Nos falta Santos Juli¨¢
Empieza a ser una tradici¨®n de comienzos de oto?o que el Gobierno pretenda distraernos de los asuntos que verdaderamente nos preocupan, quiz¨¢s por su incapacidad para resolverlos
Empieza a ser una tradici¨®n de comienzos de oto?o que el Gobierno pretenda distraernos de los asuntos que verdaderamente nos preocupan, quiz¨¢s por su incapacidad para resolverlos. El a?o pasado fue el traslado de los restos de Franco, este a?o el anteproyecto de Ley de Memoria Democr¨¢tica. Que Franco est¨¦ ahora enterrado en El Pardo ha tranquilizado mucho a los espa?oles, siempre indignados porque su tumba estuviera en el Valle de los Ca¨ªdos. F¨²tbol aparte, en los bares no se hablaba de otra cosa...
Pero el anteproyecto actual tiene m¨¢s miga. En primer lugar, dejar constancia de que tod...
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Empieza a ser una tradici¨®n de comienzos de oto?o que el Gobierno pretenda distraernos de los asuntos que verdaderamente nos preocupan, quiz¨¢s por su incapacidad para resolverlos. El a?o pasado fue el traslado de los restos de Franco, este a?o el anteproyecto de Ley de Memoria Democr¨¢tica. Que Franco est¨¦ ahora enterrado en El Pardo ha tranquilizado mucho a los espa?oles, siempre indignados porque su tumba estuviera en el Valle de los Ca¨ªdos. F¨²tbol aparte, en los bares no se hablaba de otra cosa...
Pero el anteproyecto actual tiene m¨¢s miga. En primer lugar, dejar constancia de que todo ¨¦l es absurdo e inconveniente, iliberal en muchas de sus partes, intrusivo en derechos fundamentales. Las llamadas pol¨ªticas de memoria deben limitarse a los nombres de las calles, a los monumentos y poco m¨¢s. Con prudencia, conocimiento y respeto a las ideas del contrario. Adem¨¢s, creo, intuyo, que el Estado ahora no va sobrado de dinero. Pues bien, este texto crea siete ¨®rganos nuevos para lograr su objetivo, todos ellos con sus miembros y asesores, dietas y salarios. Se crear¨¢n nuevos puestos de trabajo, de acuerdo, pero no s¨¦ si ser¨¢n los que ahora se necesitan.
Pero esto es casi lo de menos. Lo grave es que intenta rectificar uno de los pilares sobre los que se ha fundamentado la actual democracia constitucional: la reconciliaci¨®n entre espa?oles tras la Guerra Civil. La idea de reconciliaci¨®n ¡ªde poner fin a que nos dividamos en amigos y enemigos, no entre adversarios con ideas e intereses distintos¡ª no nace en la Transici¨®n sino que viene de lejos, desde la misma Guerra Civil: recuerden el ¡°paz, piedad, perd¨®n¡± de un Aza?a arrepentido. Tambi¨¦n de democristianos, socialistas, liberales y, muy especialmente, del Partido Comunista a partir de 1956 con la pol¨ªtica de ¡°reconciliaci¨®n nacional¡± o aquel emocionante manifiesto estudiantil de este mismo a?o que estaba encabezado por un ¡°nosotros, los hijos de vencedores y vencidos...¡±. Esta corriente cristaliz¨® en la Constituci¨®n.
Pues bien, por lo que se sabe oficialmente de este anteproyecto ¡ªpublicado la web de la Vicepresidencia Primera del Gobierno¡ª es m¨¢s que inquietante este par¨¢grafo: ¡°... declara el car¨¢cter nulo de todas las condenas y sanciones dictadas durante la Guerra Civil y la Dictadura por los ¨®rganos de represi¨®n franquista, que asimismo se declaran ileg¨ªtimos¡±. No incluye, por tanto, los ¡°¨®rganos de represi¨®n¡± republicanos durante la Guerra Civil, quiz¨¢s porque considera que estos no cometieron crimen alguno.
Otra vez una Espa?a de buenos y malos, de rojos y nacionales. Una rectificaci¨®n de la Ley de Amnist¨ªa, defendida en el Congreso por Marcelino Camacho. Encuentro a faltar, m¨¢s que nunca, a Santos Juli¨¢ para que imponga cordura entre los suyos.