Actos innecesarios
Lo mejor de la pol¨¦mica en torno a la no presencia del Rey en la entrega de despachos a la nueva promoci¨®n de jueces es la invitaci¨®n, que con ella surge, a meditar sobre la necesidad de los actos protocolarios en general. Realmente, ?cu¨¢ntos de los actos, participe en ellos el monarca o cualquier alto cargo de la Administraci¨®n, son imprescindibles y, sobre todo, ¨²tiles a la sociedad? En una ¨¦poca de privaciones para la mayor¨ªa, y en la que la austeridad obliga a centrarse en lo esencial, bien podr¨ªamos ahorrarnos el coste de muchas celebraciones solemnes que no van m¨¢s all¨¢ de discursos pomp...
Lo mejor de la pol¨¦mica en torno a la no presencia del Rey en la entrega de despachos a la nueva promoci¨®n de jueces es la invitaci¨®n, que con ella surge, a meditar sobre la necesidad de los actos protocolarios en general. Realmente, ?cu¨¢ntos de los actos, participe en ellos el monarca o cualquier alto cargo de la Administraci¨®n, son imprescindibles y, sobre todo, ¨²tiles a la sociedad? En una ¨¦poca de privaciones para la mayor¨ªa, y en la que la austeridad obliga a centrarse en lo esencial, bien podr¨ªamos ahorrarnos el coste de muchas celebraciones solemnes que no van m¨¢s all¨¢ de discursos pomposos, casi siempre manidos, y del exhibicionismo de seg¨²n qui¨¦n; y de paso emplear con mayor provecho el tiempo que se pierde antes, durante y despu¨¦s de su puesta en escena.
Bernardo Ruiz Segura. El Prat de Llobregat (Barcelona)