en Bar¨¦in, y los numerosos trabajadores inmigrantes, mayor¨ªa tambi¨¦n en Emiratos.
La democracia escasea en la regi¨®n. Solo alcanza para los ciudadanos israel¨ªes.