Ni sexo, ni dinero, ni venganza
A Donald Trump le resbalan las acusaciones. Ya ha dado sobradas muestras de ello
El sexo, el dinero y la venganza suelen ser las tres l¨ªneas generales de investigaci¨®n de un crimen y curiosamente tambi¨¦n los tres flancos d¨¦biles por los que se puede tratar de atacar con relativa efectividad la reputaci¨®n de alguien. Una imagen p¨²blica puede verse manchada para siempre por una conducta sexual inadecuada, por la apropiaci¨®n indebida de dinero ¡ªcualquiera que sea el formato de dicha apropiaci¨®n¡ª o si se demuestra que detr¨¢s de lo que esa persona hace se esconde una voluntad de tomarse la revancha de algo. Todos somos partidarios de la justicia, pero, en general, recelamos de ...
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El sexo, el dinero y la venganza suelen ser las tres l¨ªneas generales de investigaci¨®n de un crimen y curiosamente tambi¨¦n los tres flancos d¨¦biles por los que se puede tratar de atacar con relativa efectividad la reputaci¨®n de alguien. Una imagen p¨²blica puede verse manchada para siempre por una conducta sexual inadecuada, por la apropiaci¨®n indebida de dinero ¡ªcualquiera que sea el formato de dicha apropiaci¨®n¡ª o si se demuestra que detr¨¢s de lo que esa persona hace se esconde una voluntad de tomarse la revancha de algo. Todos somos partidarios de la justicia, pero, en general, recelamos de los ajustes de cuentas.
Donald Trump ha sido se?alado por evasi¨®n fiscal, en una profusa investigaci¨®n de The New York Times, en un pa¨ªs que tendr¨¢ lo que tenga, pero que es admirable en cuanto al concepto de que pagar impuestos es una cosa muy seria. A horas del primer debate presidencial, el fantasma del m¨®vil del dinero se cierne sobre el presidente. Pero independiente de la veracidad del hecho ¡ª?acaso no importa que el hecho sea veraz? en las pr¨®ximas l¨ªneas el lector ver¨¢ que importa un pimiento¡ª, sirvan como indicio de lo que puede suceder las dos veces en las que la reputaci¨®n del presidente ha sido atacada por los otros dos flancos: el sexo y la venganza.
El sexo. A Trump se le ha acusado de machista. ?l se r¨ªe y lo niega. ?Pero no dijo y est¨¢ grabado aquello ¡ªque no se escucha ni las letras de reggaet¨®n¡ª, de que ¡°si eres famoso puedes coger a las mujeres por el co?o¡±? Claro que lo dijo. Es su voz. Si, pero no soy machista, pasemos a la siguiente pregunta. Es m¨¢s, muchos de sus seguidores consideran que Trump no solo no es machista, sino que es el perfecto crisol de un hombre moderno con los valores conservadores. El que haya hecho parte de su fortuna en el negocio del juego ¡ªactividad que no premia precisamente el trabajo duro¡ª, o el que su conocido historial genito-amoroso, oficial y extraoficial, gratis y de pago, no coincida exactamente con el modelo de familia tradicional, simplemente es obviado. Y a Trump le da igual.
La venganza. A Trump se le abri¨® un proceso de destituci¨®n por presionar al presidente de Ucrania para que este le encontrara unos trapos sucios que le sirvieran contra Joe Biden. La presi¨®n que puede hacer sobre algo o alguien el presidente de EE UU no es precisamente la de un presidente de comunidad de vecinos que reclama los atrasos en las cuotas. Biden es hoy su rival para la presidencia, pero Biden, que conoce al Partido Republicano mejor que Trump y al Congreso como si fuera el sal¨®n de su casa, tuvo en 2016 una activa e interesante labor cuando se ve¨ªa venir que, contra todo pron¨®stico, Trump pod¨ªa ser nominado candidato republicano. Lo suyo, por tanto, viene de lejos. Las conversaciones existieron, las presiones existieron y todo qued¨® probado ante el Congreso. Y si no fue destituido fue porque el Partido Republicano, obvi¨® lo que hab¨ªa sucedido. Y a Trump le dio igual.
Y ahora toca el dinero.