?Volver¨¢ a gobernar la derecha?

El otro d¨ªa, Pablo Iglesias dijo al PP en el Congreso que la derecha nunca ganar¨ªa las elecciones. Contrariamente a lo que ha sostenido cierta prensa, creo que hablaba m¨¢s como analista pol¨ªtico que como ¡°populista venezolano¡± o trumpista de izquierdas; que hubiera un ¨¢nimo de emplear trucos para evitarlo. Si se mira la composici¨®n del Congreso, la actual derecha tiene muy dif¨ªcil conseguir una mayor¨ªa electoral en Espa?a, aunque el PP quedara como partido m¨¢s votado. Es decir, que rebus sic stantibus la oposici¨®n lo tiene crudo. Aun ganando a la izquierda en n¨²mero de votos es muy dif¨ª...

El otro d¨ªa, Pablo Iglesias dijo al PP en el Congreso que la derecha nunca ganar¨ªa las elecciones. Contrariamente a lo que ha sostenido cierta prensa, creo que hablaba m¨¢s como analista pol¨ªtico que como ¡°populista venezolano¡± o trumpista de izquierdas; que hubiera un ¨¢nimo de emplear trucos para evitarlo. Si se mira la composici¨®n del Congreso, la actual derecha tiene muy dif¨ªcil conseguir una mayor¨ªa electoral en Espa?a, aunque el PP quedara como partido m¨¢s votado. Es decir, que rebus sic stantibus la oposici¨®n lo tiene crudo. Aun ganando a la izquierda en n¨²mero de votos es muy dif¨ªcil que puedan gobernar. Si esto es as¨ª, y a la vista de los muchos errores del actual Gobierno y el estado del pa¨ªs, debe haber algo que est¨¢n haciendo muy mal. Su expectativa de victoria deber¨ªa ser abrumadora.

Lo sencillo es apuntar contra su l¨ªder, Casado, que obviamente no est¨¢ a la altura. Basta ver su reacci¨®n durante la crisis de la covid y su actitud ante el marasmo madrile?o. Pero tengo para m¨ª que el problema es m¨¢s profundo. Afecta a su mismo discurso, cada vez m¨¢s alejado de la realidad del pa¨ªs. En primer lugar, porque, como otras derechas europeas, no ha sabido responder al nacional-populismo con un m¨ªnimo de inteligencia. Le entr¨® al trapo a Vox cuando le acus¨® de ser la ¡°derechita cobarde¡± y, a partir de ah¨ª, perdi¨® la br¨²jula que lo orientaba hacia el centro. Y quien se mete en guerras culturales deja desguarecido tambi¨¦n el flanco de la representaci¨®n de intereses. Los suyos se han organizado ya por s¨ª mismos para negociar con el Gobierno. Una derecha no pragm¨¢tica, ideologizada, es viejuna, deja de ser ¨²til para resolver problemas.

Segundo, tiende a caer en el mismo error que la socialdemocracia tradicional; a saber, eso que Blair llamaba ¡°conducir con el espejo retrovisor¡±: se fijan m¨¢s en los conflictos del pasado que en los desaf¨ªos del futuro. Est¨¢ muy bien recordar a las v¨ªctimas de ETA, a los pactos de la Transici¨®n y su proyecto de concordia nacional, incluso lo que signific¨® en su momento la apuesta por el ¡°constitucionalismo¡±. Pero, se lo digo como profesor universitario en contacto permanente con los j¨®venes, la sociedad se mueve, y las recetas pret¨¦ritas ya no sirven para apaciguar los nuevos temores y abordar los retos del porvenir, lo que de verdad importa. ?Por qu¨¦ es incapaz de incorporar un m¨ªnimo de sensibilidad verde o de g¨¦nero, por ejemplo? O, ?por qu¨¦ no acaba de abandonar todos los residuos del franquismo, ese p¨¢nico por afrontar nuestro pasado m¨¢s vergonzante? ?Hay miles de otros temas a los que hincarles el diente!

Tercero: al final todo revierte sobre su concepci¨®n de Espa?a, que solo admite un dibujo en blanco o negro. Resulta, sin embargo, que en ella predominan los grises. Se comprende que combata la proliferaci¨®n de los Teruel-tambi¨¦n-existe, o se oponga al independentismo catal¨¢n; pero no que caiga en esencialismos identitarios. Espa?a al final ser¨¢ lo que los espa?oles quieran, no el producto de un molde aprior¨ªstico. A la vista de la actual fragmentaci¨®n territorial del Congreso, si aqu¨ª no innovan, la declaraci¨®n de Iglesias puede convertirse, en efecto, en una profec¨ªa autocumplida.