Papel mojado
Madrid tiene que rectificar para que las medidas contra el virus sean eficaces
La pandemia rebrota peligrosamente en una segunda oleada que se ha adelantado a todas las previsiones. Espa?a presenta los peores datos de Europa y Madrid, los peores datos de Espa?a. De las 10 regiones europeas con m¨¢s virus, nueve son espa?olas y la capital destaca entre ellas por la rapidez con la que se extiende y las altas tasas de transmisi¨®n comunitaria. A esta situaci¨®n se ha llegado por la dejadez de las autoridades sanitarias de la Comunidad, que han actuado tarde y mal, y por una cierta falta de coraje del Gobierno de Pedro S¨¢nchez para reclamar una intervenci¨®n m¨¢s contundente. Est...
La pandemia rebrota peligrosamente en una segunda oleada que se ha adelantado a todas las previsiones. Espa?a presenta los peores datos de Europa y Madrid, los peores datos de Espa?a. De las 10 regiones europeas con m¨¢s virus, nueve son espa?olas y la capital destaca entre ellas por la rapidez con la que se extiende y las altas tasas de transmisi¨®n comunitaria. A esta situaci¨®n se ha llegado por la dejadez de las autoridades sanitarias de la Comunidad, que han actuado tarde y mal, y por una cierta falta de coraje del Gobierno de Pedro S¨¢nchez para reclamar una intervenci¨®n m¨¢s contundente. Esta nueva crisis se est¨¢ proyectando ahora negativamente sobre toda Espa?a y ser¨¢ dif¨ªcil salir de ella.
D¨ªaz Ayuso ha practicado una pol¨ªtica temeraria que combina la deslealtad institucional, un descarado partidismo y una abrumadora falta de rigor en la gesti¨®n de la pandemia que debe ser corregida con urgencia. Por eso, la reuni¨®n que ayer mantuvieron S¨¢nchez y D¨ªaz Ayuso constituye un cierto alivio en la medida en que demostr¨® que ambos son conscientes de la necesidad de cooperar para frenar la expansi¨®n del virus. Con este prop¨®sito anunciaron la creaci¨®n de un grupo de coordinaci¨®n para gestionar ¡°unas semanas que van a ser muy duras¡±. Pero la insistencia de la presidenta de Madrid en atribuir la situaci¨®n a carencias generales del sistema, eludiendo su propia responsabilidad, proyecta algunas sombras sobre la voluntad de rectificaci¨®n. Y esto puede ser grave, porque las medidas dictadas, alumbradas con f¨®rceps por la insistencia de sus colaboradores sanitarios, son del todo insuficientes e inadecuadas.
Las restricciones a la movilidad decretadas en 37 zonas sanitarias no van a permitir atajar el virus. Con incidencias acumuladas que eran la mitad de las que ahora presenta Madrid, otras comunidades como Catalu?a y Arag¨®n aplicaron restricciones mucho m¨¢s estrictas. El hecho de que el porcentaje de positivos en Madrid supere el 22%, cuando deber¨ªa estar por debajo del 5%, demuestra que el n¨²mero de rastreadores y las pruebas PCR que se hacen son insuficientes. El retraso con el que se comunican los resultados, que en algunas zonas supera los ocho d¨ªas, implica que no se realiza un seguimiento adecuado de los contactos y eso facilita que las personas infectadas, muchas de ellas asintom¨¢ticas, expandan el virus.
Tampoco las restricciones a la movilidad son las m¨¢s adecuadas. No tiene ning¨²n sentido que se hayan cerrado los parques y se mantengan aforos elevados en cafeter¨ªas y casinos de barrio. Las numerosas excepciones no solo dificultan su gesti¨®n, sino que pueden convertirlas en papel mojado. Las restricciones afectan a los municipios y barrios del Sur en los que residen sobre todo trabajadores de servicios b¨¢sicos que tienen que desplazarse por la ciudad en transporte p¨²blico sin que este se haya reforzado suficientemente. Y ser¨¢ muy dif¨ªcil que se respeten las cuarentenas sin dispositivos sociales que faciliten el aislamiento. El hecho de que las medidas incidan especialmente en los barrios m¨¢s pobres provoca entre los afectados un comprensible sentimiento de agravio e irritaci¨®n. Las medidas anunciadas deben ser corregidas y ampliadas para aumentar su eficacia sanitaria y evitar que tengan un efecto estigmatizador y de segregaci¨®n social.